Con un diagnóstico oportuno, el 70 por ciento de epilépticos puede llevar una vida plena

Con un diagnóstico oportuno, el 70 por ciento de epilépticos puede llevar una vida plena

 

  • En América Latina y el Caribe más de la mitad de las personas con esta enfermedad no reciben atención en servicios de salud
Foto: T E

 

Washington, DC, 24 de enero de 2019 (OPS)- La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más comunes en el mundo, que afecta aproximadamente a 50 millones de personas, de las cuales 5 millones viven en la región de las Américas.

 

Sin embargo, se estima que en América Latina y el Caribe la brecha de tratamiento es superior al 50%, lo que significa que más de la mitad de las personas con esta enfermedad no reciben atención en servicios de salud, documenta la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

 

Este 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia.

 

El 80% de los países de la región no tiene una legislación apropiada, relacionada con la epilepsia.

 

Para la Organización Panamericana de la Salud “con un diagnóstico oportuno, tratamiento adecuado, dieta saludable y minimizando las situaciones de estrés, hasta el 70% de los afectados pueden reducir las crisis y llevar una vida plena y activa”.

 

En México, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco Suárez, ofrece a los pacientes con epilepsia atención integral, al contar con personal médico especializado y tecnología de vanguardia para estos casos.

 

Además, desde hace 14 años este Instituto conformó grupos de apoyo para pacientes y familiares para orientarlos y asesorarlos sobre las enfermedades del sistema neurológico más frecuentes, entre ellos, la epilepsia.

 

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El Hospitales General de México Dr. Eduardo Liceaga y el Hospital Juárez de México, son dos instituciones de la Secretaría de Salud, que también ofrecen atención neurológica.

 

Para las autoridades mexicanas de salud un paciente informado, con ideas claras y realistas de su padecimiento, logra una mayor adherencia terapéutica, lo que conlleva a una mejor calidad de vida para él y su familia

 

La valoración y el diagnóstico de la epilepsia se basa en manifestaciones clínicas y la exploración neurológica. Una vez confirmado el caso, el neurólogo indicará cuál es la mejor opción para tratar la enfermedad.

 

Actualmente en México se cuenta con una gran variedad de antiepilépticos, que reducen la actividad eléctrica anormal del cerebro y aumentan la cantidad de sustancias químicas naturales (neurotransmisores).

 

Con el fin de ayudar a los países a diseñar programas para detectar los casos y aumentar el acceso a un tratamiento apropiado para este trastorno, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó recientemente El abordaje de la epilepsia desde el sector de la salud pública 2018. Actualmente, dos de cada tres países no disponen de un programa o plan para la atención de las personas con esta enfermedad.

 

“Las personas que padecen epilepsia y no son tratadas sufren crisis de forma recurrente, algo que puede afectar sus estudios, su trabajo y su calidad de vida, así como la de sus seres queridos”, explicó Claudina Cayetano, asesora regional en salud mental de la OPS. Sin embargo, agregó, “con un diagnóstico oportuno, tratamiento adecuado, dieta saludable y minimizando las situaciones de estrés, hasta el 70% de los afectados pueden reducir las crisis y llevar una vida plena y activa”.

 

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En los últimos años los países han fortalecido la atención a enfermedades no transmisibles, entre ellas la epilepsia. Sin embargo, la atención de las personas con epilepsia aún dista de ser satisfactoria debido, entre otras causas, a un déficit del personal médico capacitado, la no disponibilidad de medicamentos, especialmente en la atención primaria (APS); y la falta de información y de educación sobre la epilepsia, tanto para las personas con este trastorno y para sus familiares, como para la comunidad.

 

Mejorar el acceso a los medicamentos

 

Cuatro medicamentos antiepilépticos son esenciales para el tratamiento de la enfermedad. La mayoría de los países de América Latina y el Caribe disponen de estos fármacos, pero solo en los servicios especializados, careciendo por completo o con muchas limitaciones en la atención primaria.

 

La publicación explica que la simple dotación de los antiepilépticos básicos a nivel de la atención primaria es una medida crucial, muy efectiva y de bajo costo, si se considera que la mayoría de los casos logran controlar las crisis mediante el tratamiento con solo uno de los fármacos básicos (monoterapia).

 

La OPS cuenta con el Fondo Estratégico, que es un mecanismo de cooperación con los países miembros para promover el acceso a medicamentos de calidad y suministros de salud pública esenciales a precios asequibles. Los Estados Miembros pueden utilizarlo para adquirir los medicamentos antiepilépticos a mejores precios, algo que puede aumentar su disponibilidad y cerrar las brechas de acceso al tratamiento.

 

Fortalecer la atención primaria para detectar y tratar casos

 

La OPS, que también actúa como oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las Américas, considera la enfermedad como un problema prioritario de salud pública, y apoya el fortalecimiento de la respuesta del sector salud, en especial en la atención primaria de salud donde, según la publicación, existen limitaciones en la identificación, manejo y seguimiento de los casos de epilepsia.

 

La OMS ha recomendado integrar el manejo de la epilepsia en la atención primaria de salud, dado que el diagnóstico de la enfermedad es esencialmente clínico y puede ser realizado por médicos no especialistas entrenados en la identificación y manejo de casos no complicados, que son la mayoría.

 

La guía también ofrece recomendaciones para implementar las estrategias de prevención de la epilepsia, como la promoción de los embarazos y partos sin riesgos, la prevención de los traumatismos craneoencefálicos y de los accidentes cerebrovasculares, así como aumentar la sensibilización y la educación del público.

 

El trabajo de los países de la región para enfrentar la enfermedad tomó mayor impulso a partir de 2011, cuando el Consejo Directivo de la OPS adoptó una estrategia para mejorar la respuesta del sector de la salud. En 2015, la Asamblea Mundial de la Salud también reconoció la carga de la epilepsia y la necesidad de tomar medidas coordinadas entre los países del mundo para abordar sus consecuencias.

 

La nueva publicación, que se suma a esos esfuerzos, fue sometida a consulta de un grupo de profesionales de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE), el Buro Internacional por la Epilepsia (IBE), así como a expertos de la Liga Chilena contra la Epilepsia, y la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, ambos centros colaboradores de la OPS/OMS.

 

Sobre la epilepsia

 

La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica que afecta a personas de todas las edades, alrededor del mundo, y se caracteriza por provocar crisis de forma recurrente que pueden durar entre unos segundos hasta unos pocos minutos. Sus causas son múltiples. En algunos casos subyace una base genética, pero otras causas comunes de la epilepsia son el daño cerebral causado por lesiones prenatales o perinatales; anomalías congénitas o malformaciones cerebrales; traumatismos craneoencefálicos; accidentes cerebrovasculares; infecciones tales como las meningitis, encefalitis y neurocisticercosis; y los tumores cerebrales. En alrededor de la mitad de los casos de epilepsia no se puede determinar su causa.

 

Epilepsia en números:

 

  • 50 millones de personas en el mundo tienen epilepsia, de las cuales 5 millones viven en la Región de las Américas.
  • La epilepsia representa el 0,5% de la carga mundial de enfermedad. El 80% de esa carga corresponde a países en desarrollo.
  • Cada año ocurren dos millones de casos nuevos en el mundo.
  • Los casos nuevos en países en desarrollo duplican a los registrados en los países desarrollados.
  • Las tasas de mortalidad son más altas en las personas con epilepsia que en la población en general.
  • El índice de mortalidad por epilepsia en América Latina y el Caribe es de 1,04 por 100.000 habitantes, superior al 0,50 por 100.000 habitantes de Estados Unidos y Canadá.
  • Un 70% de las personas afectadas pueden tratarse con fármacos básicos, y solo alrededor de un 10% requerirán un abordaje especial con dieta o con cirugía.
  • Existe alrededor de un 20% de casos complejos que no responden a los tratamientos.
  • Se calcula que, si se ampliara la cobertura de tratamiento con medicamentos antiepilépticos al 50% de los casos, la actual carga de epilepsia, a nivel global, se reduciría entre un 13% y un 40%.
  • Dos terceras partes de los países de América Latina y el Caribe no disponen de un programa para la atención integral de las personas con epilepsia.
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