Por la buena o por la mala, la naturaleza nos cobrará lo que ocurre en el planeta: Julia Carabias

Por la buena o por la mala, la naturaleza nos cobrará lo que ocurre en el planeta: Julia Carabias

 

  • Entre 1850 y 1970 la población se triplicó y el consumo de energía se incrementó 12 veces
  • Otro gran reto que enfrentamos como sociedad es la pérdida de la biodiversidad, apuntó la académica de la UNAM
  • Sostuvo que el establecimiento de áreas protegidas, el manejo forestal sustentable o el pago por servicios ambientales son acciones necesarias, “pero si no se ponen en una lógica armónica de planeación, sirven para poco o nada”
Julia Carabias
Julia Carabias

 

Por la buena o por la mala, la naturaleza nos va a cobrar lo que está ocurriendo en el planeta, afirmó Julia Carabias, académica de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, en la primera sesión del seminario “Rafael Martín del Campo”, organizado por académicos del Laboratorio de Vertebrados Terrestres de la entidad y  añadió que de continuar la tendencia actual en el aumento de la temperatura del planeta, la vida no podrá mantenerse como está.

 

“No significa que se extinguirá, que la Tierra se va a colapsar, pero sí se transformará, y no sabemos cómo. Esa predicción de futuro no se tiene, pero hay suficiente evidencia para decir que cambiará sustantivamente”, dijo.

 

No hay antecedentes de intervención humana en el funcionamiento de nuestro mundo como la ha habido en los últimos 20 años. Se sabe que los fenómenos referidos son parte inherente de la evolución del planeta y de la vida, pero nunca antes como en esta etapa de la historia el impacto había sido de tal magnitud, frecuencia y velocidad. De ese modo, la vida cambiará, y la principal especie alterada será la humana, explicó la especialista.

 

El cambio climático y la pérdida de la biodiversidad son dos de los grandes retos que enfrentamos como sociedad en el desarrollo y la relación con la naturaleza, que para el siglo XXI deberán abordarse “o no veremos a nuestro planeta como lo conocemos hoy, si es que alguien lo ve”, sentenció.

 

Existe una correlación entre la acumulación de bióxido de carbono, que se eleva, y el aumento de la temperatura en el orbe. También hay evidencia de que ésta ya se alteró: en el siglo XX se registraron incrementos de entre 0.5 y hasta cuatro grados en ciertas partes de la Tierra, precisó la experta.

 

El consumo de combustibles fósiles es el principal factor de generación de gases de efecto invernadero. Entre 1850 y 1970 la población se triplicó, pero en ese lapso el consumo de energía se incrementó 12 veces.

 

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A ello se suma la deforestación, que también es la primera causa de pérdida de biodiversidad, y la forma en que se dispone de los residuos sólidos. Estas transformaciones se reflejan en un incremento de fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes o sequías, a los cuales México es muy vulnerable.

 

Julia Carabias expuso que conocemos poco de la biodiversidad. La ciencia ha detectado y registrado taxonómicamente un millón 800 mil especies, pero eso podría representar menos del 10 por ciento de las que existen: aún no conocemos al 70 por ciento de crustáceos, 95 por ciento de hongos u 82 por ciento de insectos. “Puede ser que la biodiversidad sea del orden de 30 millones de especies”.

 

La flora y fauna están concentradas fundamentalmente en los trópicos, con cerca del 70 por ciento de la biodiversidad, y en particular en las selvas, que por ello son sitios clave, afirmó en la conferencia Retos y visiones sobre la vida silvestre frente al cambio global.

 

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La principal causa de la perdida de la biodiversidad es la deforestación, que se registra sobre todo en el trópico y en las selvas de América Latina. México, por desgracia, tiene uno de los primeros lugares, subrayó la científica.

 

Hoy, por ejemplo, 40 por ciento de los anfibios y 25 por ciento de los mamíferos están amenazados, expuso en el auditorio Alberto Barajas de la FC.

 

Como resultado del cambio climático, en nuestra nación los ecosistemas que más se modificarán serán los bosques de pino y abeto por arriba de los dos mil 800 metros de altura, además de los de niebla, así como los arrecifes, advirtió.

 

Carabias también sostuvo que el establecimiento de áreas protegidas, el manejo forestal sustentable o el pago por servicios ambientales son acciones necesarias, “pero si no se ponen en una lógica armónica de planeación, sirven para poco o nada”.

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