Sospechan de otra ‘mataviejitas’; investigan si asesinó a dos adultas mayores en enero de 2015

Sospechan de otra ‘mataviejitas’; investigan si asesinó a dos adultas mayores en enero de 2015

 mataviejitas

María Estela Badillo Linares fue detenida por policías preventivos cuando sometía a una mujer de la tercera edad, a la que engañó para que le abriera la puerta de su casa, en la colonia Santa María La Ribera, en la delegación Cuauhtémoc.

La víctima estaba atada a una silla cuando sus vecinos alcanzaron a oír sus gritos y pidieron ayuda a la policía.

Al ser capturada, dijo tener 55 años, dedicarse al hogar y admitió que planeaba un robo, ahora las autoridades investigan si esta mujer tiene relación con los crímenes de dos adultas mayores que vivían solas y que fueron estranguladas a principios de este año durante los saqueos de sus viviendas en Tlatelolco y la colonia Olivar de los Padres, en Álvaro Obregón.

Badillo Linares fue presentada ante el Ministerio Público en Cuauhtémoc 2 y luego consignada a prisión, pero la investigación en su contra sigue abierta.

Su víctima, una mujer de 70 años, dijo que María Estela se presentó a su casa preguntando por unas clases de manualidades y al abrir la puerta la empujó y comenzó a golpearla. Sus gritos alertaron a los vecinos que llamaron  a la policía, cuando ésta llegó, la víctima estaba amordazada y atada, mientras la probable responsable hurgaba  en los muebles de la casa ubicada en la calle Doctor Atl.

OTROS CASOS

El pasado 5 de enero, la señora Sonia Trejo, de 69 años, fue asesinada en su departamento del edificio Sonora, en la Unidad Tlatelolco.

La mujer vivía sola y en su vivienda había huellas de saqueo.  Su cadáver presentaba golpes, además de que fue amordazada y estaba atada de pies y manos.

Días después, el 14 de enero, Mercedes Soledad Medina del Campo, de 92 años, también fue estrangulada en su casa en la colonia Olivar de Los Padres, en la delegación Álvaro Obregón.

Los peritos detectaron que se llevaron electrodomésticos y dinero en efectivo. La víctima fue encontrada tirada en el piso, con las manos atadas con una cuerda y una bufanda rodeando su cabeza. Debido a que la cerradura de la casa no estaba violada, se presume que la víctima permitió el acceso de quien la asesinó.

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