Ya me canso de llorar y no amanece…

Ya me canso de llorar y no amanece…

  • La Fonoteca Nacional rinde homenaje al compositor Tomás Méndez, autor de Paloma negra y otros títulos que encumbraron al artista y a la cantante Lola Beltrán
  • Cucurrucucú, ha sido la canción emblemática del autor que ha alcanzado fama internacional, Pável Granados

Distintos temas fueron sustanciales en las composiciones del músico Tomás Méndez (Fresnillo, Zacatecas, 25 de julio, 1926 – 19 de junio, 1995): la naturaleza, el despecho, el desamor, el hombre que llora; los animales, que se encuentran exaltados en composiciones como Paloma negra, Cucurrucucú, Que me toquen las golondrinas, entre muchas otros, señaló Pável Granados, coordinador del catálogo Música Popular Mexicana de la Fonoteca Nacional.

tomas mendez

Granados compartió y escuchó anécdotas sobre la vida y obra del compositor durante el homenaje a su recuerdo,  la noche del lunes 15 de junio en la Sala Murray Schafer de la Fonoteca Nacional, el recinto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes que conserva y difunde la memoria sonora del país.

Cucurrucucú ha sido la canción emblemática del autor que ha alcanzado fama internacional, pues ha sido traducida a varios idiomas y se escucha desde los países más cercanos de México hasta los más alejados, como Rusia, Japón, Argentina, España, Israel, la cual ha sido interpretada por Caetano Veloso en la película Hable con ella, dirigida por Pedro Almodóvar. Lo que es indicativo de que el repertorio de Tomás Méndez continúa vigente.

En la música mexicana, Tomás Méndez Sosa ocupa un lugar privilegiado, porque fue un poeta, sus metáforas son únicas, son directas, aparentemente sencillas, pero es que están vividas desde lo más hondo de un hombre de la tierra más árida, rocosa y con vetas de oro y plata que es Zacatecas. Pieza clave en la música popular mexicana del siglo XX.

Méndez fue originario de Fresnillo, Zacatecas, el músico que nació el 25 de julio de 1926 y murió el 19 de junio de 1995, provenía de una familia humilde, fue el antepenúltimo de 13 hermanos. “Nace con talento y desde muy pequeño trabajó repartiendo comida para los mineros, en sus descansos se acostaba en el campo, y él me contaba que la primera música que hizo en su cabeza fue al recrear el sonido de los árboles con el viento; se fijaba mucho en las aves, en su cantar”, comentó Eduardo Méndez, hijo del compositor.

Durante la sesión llamada  Cucurrucucú… cantaba. 20 años sin Tomás Méndez, también se proyectaron diferentes videos en los que se observaron y escucharon algunas de la canciones del artista, como Paloma negra, A los cuatro vientos, Bala perdida, El aguacero, con Lola Beltrán; Cucurrucucú, con Caetano Veloso; Al cabo y qué, con Manolín y Shilinsky, título que deja ver la faceta de Tomás Méndez como compositor humorístico.

Al homenaje asistieron sus hijos Mirna, Gabriela y Eduardo, quienes recordaron que su padre tenía un especial sentido del humor, un humor negro y una forma característica de hablar, incluso compartieron que Los Polivoces lo llegaron a parodiar. Aunque también se refirieron a él como un hombre estricto, reservado, observador y sensible.

fonoteca homenaje tomás mendez

Tomás Méndez y Lola Beltrán formaron la mancuerna de oro, pues las creaciones del músico y el mariachi, en la voz de la cantante, cautivaron al público de aquella época, así como a las nuevas generaciones. En particular, Cucurrucucú, melodía que elevó a ambos artistas y los posicionó en un lugar privilegiado.

El público asistente disfrutó  la presencia de María Elena Leal, hija de Lola Beltrán, quien conoció al compositor y recordó la forma como Tomás Méndez señalaba los puntos de inflexión de las composiciones a la cantante, así como la forma en que tenía que mover las manos.

Al reflexionar sobre las canciones del músico, sus familiares revelaron la explicación que el mismo artífice hiciera de Cucurrucucú, la cual trata de un hombre que se enamora y al no ser correspondido muere de desamor en la locura, cantando, llorando, bebiendo y se va al cielo. Desde allá le sigue llorando a esa mujer y le pide a Dios que le dé la oportunidad de reencarnar en una paloma para buscarla. Y es el mismo Dios quien le dice, “ya no le llores, las piedras no saben de amores.”

Tomás Méndez fue “descubierto” por Mariano Rivera Conde, quien también descubrió el mambo, los tríos, los boleros, la música sinaloense, señaló Pavel Granados, ya que entre el público se contó con la presencia del hijo del impulsor de talentos, quien lleva el mismo nombre, y relató que efectivamente su padre detuvo a Tomás Méndez para que no regresara derrotado a su natal Fresnillo. Con sólo escuchar tres de sus canciones consiguió que la RCA Víctor se interesara en su música.

Hacia el final del homenaje, un auditorio entusiasta y repleto disfrutó de las interpretaciones de María Elena Leal, quien cantó Paloma negra, Cucurrucucú y Huapango torero, las cuales fueron cantadas y aplaudidas por el público; asimismo, se escucharon las interpretaciones de Laguna de pesares, en la voz del hijo del compositor, Eduardo Méndez, y Las rejas no matan, entonada por Armando Moreno, amigo de la familia del músico, todos ellos acompañados por el Mariachi de Lalo Tovar.

La Fonoteca Nacional, el recinto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes que conserva y difunde la memoria sonora del país,  se ubica en calle Francisco Sosa 383, colonia Barrio de Santa Catarina, en Coyoacán.

Pide informes sobre sus actividades  al teléfono 4155-0950, en la página www.fonotecanacional.gob.mx o al correo informesfonoteca@conaculta.gob.mx.

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