Nonagenarios que trabajan: García Bustos y González de León

• Ambos han dedicado 70 años de sus vidas a  la creación y las artes
• García Bustos es el último de nuestros grandes muralistas
• Teodoro González de León es  un creador con espíritu renacentista

El muralista y artista plástico Arturo García Bustos acaba de cumplir el ocho de agosto noventa años. El arquitecto Teodoro  González de León los cumplió el 29 de mayo de este mismo año. Ambos son nonagenarios que siguen en sus tareas como artistas iconográficos  de su tiempo. Los une el espíritu creador y ambos son destacados e ilustres  mexicanos de los siglos XX y XXI.

Para Arturo García Bustos, capitalino, una de sus mayores satisfacciones y fortunas es haber sido alumno de la pintora Frida Kahlo. Con esta universal pintora mexicana reafirmó su ideología, la de pintar al pueblo mexicano, sus raíces, su espíritu de lucha.

Rafael Tovar y de Teresa, secretario de Cultura, lo ha considerado  el  “último de nuestros grandes muralistas, Arturo García Bustos representa la tradición viva del muralismo mexicano. Contra lo que suele pensarse, esta trascendental corriente de la plástica mexicana aún mantiene fresca su expresión más allá de sus tres grandes exponentes: Rivera, Siqueiros y Orozco”, escribió Tovar y de Teresa en ocasión de un libro sobre la obra de este artista,  Bustos: el muralismo vivo.

Rafael Tovar y de Teresa comentó  la educación marcadamente social del momento con la que se nutrió García Bustos. El creador no ha dejado de representar en sus grabados y murales, “a un país agudamente consciente de sí mismo, de su riqueza histórica y de sus grandes, a veces abismales, contrastes”.

“La obra pictórica de García Bustos es una manifestación elocuente de una inquietud que nos caracteriza y que siempre va acotada entre interrogantes: ¿quiénes somos? Nuestro artista ha invertido su vida en responder esa pregunta”, dijo el funcionario público encargado del curso de la cultura en el país.

García Bustos alumno y maestro en la Academia de San Carlos y en La Esmeralda, recibió formación académica de, entre otros, Agustín Lazo, Alfredo Zalce y María Izquierdo, además de Frida Kahlo en la Casa Azul de Coyoacán. Apasionado del cine, la música y la lectura, García Bustos celebró en familia el pasado 8 de agosto su cumpleaños número noventa, con el pensamiento fijado en continuar su obra en el grabado, ya que actualmente se le dificulta tener acceso a los andamios para continuar su obra, caracterizada por  grandes y extraordinarios murales.

La obra de García Bustos, miembro de la Escuela Mexicana de Pintura ,  quien  también ha realizado abundante obra de caballete y grafía como  miembro  del Taller de Gráfica Popular recorre más de 70 años  de la vida del país del siglo XX hasta el presente,  desde los murales de los lavaderos públicos de Coyoacán, los del Palacio de Gobierno de Oaxaca, los de la estación Universidad del Metro y el de la Casa de Cultura de Azcapotzalco.

Huérfano de madre desde pequeño, cuando vivía en el Centro de la Ciudad de México y estaba al cuidado de sus hermanos, de camino a la escuela primaria, tuvo una influencia determinante en su vocación y formación al pasar todos  los días por el edificio de la Secretaría de Educación Pública, donde conoció los murales de Diego Rivera  y, por el mismo rumbo,  los murales de  Clemente Orozco en la iglesia de Jesús, donde pidió permiso para subir a los andamios,  respirar el olor de la pintura de los pinceles y disfrutar de los colores de  la obra del pintor  Del Hombre en Llamas.

“El muralismo es una expresión profundamente mexicana que buscaba  nuestras raíces. Surge luego de un importante movimiento social, como fue la Revolución Mexicana, y este impulso lo recibieron los artistas y crearon una nueva pintura, porque aunque en el mundo prehispánico y colonial ya se había hecho, no tenía la misma pasión para pintar lo mexicano para los mexicanos”, ha dicho García Bustos.

García Bustos, quien desde los doce años pintaba ya en las paredes de su casa,  descubrió en esos periplos a la escuela básica, la pasión sobre la que ha transitado su vida.

González de León, un creador con espíritu renacentista

Otro nonagenario en actividad es el arquitecto Teodoro González de León, quien cumplió los noventa años en mayo pasado. Tovar y de Teresa lo considera como un creador con espíritu renacentista que ha nutrido sus conceptos arquitectónicos de todas las expresiones artísticas, de las cuales también es un gran conocedor.

“La visión de la cultura que ha seguido De León para integrarla a su obra y a un patrimonio arquitectónico colectivo, ha creado en México una tradición y enriquecido la vida de millones de mexicanos”, dijo el funcionario en ocasión del cumpleaños del ilustre arquitecto mexicano.

“La música, la pintura, la escultura, la fotografía y sus conocimientos de historia universal le dan una perspectiva única”, remarcó Tovar y de Teresa. “La mejor forma de homenajear a alguien es hacer públicas sus aportaciones y en este homenaje se buscó dar una visión de González de León a través del análisis de arquitectos y especialistas de distintas generaciones”.

Teodoro González de León, es un arquitecto y pintor mexicano. Creador de numerosas obras y espacios contemporáneos en la Ciudad de México. Nació el 29 de mayo de 1926 en la Ciudad de México. Estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1942 a 1947 trabajó con Carlos Obregón Santacilia, Carlos Lazo Barreiro y Mario Pani Darqui. Participó en el anteproyecto de la Ciudad Universitaria de la UNAM con los arquitectos Armando Franco y Enrique del Moral.

La obra, el legado y la influencia de Teodoro González de León en la arquitectura mexicana de dos siglos,  incluye siete décadas dedicadas a la transformación de los espacios como una metáfora y extensión del espíritu humano, desde su única e innovadora perspectiva.

“La arquitectura debe funcionar como una creadora de cruces para las personas, para que exista comunidad, este concepto lo aplicamos en El Colegio de México”, dijo González de León al cumplir noventa años.

“En lo personal creo que debemos reconciliar nuestra ciudad con su geografía y recuperar sus lagos; creo que es factible hacerlo, de hecho es un sueño”, expresó este mexicano universal, para quien su semana de trabajo es de  lunes a domingo y puntualizó:  La arquitectura es el juego correcto y exacto de los volúmenes bajo el sol”.