La Ciudad de México, donde vivir trae un riesgo sísmico

La Ciudad de México, donde vivir trae un riesgo sísmico

  • Hay 12 sitios de la capital del país con deformación crítica, ubicados en colonias de Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco. En Iztapalapa, gran parte de su territorio está afectada.
  • Los capitalinos tienen saber el tipo de suelos en que habitan. Los hay duros, de transición y blandos que se pueden hundir y crear agrietamientos.

Susana Sánchez.-La Doctora mexicana Dora Carreón Freyre, experta en ingeniería de suelos,  advirtió sobre el habitar en determinados suelos como los de la capital mexicana  con altos riesgos sísmicos, con  las consecuencias de las dolorosas tragedias humanas y desastres como la que dejó lo el terremoto del 19 de septiembre de 2017,  que causó pérdidas de vidas humanas y dejó en la calle a miles de familias capitalinas y sin patrimonios de clase media y de estratos pobres.

La Ciudad de México, con una población de alrededor de nueve millones de habitantes está integrada por 16 delegaciones políticas gobernadas por distintos partidos de derecha y de izquierda,  que el año que entra se convertirán   en alcaldías. Fue fundada a las orillas de lagos en 1325 por la tribu indígena de aztecas a partir de descubrir un águila sobre un nopal devorando una serpiente; y  refundada por los conquistadores españoles en 1521 sobre los mismos lagos. En el siglo pasado sufrió dos grandes sismos en 1957 y 1985 que causaron graves pérdidas humanas y su infraestructura urbana resultó afectada con el derrumbe de edificios.

La capital de México, dijo Carreón Freyre Carreón Freyre, se hunde de forma acelerada e irregular creando fracturas en el suelo; en algunos sitios tienen una velocidad de hundimiento de 40 centímetros por año, mientras en otros el ritmo baja a 20 centímetros por año.

Estas grietas, que se forman desde el subsuelo afloran, llegan a la superficie y destruyen tuberías, calles y casas. Con los sismos a veces avanzan con mayor rapidez, o se detienen.

Carreón Freyre es una estudiosa de las relaciones esfuerzo deformación en materiales geológicos, particularmente sedimentos arcillosos. Tiene estudios de ingeniería de minas por la Universidad de París. Actualmente  está a cargo  del  Laboratorio de Mecánica Mutiescalar de Geosistemas (LAMMG) de la  principal universidad mexicana, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Esta universitaria ha trabajado en estos temas en la Ciudad de México desde 2007, cuando una fractura que se abrió repentinamente en la delegación Iztapalapa. Realizó el mapa de fracturas en esa demarcación entre 2008 y 2012, la más poblada de la capital.

En esos años Carreón Freyre colaboró con las autoridades de esa jurisdicción en turno, que cambian cada tres años,  para contribuir a disminuir el riesgo asociado para la población mediante una zonificación adecuada y el diseño de distintas medidas de mitigación.

Iztapalapa es una delegación de la capital  con altas tasas de migración, la mayoría de su territorio se urbanizó por  ocupaciones de tierras llevadas a cabo por demandantes de vivienda de los sectores más pobres del país que emigraron a la capital. Su población se acerca a los dos millones de habitantes.

Carreón Freyre y un equipo de investigadores mexicanos localizó la distribución de las fracturas en la base de la ladera de la Sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa, es muy similar del otro lado, en Tláhuac, y también en Xochimilco, en la base de la ladera de la Sierra Chichinautzin. Existe una relación directa entre la aparición de las fracturas y las áreas de contraste entre la zonas del lago y los edificios volcánicos.

Al comparar los mapas de fracturas con los sitios dañados por los sismos de 1985 y 2017, Carreón Freyre identificó que los edificios colapsados se sitúan en las zonas con más fracturas, especialmente en las delegaciones Benito Juárez y Cuauhtémoc. “Ambas se ubican en una especie de fosa delimitada por dos fallas, que atraviesan la ciudad de norte a sur”.

En el caso del área de gran afectación al sur de Iztapalapa, limitando con Tláhuac, otra delegación al sur de la ciudad, esta Doctora en ingeniería de suelos  identificó que  se trata de fracturas que ya estaban reportadas y que en el último sismo se manifestaron como desplazamientos verticales del suelo, de casi un metro.

Sobre el origen de estas fracturas en nuestra metrópoli, la investigadora precisó que el principal motivo es el contraste entre los materiales volcánicos y los de relleno del lago.

Esta ingeniera geóloga insistió en que “se debe estudiar cada zona, porque los contactos litológicos son planos de debilidad, con una distribución distinta en las zonas de transición o de pie de monte, montañosas o lacustres”.

Por ello, añadió, “además de conocer los efectos de los sismos en estos tipos de suelo, es importante saber qué tan susceptibles son de fracturarse”.

La extracción del agua es el factor que detona y pone en evidencia las debilidades que ya existían en el suelo, pues por el estrés hídrico el subsuelo se consolida y se compacta, y las irregularidades y discontinuidades que ya estaban comienzan a manifestarse o propagarse hacia la superficie, explicó.

La universitaria reconoció que el agua es un recurso indispensable, por lo que es fundamental mejorar la gestión del recurso subterráneo en zonas urbanas. Además, señaló, las fracturas no son aleatorias, se pueden cartografiar y predecir hacia dónde se propagarán, que es el objeto de este trabajo.

Asimismo, recordó que la CdMx se hunde en promedio de 20 a 30 centímetros al año, por lo que esos desplazamientos deben ser considerados en un plan de reconstrucción a corto y mediano plazos.

Carreón Freyre es la principal autora de un mapa de riesgos que identifica las zonas de mayor riesgo sísmico en la capital de México. Para este trabajo, además de los recorridos por la Ciudad de México, y su equipo localizaron material bibliográfico y los mapas de riesgo en cada una de las delegaciones políticas. Sin embargo, sólo cuatro demarcaciones cuentan con esta herramienta y ninguna está actualizada.

“Esta investigación fue hecha para la metrópoli y no sólo para un grupo reducido de personas. Lo ideal es que la información sea aprovechada como base para definir cualquier plan de desarrollo urbano encaminado a implementar sistemas de monitoreo y prevención, así como medidas de mitigación adecuadas para cada tipo de fracturamiento”, dijo en una entrevista el 12 de octubre pasado.

Esa investigación fue lo que llevó al Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) a buscar al equipo de Carreón Freyre, con el objetivo de ampliar la búsqueda y cartografía de dichas fracturas que, se encontró, afectan a 15 de las 16 delegaciones de la CdMx, aunque las que tienen mayor número son Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco.

Detectaron las zonas  de mayor riesgo

El resultado de esa investigación de expertos mexicanos fue  conocer científicamente este fenómeno perturbador y de graves consecuencias para los habitantes de la capital de México, y detectar las zonas de mayor riesgo en la capital del país.

Junto con Carlos Valdés González, director general del Cenapred, Carreón Freyre presentó el fin de semana anterior este mapa en una conferencia de medios Análisis de la vulnerabilidad física a la subsidencia y agrietamiento en la Ciudad de México, en el edificio Mario Molina de la Facultad de Química (FQ), al sur de la capital mexicana.

El mapa se puede consultar en versión digital. Está a disposición pública en el sitio www.atlasnacionalderiesgos.com.mx. Aunque es susceptible de mejorar este instrumento, lo último que estos expertos detectaron fueron los 12 sitios de la capital con deformación crítica, ubicados en diversas colonias de Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco.

“No son delegaciones completas, sino colonias precisas, pero hay demarcaciones, como Iztapalapa, en donde gran parte del territorio está afectada”, resaltó la doctora Carreón Freyre en esa conferencia.

Carreón Freyre explicó que los objetivos del estudio que encabezó fueron analizar la vulnerabilidad a la subsidencia, hundimiento y fracturamiento del subsuelo; identificar sitios críticos con mayor probabilidad de afectación; y evaluar la vulnerabilidad social en zonas socioeconómicamente marginadas, pues en ellas hay una baja resiliencia o capacidad de adaptación.

“Tenemos una herramienta muy importante: imágenes de radar vía satélite y  una técnica que nos permite evaluar al milímetro la diferencia de deformación vertical entre la toma de una imagen y la de otra”, detalló.

La especialista indicó que estos análisis científicos son confiables y permiten tener un monitoreo sistemático.

El director general del Cenapred,  por su parte,  recordó que la urbe mexicana se formó sobre un lago hace más de cinco siglos; por ello tiene zonas blandas y duras, algunas especialmente vulnerables para vivir sobre ellas.

Una de las principales razones para que se originen estas fracturas es el contraste entre los materiales volcánicos de las orillas de la metrópoli (como la zona de Ciudad Universitaria, al sur de la ciudad) y los de relleno del lago, ricos en sedimentos (como los del centro histórico de la Ciudad de México).

Valdés González, también investigador del Instituto de Geofísica, convocó a responsabilizarnos como ciudadanos del suelo en donde tenemos nuestra vivienda y a nuestra familia, y conocer la situación particular en este mapa que ofrece el Cenapred a través de este estudio de la UNAM.

“Al decidir vivir en la CdMx tenemos que convivir con gran diversidad de suelos que requieren un conocimiento adecuado. Los hay duros, de transición y blandos que se pueden hundir y crear agrietamientos. No deberíamos estar en un sitio con estas características, pero ya estamos aquí, y por esa razón fue financiado este proyecto”, consideró Valdés González.

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