Emergencia en la CDMX por expulsiones de compatriotas de EU

 

• Nuestro país debe establecer acciones en favor del empleo, seguridad social, salud, educación y vivienda de quienes regresan. El gobierno de la Ciudad de México entrega a mexicanos repatriados diversas cantidades para crear empresas individuales y familiares

 

La Ciudad de México, ahora conocida como la “Ciudad Santuario” de los migrantes, vive una emergencia ante la llegada de mexicanos repatriados que trabajaban en los Estados Unidos, una expulsión acentuada por el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca.

 

Moisés Nassis, un mexicano de 54 años originario de Tijuana y ahora residente en la Ciudad de México es uno de ellos. Vivió diez años en San Isidro, una población fronteriza del estado norteamericano, de California, y tuvo que salir y regresar a su país por la persecución que sufren los trabajadores mexicanos por la “migra” estadunidense.

 

Hoy Moisés, es uno de los repatriados que en el Centro Cultural del México Contemporáneo, recibió del gobierno de la Ciudad de México 25 mil pesos para crear una microempresa de sastrería, a la que se dedicó los años que residió en esa población norteamericana vecina a la Ciudad de Tijuana.

 

Mientras en el aeropuerto de la capital, la secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo, Amalia García, recibió a un numeroso grupo de mexicanos expulsados de Estados Unidos, en un evento convocado por el Jefe de Gobierno de la capital mexicana, Miguel Ángel Mancera Espinosa, otros 236 trabajadores repatriados recibieron entre 25 mil y 80 mil pesos para crear sus propias empresas, unos de manera individual, otros en grupo y otros en familia.

 

De manera individual estos repatriados recibieron 25 mil pesos, 75 mil pesos cuando se trataba de familias y 80 mil pesos cuando estaban organizados en grupos. Funcionarios del gobierno confían que este número de compatriotas usen esos recursos para crear sus fuentes de trabajo.

 

El gobierno capitalino destinó 7 millones 915 mil pesos para financiar proyectos de trabajo de los trabajadores mexicanos que fueron expulsados de los Estados Unidos en la víspera de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de ese país vecino.

 

Los migrantes que recibieron ese tipo de financiamiento deberán comprobar con facturas reales el destino de esos recursos. Personal de la secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades le dará seguimiento a sus proyectos de trabajo.

 

El Jefe de Gobierno les ofreció a los repatriados servicios de salud gratuitos además de los apoyos financieros que entregó en un acto efectuado en ese Centro cultural ubicado a un lado de la plaza de Santo Domingo, en el centro de la capital mexicana.

 

En el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), la secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo de la CDMX, Amalia García Medina, recibió a 135 personas repatriadas connacionales, de las cuales de 7 son residentes de la Ciudad de México.

 

 

García Medina les ofreció atención inmediata a través del Módulo ubicado en la sala 3 de la Terminal 2 del AICM a todos los repatriados connacionales. Se calcula que llegarán tres veces a la semana. La responsable de la cartera del Trabajo y Fomento al Empleo informó que en ese Módulo se les orienta para su inserción laboral, tales como: Vinculación Laboral; Repatriados Trabajando; Seguro de Desempleo; Capacitación; y Fomento al Autoempleo.

 

A las siete personas repatriadas residentes en la capital les ofreció directamente los apoyos y servicios de vinculación laboral que ofrece la dependencia a través de sus oficinas delegacionales del Servicio de Empleo.

 

Asimismo, les pidió aprovechar los apoyos y programas con los que cuenta la CDMX, porque “los migrantes son trabajadores, fuerza de trabajo que contribuyen con la economía de Estados Unidos y de su país”.

 

Política deliberada y dolosa

 

En otro ámbito, ante las repatriaciones de mexicanos, Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH calificó de una política deliberada y dolosa la expulsión de trabajadores mexicanos.

 

González Pérez dijo que se deben establecer acciones en favor del empleo, seguridad social, salud, educación y vivienda para quienes regresan.“Es un tema que debemos ver en función no sólo de la coyuntura por la que atravesamos, sino de cómo resolveremos las carencias sociales”, agregó al participar en el seminario taller “En defensa del interés nacional. Ante la coyuntura crítica, ¿qué hacer?”, convocado por el Grupo Nuevo Curso de Desarrollo de la UNAM.

 

El ombudsman sostuvo que la migración es una realidad pluridimensional que exige respuestas coherentes e integrales.

 

“Los migrantes pueden hacer contribuciones positivas y profundas al desarrollo económico y social de los lugares de acogida y a la creación de riqueza mundial; éste es el eje que debe animar el tema. No debemos recargar en los repatriados la solución a la problemática: el Estado mexicano está obligado a dar respuesta integral a la situación de vulnerabilidad de éstos”, remarcó.

 

En su oportunidad, Marie-Laure Coubès, académica de El Colegio de la Frontera Norte, refirió que según una encuesta sobre migración, elaborada por esa institución académica, en los últimos años la migración de mexicanos hacia Estados Unidos, en particular de los indocumentados, ha disminuido, no así la de los centroamericanos.

 

El fenómeno, abundó, está determinado por la política de cierre de la frontera y por el castigo hacia los migrantes que intentan ingresar a la Unión Americana, lo que ha derivado también en la disminución de las deportaciones. Para 2007, al año 700 mil mexicanos cruzaban la frontera norte, en la actualidad sólo lo hacen 100 mil.

 

El mayor número de migrantes connacionales que regresaron al país se registró entre 2007 y 2011, dato muy ligado a las deportaciones; ahora la situación podría agravarse, y “México debe estar preparado para este retorno que pudiera ser masivo”.

 

En tanto, la economista Norma Samaniego resaltó la necesidad de definir una posición propia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). “México debe manifestar su interés por contar con un instrumento que sirva a los intereses de los países firmantes y que sea compatible con un sistema abierto y multilateral de comercio”.

 

 

Sin embargo, dijo Samaniego, debe quedar claro que de no ser aceptables para el país los términos para una eventual renegociación, sería preferible abandonarlo. “Estamos pagando costos muy altos por la incertidumbre que genera; en cualquier caso, es necesario que México inicie la reorganización de sus vínculos de comercio y cooperación internacional con otras naciones que compartan sus principios”.

 

En el tema “Empleo y salarios”, Samaniego advirtió que una eventual revisión de este acuerdo comercial no debe significar que asumamos una óptica unilateral impuesta, sino responder a nuestros propios intereses, desplegar una actitud propositiva e imaginativa para definir, en coordinación con los sectores productivos, académicos y organizaciones sociales, propuestas en temas que requieran una mejora.

 

México no puede aceptar que se condicione la renegociación del TLCAN a ningún tipo de aportación, ni a la construcción del muro que atentaría contra valores superiores: la dignidad y soberanía nacionales. “Lo que sugerimos como grupo es la necesidad de replantear el modelo de desarrollo y el papel del mercado interno”, añadió.

 

Juan Carlos Moreno-Brid, académico de la Facultad de Economía, consideró que ante la emergencia que impone en el corto plazo la llegada de Donald Trump a la presidencia de EU, lo que debería hacerse “es aclarar la mente de nuestros gobernantes y dirigentes” para hacerles ver que se necesitan medidas de largo plazo y poner el mercado interno como motor de desarrollo.

 

La coyuntura que representa Trump es una oportunidad para la economía mexicana de cambiar su ruta; no es posible seguir de la manera en que estamos; el país está incendiado en términos económicos, sociales y políticos, opinó Moreno-Brid.