CNDH, la voz firme de los grupos vulnerables: adultos mayores, niños, adolescentes, mujeres, inmigrantes y discapacitados

• Cumplió la Comisión Nacional de los Derechos Humanos 25 años de existencia
• Los derechos humanos,  la piedra angular del quehacer del Gobierno de la República, dijo el presidente Peña Nieto
• Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH, advirtió que ante la violencia en algunas zonas del país no hay lugar para la indiferencia y la insensibilidad social
• Los abusos de poder provienen cada vez más de instancias particulares o no oficiales, denunció el decano del Consejo Consultivo de la CNDH, Rafael Estrada Michel

En una ceremonia efectuada en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, al cumplirse el 25 aniversario de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el presidente Enrique Peña Nieto elogió que esta institución  sea la voz firme y la autoridad moral que “ha enriquecido la agenda pública, con temas tan fundamentales como el respeto a los indígenas, la protección de los derechos de niños y adolescentes, de mujeres, inmigrantes, lo mismo que la atención integral a los adultos mayores y a las personas con discapacidad”.

“La voz firme y la autoridad moral de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, han modificado positivamente la actuación y los protocolos de las instancias de seguridad para el efectivo cumplimiento de su deber”, dijo el mandatario en una ceremonia que reunió a funcionarios de su gabinete legal, senadores, diputados y miembros de asociaciones civiles.

Entre los servidores públicos  del gabinete legal destacaban los secretarios de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda,  y de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz; y el Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García; los presidentes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis Maria Aguilar Morales;  del Senado de la República, Miguel Barbosa Huerta; y de la Cámara de Diputados, Julio César Moreno Rivera; de la Conferencia Nacional de Gobernadores y gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, así como del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel  Ángel Mancera Espinoza.

Peña Nieto destacó que  la labor permanente de la CNDH “solidaria y eficaz, ha sacudido conciencias y ha movido voluntades en favor de la igualdad de género y la no discriminación, condiciones imprescindibles para una convivencia armónica” ya que “sus acciones de difusión han acelerado la transformación cultural y jurídica de México en materia de derechos humanos”.

“Con base en su trabajo, profesionalismo y resultados, esta Comisión Nacional se ha ganado el respeto, el aprecio y sobre todo la confianza de la ciudadanía”, agregó el presidente, uno de los tres oradores en el acto del 25 aniversario de la CNDH, fundada por el jurista Jorge Carpizo.

Peña Nieto hizo un reconocimiento a quienes “a lo largo de un cuarto de siglo han dado vida, prestigio y honorabilidad a esta noble institución”, entre ellos sus presidentes anteriores, Mireille  Roccatti Velázquez, Jorge Madrazo Cuellar, José Luis Soberanes Fernández y Raúl Plascencia Villanueva.

El presidente insistió  en  garantizar un Estado de Derecho con un Estado de derechos al subrayar que  “promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos son deberes irrenunciables del Estado Mexicano. Sociedad y Gobierno estamos trabajando para que todas las personas puedan ejercer todos los derechos que les reconocen nuestra Constitución y los tratados internacionales suscritos por nuestro país”.

“En esta administración estamos firmemente comprometidos con la transformación legal, institucional y cultural del país en favor los derechos inherentes al ser humano”, dijo el presidente al destacar que por primera vez  en México “tenemos una Política de Estado en esta materia en la que participan autoridades, organismos autónomos, organizaciones de la sociedad civil, académicos, expertos y la ciudadanía en su conjunto”.

Peña Nieto dijo que “los derechos humanos son un objetivo superior que nos une y nos obliga a redoblar esfuerzos; son también la piedra angular del quehacer de esta Administración” al destacar que  “el Estado Mexicano también cuenta ahora con innovadores instrumentos jurídicos para proteger los derechos de las víctimas y reparar el daño, así como para facilitar el acceso a la justicia”.

También se refirió al conjunto de cambios institucionales, entre ellos el nuevo Sistema Penal Acusatorio, “un cambio de modelo que permitirá agilizar los juicios, reducir la impunidad, y sobre todo asegurar que se haga justicia”, que han permitido reducir las recomendaciones de la CNDH y reconoció el trabajo conjunto que realizan la CNDH, organizaciones de la sociedad civil, académicos y especialistas para perfeccionar los mecanismos de evaluación en materia de derechos humanos.

Este esfuerzo compartido, agregó Peña Nieto, “nos permitirá contar con mejores indicadores, no sólo para observar el grado de cumplimiento de las acciones y programas emprendidos, sino lo más importante: verificar el goce efectivo de los derechos humanos entre la población”.

Peña Nieto refrendó el compromiso y la determinación de su gobierno “de trabajar de manera corresponsable para garantizar en nuestro país el ejercicio pleno de los derechos humanos”.

De acuerdo con los indicadores de la CNDH, en 2015 ese organismo ha emitido en 2015 a la Administración Pública Federal, siete recomendaciones: una a la Secretaría de Educación Pública, una a la Comisión Nacional de Seguridad, una a la Secretaría de Marina, una al Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores al Servicio del Estado y tres al Instituto Mexicano del Seguro Social.

En 2012 la CNDH emitió 55 recomendaciones a la Administración Pública Federal; 49 en 2013 y 19 en 2014.

Por su parte, el presidente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez, lamentó que la institución que preside “no ha logrado evitar casos tales como los de Aguas Blancas, Acteal, ocurridos en la década de los noventa del siglo pasado; de San Fernando, Chalchihuapan o Tlatlaya”, y se refirió a los sucesos de Iguala, Apatzingán, y los más recientes en Tanhuato, donde murieron 42 presuntos delincuentes y un policía federal,  donde se demanda la necesidad de que se conozca la verdad con la realización de “investigaciones exhaustivas, imparciales, diligentes y objetivas”.

¿Por qué a 25 años de distancia las violaciones a los derechos humanos siguen siendo un tema frecuente en la vida pública de nuestro país”, preguntó el presidente de la CNDH.

La autoridad, dijo González Pérez, tiene la obligación de sujetar sus actos a lo previsto por las normas, de aplicar la ley y a quien la incumpla y no permitir forma alguna de impunidad; advirtió que los riesgos y consecuencias de la violencia son sumamente graves, pero “estamos a tiempo de revertir este proceso. Para ello, es preciso apostar no sólo a la vigencia de la ley, sino a la cultura y a la educación, con sustento en los derechos humanos, que sirvan para construir la paz”.

Al aludir a los sucesos de la violencia a unos días de procesos electorales en el país del domingo 7 de junio para renovar a los 500 miembros de la Cámara de Diputados Federal y los poderes locales en 16 entidades del país, entre ellos nueve gubernaturas, el presidente de la CNDH manifestó su preocupación y los calificó de inaceptables.

González Pérez  dijo en su discurso que la CNDH ha colaborado en la consolidación de la vida democrática del país al incidir en la construcción de una nueva forma de relacionar a los ciudadanos con el poder y ha contribuido a generar una conciencia, en la sociedad, y en las autoridades, sobre la importancia y necesidad de que se respeten los derechos de las personas, haciendo visibles múltiples abusos, logrando que los mismos no queden impunes, y propiciando que los derechos fundamentales se tomen en cuenta en las políticas públicas.

El titular de la CNDH hizo un llamado al Ejecutivo Federal, a los Gobernadores de los estados y al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, a “trabajar juntos en generar un consenso y un compromiso por la paz en nuestro país, con sustento en la aplicación de la ley, en la justicia, en la igualdad y en las libertades públicas, que involucre a todos los órganos del Estado y la sociedad”.

La existencia de la Comisión, añadió,  le ha dado al Estado y a la sociedad mexicana la oportunidad de comprender y hacer vigentes muchos valores. “Las opciones que tienen las personas para hacer valer sus derechos son cada vez más amplias, así como su conocimiento público, lo cual se complementa con la existencia de una sociedad civil activa, organizada y comprometida con la causa de la dignidad humana”.

Igualmente destacó que “el fortalecimiento de esta noción básica sobre los derechos humanos ha propiciado que la existencia misma de esta Comisión Nacional se constituya como algo benéfico, al generarse en la sociedad la convicción de que hay una institución atenta a la protección de su dignidad y que actúa en su favor cuando la misma sea violentada. Ese hecho por sí mismo, contribuye a inhibir conductas contrarias a los derechos fundamentales”.

 “Como institución, la CNDH se ha ido adaptando a las nuevas visiones y lógicas que han imperado en materia de derechos humanos, cuya principal incidencia ha sido el reconocimiento gradual de un catálogo cada vez más amplio de derechos fundamentales”,  dijo el servidor público que representa a la CNDH.

De su lado, Rafael Estrada Michel, decano del Consejo Consultivo de la CNDH, advirtió que la institución debe preocuparse por evitar los abusos de poder que provienen cada vez más de instancias particulares o no oficiales.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, dijo Estrada Michel,  ha velado en estos años por la constitucional regularidad del orden jurídico, a través de las acciones de inconstitucionalidad que ha promovido, por supuesto; pero también, a través de los parámetros que a manera de precedente, han ido fijando las recomendaciones, significativamente las recomendaciones generales.

Por ejemplo, destacó el decano del Consejo Consultivo de la CNDH, el papel de la institución  en materia de debido proceso, uso proporcionado de la fuerza pública; protección a periodistas y activistas defensores de derechos humanos; perspectiva de género; prohibición de tratos crueles, inhumanos o degradantes; derecho a la salud.

Igualmente se refirió a la  permanente atención de la CNDH al  número de quejas que se ponen a su consideración en la materia; derecho a la educación; derechos de pueblos y comunidades indígenas; derechos de niñas, niños y adolescentes; y, ahora, en materia laboral, considerándose al trabajo como un derecho fundamental de conformidad con la recia tradición revolucionaria  de 1917, por aquél entonces, experiencia única en el mundo.