Noche de vándalos en el campus de CU, Patrimonio Cultural de la Humanidad

• Nuevamente, grupos de personas se apoderan del campus central  de Ciudad Universitaria para convertirlo en un enorme basurero
• Ocurre desde hace cuatro años al finalizar el semestre
• Declarada Patrimonio cultural por la UNESCO “su deterioro o desaparición sería una pérdida irreparable para la humanidad”, dice la  Oficina de Gestión del Campus Central de  la UNAM

Al amanecer del sábado 28 de mayo alumnos, profesores y trabajadores de las facultades de Economía, Derecho y Filosofía y Letras y usuarios de la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria se encontraron con un campus central convertido en un  enorme basurero,  con un intenso olor a bebidas alcohólicas después de una noche vandálica de cientos de personas, la mayoría ajena a la Universidad, que aún algunas de ellas dormían la “mona” fuera de la biblioteca y en los pasillos de las facultades.

Al mediodía, todavía algunos de los vándalos después de su “noche infernal”- según uno de ellos- , personas ya adultas, seguían bebiendo bebidas alcohólicas y fumaban marihuana, defecaban y  se orinaban sobre pasto a la vista de grupos de incautos turistas que visitaban el campus universitario que en 2007 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad y observaban los soberbios murales de la Biblioteca Central, de Juan O’ Gorman y los de los de  David Alfaro Siqueiros de la Torre de Rectoría.

La histórica zona que ha sido testigo  de las manifestaciones de 1968, de acuerdo a versiones de trabajadores, ha sido el espacio,  desde hace cuatro años, de la reunión nocturna de cientos de personas que la ocupan cada fin de semestre para un “reventón” en el que se trafica con drogas y corre el alcohol a cántaros entre sus asistentes.

La Ciudad Universitaria fue construida entre 1949 y 1954 para ser sede de la más importante universidad mexicana. Al finalizar el mes de junio de 2007, el Comité de Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reunido en Nueva Zelanda,  llegó a la conclusión de declarar al “antiguo casco” de CU, como parte de los pocos patrimonios mundiales modernos.

En 2007 la UNAM manifestó que era un orgullo para nuestra principal universidad y  “para la arquitectura moderna de nuestro país que Ciudad Universitaria sea reconocida como uno de los aportes más significativos a la cultura de la humanidad, por poseer profundos valores de excepcionalidad universal de la cultura de México”.

La UNESCO le otorgó la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad por ser un paradigma del urbanismo y el funcionalismo modernos con reminiscencias de la arquitectura prehispánica. CU fue construido por los arquitectos Mario Pani y Enrique del Moral, a los que se sumaron los alumnos Teodoro González de León, Armando Franco y Enrique Molinar.

En ese  campus central de CU se encuentran además obras de Diego Rivera, de sus ayudantes Rina Lazo y Arturo García Bustos en el Estadio; de José Chávez Morado, Mathías Goeritz,  Federico Silva,  Benito Messeguer, Mario Omar Falcón, Francisco Eppens Helguera y Guillermo Ceniceros.

El campus central de CU fue en 2007 el octavo sitio moderno lograr la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad. En esa lista ya figuraban la Casa Estudio Luis Barragán, en la colonia  Tacubaya de la Ciudad de México; la Bauhaus, de Alemania; la casa Schröeder, de Holanda; la Casa Tugendhat, en Brno, República Checa; la Ciudad Blanca, en Tel-Aviv, Israel; la ciudad de Brasilia, Brasil;  y la Ciudad Universitaria de Caracas, Venezuela.

Dos años antes, 18 de julio de 2005 en el marco de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, mediante decreto presidencial, publicado en el Diario Oficial de la Federación,  el “conjunto arquitectónico conocido como Ciudad Universitaria” fue declarado Monumento Artístico, al considerar que logra consolidar una interpretación nacionalista propia y por ser uno de los más notables ejemplos urbanísticos de México.

En ese Decreto se destacó que el conjunto “fue edificado tomando en cuenta las nuevas necesidades de la Universidad, a cuya convocatoria respondieron arquitectos, ingenieros y artistas plásticos en cantidad y calidad sin precedente, lo que dio como resultado la adaptación de la obra al medio, en un modelo urbanístico funcional y permitió una profunda integración plástica”.

Asimismo, señaló el decreto “presenta una solución urbanística por su tratamiento de grandes plazas, que evocan soluciones del pasado prehispánico… que le confieren el carácter de testimonio invaluable del desarrollo de la arquitectura de nuestro país”.

“Esta obra arquitectónica y urbanística, desarrollada por los arquitectos Mario Pani y Enrique del Moral, se puede incluir en el movimiento moderno que se caracteriza por el funcionalismo y racionalismo… dando lugar a una síntesis entre las corrientes internacionales y algunos elementos tomados de la tradición, que constituye el ejemplo más representativo de la arquitectura moderna mexicana”.

Para que la UNESCO declarara al campus central de CU Patrimonio Cultural de la Humanidad se hicieron gestiones durante cinco años.

El campus central de CU alberga las llamadas “Islas”, centro del “reventón”, donde se localizan la Torre de Rectoría, la Biblioteca Central,  las facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Medicina, Odontología, Economía, Arquitectura y la Torre II de Humanidades.

De a acuerdo con la Oficina de Gestión del Campus Central de  la UNAM “el  término patrimonio se refiere al conjunto de bienes heredados que se viven en el presente y que deben ser protegidos y conservados, para ser transmitidos a las futuras generaciones”.

“El Patrimonio Mundial está integrado por bienes o sitios que poseen un valor universal excepcional, es decir, que tienen una importancia cultural o natural extraordinaria, que trascienden fronteras y tienen un significado especial dentro de la historia de la humanidad”.

“La UNESCO, mediante la Convención de Patrimonio Mundial de 1972, tiene la responsabilidad de garantizar la conservación y disfrute de estos sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial. Sin perjuicio de las soberanías nacionales o de su propiedad, estos sitios pertenecen a todos para compartirlos, cuidarlos y respetarlos. Su desaparición sería una pérdida irreparable para la humanidad”, dice el texto de esa entidad universitaria”.