La Constitución mexicana: extensa, compleja, confusa, farragosa y contradictoria: Graue Wiechers

La Constitución mexicana: extensa, compleja, confusa, farragosa y contradictoria: Graue Wiechers

 

  • A cien años de la Carta Magna del país expedida el 5 de febrero de 1917, el rector de la UNAM afirma que la Constitución debe ser clara, precisa y cercana a los ciudadanos para que la hagamos nuestra, la recordemos y la defendamos

 

Nuestra Carta Magna se ha venido haciendo extensa, compleja, confusa, farragosa y, en ocasiones, contradictoria, aseguró Enrique Graue Wiechers, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a unos días de celebrarse el cinco de febrero el centenario de la Constitución de 1917 promulgada en la Ciudad de Querétaro por los revolucionarios mexicanos que derrocaron la dictadura de Victoriano Huerta.

 

Si mencionar que la Constitución mexicana se promulgó en el contexto del desaparecido régimen de la Revolución Mexicana para dar paso al régimen de la economía neoliberal en la década de los ochenta del siglo pasado, Graue Wiechers, manifestó que una Constitución, en tanto que reúne los preceptos que rigen los destinos de un pueblo, debe ser clara, precisa y cercana a los ciudadanos para que la hagamos nuestra, la recordemos y la defendamos

 

En el Palacio de Minería y ante representantes de diferentes poderes del Estado, especialistas del Derecho nacionales y extranjeros, rector de la UNAM, de la máxima casa de estudios de México, habló al inaugurar el XIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, efectuado en el marco del centenario de nuestra Carta Magna nacional.

 

“Debe ser el símbolo jurídico al cual adherirnos para poder vivir en paz y progresar”, declaró el rector universitario al destacar que una Constitución recoge las transformaciones históricas, los anhelos de justicia y equidad, las aspiraciones de una convivencia armónica y el progreso social de una nación.

 

Por eso, añadió, su historia es similar a la de una universidad: una historia de transformaciones.

Expuso que, como los pueblos y las sociedades, las constituciones están en continua evolución; los entramados sociales requieren expresarse y satisfacer en letra escrita sus ideales y nuevas aspiraciones. “No son, por lo tanto, obras acabadas”, señaló Graue Wiechers.

 

Reconoció que no debe ser fácil la tarea de los legisladores de sintetizar y plasmar lo acordado en forma asertiva, sin dejar lugar a dudas y, además, hacerlo entendible para la ciudadanía.

 

“Se ha dicho, y coincido, que un texto constitucional es el sitio en donde la palabra escrita tiene el mayor valor cultural y la mayor trascendencia social”, expuso el rector.

 

Finalmente, se congratuló porque los debates que se den en uno de los recintos más emblemáticos de la UNAM invitarán a cuestionar la función de las constituciones de Iberoamérica y compartir experiencias que permitan mejorar la comprensión de nuestras respectivas leyes supremas.

 

En la inauguración del congreso participaron también el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Pedro Salazar Ugarte, así como el presidente y el secretario Ejecutivo del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, Diego Valadés y Domingo García Belaúnde, respectivamente.

 

También, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar Morales; el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Pablo Escudero Morales; la magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Janine Madeline Otálora Malassis; el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez; y el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello.

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