Deciden no colgar los guantes y siguen trabajando

Deciden no colgar los guantes y siguen trabajando

La aportación de los Adultos Mayores es clave para Puerto Rico

Mildred RIVERA MARRERO

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La experiencia, el compromiso, la puntualidad y el interés en aprender y mantenerse en el trabajo distinguen a los adultos mayores que trabajan, según han dicho expertos, entre ellos el director estatal de AARP en Puerto Rico, José Acarón. (Angel M. Rivera / STAFF)

Más de 700,000 de los residentes de Puerto Rico tienen 60 años o más, lo cual representa cerca del 23% de la población total, una significativa proporción de personas que es necesaria para impulsar el desarrollo del país.

Y así lo hacen muchas de esas personas quienes, aunque han cruzado el umbral de la edad que tradicionalmente se toma como referencia para el retiro, continúan activas en el mercado laboral, ya sea en su profesión de origen o en una labor diferente.

La experiencia, el compromiso, la puntualidad y el interés en aprender y mantenerse en el trabajo distinguen a los adultos mayores que trabajan, según han dicho expertos, entre ellos el director estatal de AARP en Puerto Rico, José Acarón.

“Es importante el cambio cultural que tenemos que hacer en Puerto Rico. Los adultos mayores tienen mucho conocimiento y experiencia y los podemos reinsertar de vuelta en la sociedad para adelantar la producción económica. Tenemos que dejar de ver al adulto como un costo social y convertirlo en un activo social para nuestro país”, afirma Acarón, cuya organización va a dirigida a ofrecer servicios a las personas de 50 años o más.

Sobre lo que debe ser la política pública para fomentar el trabajo para este sector de la población, Acarón dice que “es bien importante que mantengamos al adulto mayor trabajando, al tiempo que hacemos un balance entre estos y las nuevas generaciones que van entrando porque en esa diversidad es que está la riqueza, de los jóvenes que vienen con ideas nuevas y los que saben cómo se han hecho, la experiencia”.

Más allá de los 60…. continúan aportando

Precisamente, del fomento de la reinserción de los adultos mayores en el mercado laboral se ocupa la Fundación AARP, a la que acudió Víctor Díaz Dávila, de 64 años. Trabajó como detective privado hasta que quedó incapacitado por un accidente que lo obligó a retirarse. 26 años más tarde, la necesidad económica lo llevó a buscar empleo nuevamente. Esta vez, acudió a la Fundación AARP, que capacita a las personas en diversas labores para que puedan conseguir empleo y, como parte del programa, las ubica en diversas empresas u organizaciones.

En su caso, Díaz labora en el Programa de Protección y Defensa de la Oficina de la Procuradora de las Personas de Edad Avanzada atendiendo las llamadas de personas que se querellan del trato que reciben en agencias públicas o entidades privadas. Labora 20 horas semanales, con la expectativa de quedarse trabajando allí de forma permanente o conseguir empleo en otro lugar.

“Aspiro a tener un ingreso mejor y estabilizarme económicamente y tener una mejor calidad de vida”, explica Díaz, quien asegura que la mayor satisfacción que le da su trabajo es poder ayudar a otras personas.

Médico de personas con VIH

En el caso del médico generalista, de 72 años, Candelario Sosa Montiel, la razón para continuar trabajando es una más filosófica. “El trabajo dignifica y creo que puedo aportar porque me siento con suficiente energía”, dice el galeno, natural de El Salvador y quien labora en el Programa SIDA de San Juan.

Trabaja allí desde 1990 cuando era el Instituto del Sida, había solo 20 camas en el hospital municipal “que no daban abasto” y el estigma social era enorme. De los comienzos recuerda que organizó el programa de pacientes en el hogar y la unidad de tratamiento diurno, en las que aún labora para ayudar a los pacientes que, por su condición, no pueden llegar hasta la clínica.

“Creo que soy el médico que más defunciones ha firmado en Puerto Rico porque había semanas que morían 10, 12 o 15 personas y en ese tiempo había el compromiso de firmar las defunciones”, recuerda Sosa Montiel, sobre la década del 90 en que todavía no se habían desarrollado los medicamentos que hay actualmente, que extienden la vida de los pacientes.

Sobre el desarrollo de la investigación científica en ese campo, el médico celebra la evolución de los medicamentos, que ya no son tantos ni tantas veces al día, lo cual alivia los efectos secundarios para los pacientes.

“Hoy día tenemos sobre 30 medicamentos y con formulaciones, que algunos son cuatro en una sola pastilla, en aquel tiempo había personas que tenían que tomar de 6 a 12 cápsulas diarias, era un medicamento bastante pesado. Ahora tenemos tantos medicamentos buenos que los pacientes no tienen que tomar tanto medicamento al día”, agrega.

“Este año, se estima que los pacientes van a ser de 50 años o más porque viven más”, sostiene el experto.

Una dentista de niños que continúa activa

Por su parte, la dentista pediátrica Yilda Mireya Rivera, 71 años, continúa dando servicio en su oficina privada, práctica que abrió tan pronto terminó sus estudios en el Recinto de Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico, en 1971.

Su prolífica carrera profesional, incluye sus años como profesora, decana asociada, decana interina y decana de la entonces Escuela de Odontología, que bajo su mandato cambió de nombre a Escuela de Medicina Dental. “La satisfacción más grande fueron esos ocho años en el decanato porque uno puede aportar mucho”, afirma.

Nunca ha podido apartarse de la academia y ahora es asesora del rector del Recinto de Ciencias Médicas, Noel Aymat.

Pero, además, hace cuatro años la llamaron de Casa Blanca para formar parte de una comisión adscrita a la Secretaria de Salud que tiene la misión de ayudar a establecer política pública. Es la única puertorriqueña y dentista del grupo de 15 personas.

Además, hace unos años fundó la academia Dental Consultant, que trabaja con la Universidad Central del Este, en República Dominicana.

“Estoy haciendo lo que me gusta y me siento bien haciéndolo. Uno debe seguir aportando. Mientras un pueda seguir aportando debe seguir aportando. Además, quiero seguir siendo modelo para mis estudiantes. Tengo 40 y pico de clases graduandas que estuvieron conmigo”, declara Rivera.

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