La vitamina D no mejora la movilidad de los Adultos Mayores

La vitamina D no mejora la movilidad de los Adultos Mayores

Un estudio reciente sugiere que en dosis altas  podría aumentar el riesgo de caídas en algunos individuos, recomiendan dosis bajas pero constantes

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Unas dosis más altas de vitamina D no mejoran la movilidad de los adultos mayores, y podrían en realidad aumentar el riesgo de caídas entre ciertos ancianos, sugiere un estudio reciente, publicado en HealthDay News

El pequeño estudio suizo, que aparece en la edición del 4 de enero de la revista JAMA Internal Medicine, no plantea que la vitamina D sea nociva en las dosis rutinarias. Y los investigadores apuntan que los adultos mayores deben seguir las directrices y asegurarse de consumir las cantidades recomendadas de dicho nutriente de forma natural.

“No debe darse  por sentado que porque algo se denomine ‘vitamina’ significa que es seguro”, advirtió el Dr. Steven Cummings, científico investigador del Instituto de Investigación del Centro Médico del Pacífico, en San Francisco, California.

 Dr. Steven Cummings
Dr. Steven Cummings

Cummings es coautor, junto al Dr. Douglas Kiel, de un comentario que acompaña al estudio. Se ha sugerido a los complementos de vitamina D como forma de fomentar la fuerza muscular y así prevenir las caídas de las personas mayores, según la información de respaldo del estudio.

Muchas personas mayores reciben muy poca vitamina D a partir de la dieta y no pasan suficiente tiempo al aire libre para obtenerla con la exposición al sol, dijo Kiel, director de investigación musculoesquelética del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento de Hebrew SeniorLife, en Boston, y profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. Los niveles bajos son más comunes en los individuos más frágiles, anotó.

Dr. Douglas Kiel
Dr. Douglas Kiel

En Estados Unidos los complementos de vitamina D, que son baratos y que con frecuencia se recomiendan para mejorar los niveles de esta vitamina, están fácilmente disponibles.

Para el estudio, los investigadores reclutaron a 200 personas de Suiza a partir de los 70 años de edad, con una edad promedio de 78 años, que habían sufrido una caída en el año anterior. Dos tercios eran mujeres y casi el 60 por ciento tenían niveles bajos de vitamina D, dijeron los investigadores.

Los participantes se dividieron en tres grupos, y recibieron una forma de la vitamina llamada D3, que está comúnmente disponible en forma de complementos de venta libre.

Un grupo recibió el equivalente a 800 unidades internacionales (UI) al día. Otro grupo tomó esa dosis más un producto de vitamina D llamado calcifediol (también conocido como calcidiol). El tercer grupo consumió el equivalente a 2,000 UI de vitamina D3 al día.

Los investigadores siguieron a los participantes durante un año. Esperaban observar menos caídas, porque investigaciones anteriores habían mostrado que la vitamina D beneficia a la movilidad, apuntó la autora líder del estudio, la Dra. Heike Bischoff-Ferrari, presidenta de geriatría e investigación sobre el envejecimiento de la Universidad de Zúrich, en Suiza.

En lugar de eso, dos tercios de los que tomaron la dosis más alta de vitamina D, y la vitamina D más el calcifediol, sufrieron caídas, frente al 48 por ciento de los que tomaron la dosis más baja. Los del grupo con la dosis más baja también fueron los que experimentaron la mayor mejora en la función de las piernas de los tres grupos, encontró el estudio.

Una explicación posible, planteó Bischoff-Ferrari, es que hay un rango ideal de vitamina D en las personas mayores que se han caído antes, y que unos niveles más altos se traducen posiblemente en más caídas. Bischoff-Ferrari dijo que otra posibilidad es que las personas mayores se hacen más físicamente activos cuando toman las dosis más altas de vitamina D, lo que los pone en un mayor riesgo de caídas.

Pero Cummings dijo que la teoría sobre el aumento en la actividad parece poco probable. Kiel, por otro lado, dijo que otra posibilidad es que las dosis altas de vitamina D podrían perturbar la actividad muscular, conduciendo de esa forma a caídas.

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Además, el estudio no establece una relación causal directa entre unas dosis más altas de vitamina D y un mayor número de caídas.

Pero si se está sano y no se está confinado a la cama, “no hay evidencias de que se necesite o se vaya a beneficiar de un complemento de vitamina D”, señaló Cummings.

“El Instituto de Medicina recomendó que los adultos mayores deben ingerir unas 800 UI al día, y la dieta y el sol son la mejor manera de lograrlo”, afirmó Cummings. “Aún no hay evidencias firmes de que tomar incluso de 800 UI al día en forma de complementos reduzca el riesgo de enfermedades ni prolongue la movilidad ni la vida”.

Kiel se mostró de acuerdo. “Hasta que se establezca la seguridad de unas dosis más altas de vitamina D, es mejor obtener suficiente vitamina D de la dieta o tomar una cantidad más modesta de complementos si existe una deficiencia”, aconsejó.

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