El déficit de atención afecta hasta la edad adulta

El déficit de atención afecta hasta la edad adulta

  • Se manifiesta en fallas como la tardanza para concluir estudios y  en el trabajo no se alcanzan las metas establecidas
  • Enfrentan dificultades para relacionarse con los demás
  • Cometen errores en sus relaciones interpersonales, son desorganizados e incumplidos
  •  Se inicia en la niñez y no recibe la atención requerida

tdah

Hasta la edad adulta se manifiesta el déficit de atención, señaló Silvia Ortiz,  Jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al destacar que en México cinco por ciento de la población infantil padece trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que en  el  50 por ciento de esa población puede mantenerlo en la adolescencia  y en un  40 por ciento en la etapa adulta

“En los adultos se refleja en fallas como la tardanza, hasta de dos años, para concluir estudios, en comparación con su generación. En el trabajo no alcanzan las metas establecidas y enfrentan dificultades para relacionarse con los demás. Cometen errores en sus relaciones interpersonales, son desorganizados e incumplidos”, subrayó la investigadora universitaria.

 Es necesaria una detección temprana para evitar problemas psicosociales, señaló Silvia Ortiz, de la Facultad de Medicina de la UNAM. Clasificado como un trastorno del neurodesarrollo, el TDAH se relaciona con déficits de las funciones cerebrales y requiere de atención dual: terapia cognitivo conductual y tratamiento farmacológico.

Silvia Ortiz, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Silvia Ortiz, de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Ortiz insistió en su detección temprana a fin de disminuir problemas psicosociales en quienes lo padecen, señaló  Ortiz León.

La población supone que se manifiesta únicamente en la infancia y lo asocian con la crianza o desobediencia de los pequeños, pues no siguen instrucciones en la escuela ni en el hogar, lo que impacta de manera negativa en el rendimiento escolar de niños, y académico de estudiantes universitarios.

 “La falta de atención no es una conducta deliberada, pues el trastorno los predispone a la dispersión: no escuchan indicaciones ni realizan las actividades que se espera lleven a cabo. Se trata de una alteración neurobiológica, con impacto en funciones cerebrales, sobre todo a nivel prefrontal, que se vincula con la función de la atención”, explicó.

 Una de sus características es la hiperactividad motriz, pues son niños que, por ejemplo, se suben a los muebles o ponen en riesgo sus vidas en azoteas y ventanas (movilidad constante); en resumen, son pequeños hiperactivos e impulsivos que no miden las consecuencias de sus acciones. No debe confundirse con la inquietud propia de la infancia.

 En la UNAM, a estudiantes de la FM que presentan problemas de bajo rendimiento académico se les invita al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, donde se les aplican cuestionarios de tamizaje, instrumento psicométrico para encontrar probables casos de TDAH.

 La relevancia de detectarlo a tiempo evita complicaciones como deserción escolar en secundaria y preparatoria; consumo de tabaco, alcohol y otras drogas por la impulsividad, aunada a la edad; embarazos tempranos; trastornos de conducta social, así como violación a reglas y leyes, acotó la universitaria.

 El déficit de atención no sólo se resuelve con intervenciones psicoterapéuticas, es necesario el tratamiento farmacológico y terapia cognitivo-conductual, reiteró.

 El médico debe explicar cómo es el trastorno a padres de los niños que lo presentan, a profesores y a los adultos, sobre todo a quienes rechazan el tratamiento farmacológico, subrayó.

Los infantes con TDAH se caracterizan por ser desatentos. Aparentemente escuchan la clase o instrucciones, pero su atención es dispersa. Padres y familiares deben poner atención si los pequeños no siguen indicaciones, si no anotan las tareas, olvidan sus mochilas, objetos personales o materiales para el trabajo escolar.

 Los profesores suelen describirlos como niños inteligentes, pero aun así reprueban. Al analizar sus evaluaciones o trabajos, se percatan que omiten detalles o no leen bien las instrucciones, de ahí que el resultado puede ser reprobatorio.

 Si son predominantemente hiperactivos e impulsivos se levantan todo el tiempo, no paran durante el día, duermen hasta muy tarde. No organizan juegos, sacan todos los juguetes y no los levantan, y tareas que otros niños desarrollan en 30 minutos, a ellos les llevan tres horas.

 Son impulsivos, se entrometen en pláticas ajenas, no permiten que su mamá hable por teléfono, permanentemente preguntan, molestan a sus amigos interrumpiendo sus juegos y son dispersos, mencionó Ortiz León.

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