La ciudad de los derechos humanos para los Adultos Mayores

La ciudad de los derechos humanos para los Adultos Mayores

  • El gobierno de la Ciudad de México hace efectivos los derechos de los adultos mayores  a la alimentación, a la salud, a la educación, al turismo social, a la recreación, a la movilidad social y el acceso a la justicia.
  • Hace catorce años se decía que “cómo, para qué, pero si ya se van a morir”.  Hoy, en el gobierno del doctor Miguel Ángel Mancera Espinoza, el programa de atención social de la Pensión Alimentaria para los Adultos Mayores ampara a medio millón de adultos mayores como sus receptores. Se estudió su implementación desde el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, el primer Jefe de Gobierno electo en 1997 por voto directo de los ciudadanos en la Ciudad de México.

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 José Luis CAMACHO LÓPEZ

El pasado martes 16 de junio, en el popular barrio de Tepito, la antigua zona de los ayateros  de la ciudad de México y muy lejana de la ciudad de Washington, donde la OEA aprobó la Convención Interamericana sobre los  Derechos Humanos de los Adultos Mayores,  se entregaron  75 tarjetas de la Pensión Alimentaria para Adultos Mayores a nuevos derechohabientes del barrio. Este grupo de 75 adultos mayores  de Tepito recibirán los beneficios de una política social que ampara al 65 por ciento de adultos mayores que están fuera de pensiones o jubilaciones de la capital.

Sandra Huenchuan Navarro, Doctora en Estudios Latinoamericanas y la experta en los temas de envejecimiento y vejez de la Comisión Económica para América Latina y del Caribe  (CEPAL), ponderó en su última visita a la capital los programas sociales del gobierno del Distrito Federal, entre ellos la Pensión Alimentaria. Muchos de esos derechos se han adelantado a la Convención para los Derechos Humanos de los  Adultos Mayores, aprobados por la Organización de los Estados Unidos Americanos (OEA) aprobada el 15 de junio.

La Tarjeta Pensión Alimentaria para los Adultos Mayores en la Ciudad de México no resuelve la enorme deuda social con los adultos mayores, pero si atempera las condiciones de desigualdad social que pesan de antaño sobre la sociedad mexicana. Esta mágica Tarjeta la recibieron ese grupo de adultos mayores del barrio de Tepito, una de las zonas donde estallan periódicamente los conflictos de inseguridad y marginación social.

Este grupo forma parte de la población que alcanzará este mes de junio medio millón de adultos mayores de más de 68 años que cada mes reciben una Pensión Alimentaria, consistente en mil 46 pesos, para la cual el gobierno del doctor Miguel Ángel Mancera Espinoza, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ha dispuesto un presupuesto de seis mil 229 millones de pesos para su aplicación.

Si hay una ciudad en el continente que se distingue por aplicar derechos es la capital mexicana. Los adultos mayores tienen derecho a la alimentación, a la salud, a la educación, a la cultura, a la movilidad, al amparo jurídico y a la atención psicológica. Cada domingo pueden asistir a sesiones de yoga en el Ángel de la Independencia, en el corazón de la capital, junto con otros capitalinos de diversas edades o bien asistir al cinematógrafo en forma gratuita.

Los adultos mayores de Tepito podrán recibir  médicas en su domicilio si tienen algún impedimento físico, pruebas de laboratorio, en el caso de los hombres, el antígeno prostático para detectar posibles casos de cáncer, tomas de presión arterial y medición de glucosa, recibir la aplicación de vacunas contra el tétano y neumococo. Pronto tendrán posibilidad de recurrir a clínica especializadas en odontología y geriatría. A estos beneficios se agrega recibir orientación jurídica, psicológica a través de las la Línea Plateada  y Alerta Plateada para denunciar casos de abuso físico o psicológico, abandono  y depresión de que sean víctimas o de extravío en situaciones de enfermos de Alzheimer.

La doctora Sandra Huenchuan Navarro, quien constantemente recorres los países de la región, es una de las expertas que reconoce  en el programa de visitas médicas domiciliarias a los adultos mayores, una acción pública  para personas en condiciones de vulnerabilidad que en otras naciones no existe.

La Alerta Plateada tiene documentado que en la Ciudad de México se extravían cuatro mil 500 personas mayores de 60 años y alrededor de 63 mil adultos mayores capitalinos padecen algún tipo de déficit cognitivo.

Este grupo de adultos mayores tepiteños podrá tener acceso gratuitamente a las “Mañanas de Cine” a las salas de Cinemex y Cinépolis una vez cada 15 días; visitar zonas turísticas y culturales de  la ciudad o realizar viajes foráneos a bajo costo, a pagar con su tarjeta de la Pensión Alimenticia, como los que han  viajado en autobús al puerto de Acapulco y más recientemente estos días, en avión a Cancún.

Los programas de política pública para los adultos mayores, además de las pensiones alimenticias para los de 68 años y más, los configuran los créditos de cinco mil pesos, el turismo social, visitas médicas domiciliarias, visitas gerontológicas, jueves de danzón, sesiones cinematográficas gratuitas, Alerta y Línea Plateada, en casos de extravíos, malos tratos, abusos, depresión causada por soledad, difusión de derechos, Escuela de Adultos Mayores, y el acceso gratuito al transporte público de la capital (Metro, trolebuses, tren ligero),  para los adultos mayores a partir de los 60 años y después de los 70 años en el transporte llamado Metrobus.

Todos esos derechos universales, indivisibles, inalienables, progresivos son operados desde uno de los músculos sociales del gobierno del doctor Miguel Mancera Espinoza, Doctor en Derecho egresado de la UNAM: un modesto y austero edificio de cinco pisos junto a la Arena México, en la colonia de Los Doctores. Desde este inmueble de un barrio popular, sin relumbrones en su arquitectura, el gobierno de  Miguel Ángel Mancera Espinoza articula el brazo con los músculos que hacen efectivos todos los derechos de los adultos mayores  a la alimentación, a la salud, a la educación, al turismo y la cultura social, a la movilidad social y el acceso a la justicia.

En ese edificio, que alberga al Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal (IAAM-DF), de arquitectura austera, limpio, en una colonia popular, muy cerca de donde se encuentra la Tesorería de la capital y de la antiguas sedes de las Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en el perímetro donde se procura la justicia capitalina,  se mueven  los resortes de los más  sensibles programas sociales dirigidos a las personas  que se encuentran en posición de extrema necesidad, a los adultos mayores que  carecen de algún tipo de pensión, están en el desempleo y abandono por parte de sus familias, porque existe el principio de que todas las personas mayores a los 68 años, sin ningún tipo de discriminación, deben tener acceso a las pensiones alimenticias por ser un derecho de un carácter universal.

En el quinto piso de este edificio despacha la licenciada Rocío Bárcena Molina,  una de las tres personas  encargadas de defender los derechos de los adultos mayores de la capital. El primero es el doctor Miguel Ángel Mancera Espinoza, siempre preocupado por las condiciones de vida de los adultos de sesenta años y más; la segunda es Rosa Isela Rodríguez, secretaria de Desarrollo Social, periodista de origen, creativa y propositiva, quien ha hecho de la causa de los adultos mayores una de las principales banderas sociales del gobierno de la capital.

Formada en el magisterio y decisiva impulsora de la educación de las Escuelas de Adultos Mayores, la licenciada Rocío Bárcena lleva a la práctica una de las más altas responsabilidades sociales en el gobierno del doctor Mancera Espinoza, concretar en la vida cotidiana de la capital los derechos universales, indivisibles,  inalienables y progresivos de los adultos mayores.

Esta gentil profesora recibe a TE, el diario de la Tercera Edad, en la austera oficina que mantiene sus puertas abiertas. Rocío Bárcena Molina supervisa la aplicación de todos los programas sociales dirigidos a los adultos mayores del Distrito Federal, de la “capital social”. La jornadas en este edificio son agotadoras en este Instituto.

Foto: T E
Foto: T E

En esa entrevista efectuada en sus oficinas esta maestra, amable y abierta, presenta a TE, el diario de la Tercera Edad, los programas desarrollados diariamente por el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal.

Este mes de junio, el gobierno de Mancera Espinoza que abandera a la ciudad de México bajo el concepto de “la capital social”, entregará 10 mil 200 tarjetas de Pensión Alimentaria. Es un programa que en catorce años ha proporcionado esta pensión a 981 mil 813 personas derechohabientes mayores de 68 años. Por fallecimientos y cambios de domicilio fuera del Distrito Federal, el Padrón tiene movilidad en sus bajas y altas.

Este programa se inició con seiscientos pesos y ahora  es de mil 49 pesos. Se preparó en el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, en 1997-2000,  y se aplicó con el gobierno de López Obrador, 2000-2006. En su administración a partir de 2012 Miguel Ángel Mancera lo ha hecho crecer hasta llegar a ese  medio millón de usuarios, una asombrosa cifra de beneficiados.

Del medio millón de personas que reciben este tipo de pensión, 61.94 por ciento son mujeres y 38.06 por ciento son hombres. El gobierno de Mancera Espinoza tiene focalizado el problema de las mujeres que carecen de cualquier tipo de pensión o jubilación, son las más agraviadas por la desigualdad social, ya que la mayoría de ellas labora en sus casas en tareas domésticas, se hacen cargo de sus hijos o trabajan en oficios sin garantías sociales o de muy bajos salarios.

En el Distrito Federal, la mayor población de receptores de este derecho universal se encuentran en la delegación de Iztapalapa, 81 mil 355 personas mayores, le siguen Gustavo A. Madero con 78 mil 815, Coyoacán, con 43 mil 844, Álvaro Obregón, con 38 mil 825, Tlalpan con 32 mil 597, Cuauhtémoc, con 31 mil 664, Venustiano Carranza con 29 mil 948,  Benito Juárez, con 29 mil 70 usuarios, con fama de una población de altos ingresos, y la más baja Milpa Alta, con cinco mil 485 receptores.

Iztapalapa y Gustavo A. Madero concentran el mayor número de beneficiados: el 16.27 por ciento en la primera jurisdicción y la segunda, el 15.76 por ciento.

En todas las delegaciones existen usuarios de este derecho. De acuerdo con el Padrón Electoral del Distrito Federal cuentan con tarjeta de elector un millón 420 mil 856 personas de más de sesenta años. El desafío es enorme en la ciudad de México y en el país: en 2050 está pronosticado por nuestros demógrafos que la pirámide poblacional cambiará radicalmente, habrá más personas mayores que niños.

La licenciada Rocío Bárcena Molina, Directora General del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores del D.F. Foto: T E
La licenciada Rocío Bárcena Molina, Directora General del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores del D.F. Foto: T E

Mil 200 trabajadoras sociales verifican la vida de los adultos mayores

Una de las  actividades esenciales que tiene el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal, consignadas en un informe del Consejo Asesor para la Integración, Asistencia, Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas Mayores,  son  las visitas que realiza un  ejército de mil 200 trabajadoras sociales a los domicilios de las personas mayores para verificar la situación social y de salud, maltrato familiar, abandono, soledad o despojo. Estas trabajadoras sociales son en muchas ocasiones la única persona ajena a la familia o a la comunidad que tiene acceso a las persona mayores, representando un vínculo entre las personas mayores y las instituciones que las atienden.

Los adultos mayores de 68 años y con residencia mínima de tres años en la capital en el barrio de Tepito recibirán cada mes mil 049.25 pesos. En la capital, como en el resto del país, el 65 por ciento de los adultos mayores no cuenta con jubilación ni pensión alguna. Este derecho de los adultos mayores capitalinos ha motivado que otras personas de edad similar, residentes en los estados de México, Morelos e Hidalgo,  busquen esta prestación emigrando a la ciudad de México.

En las calles de la ciudad de México es común encontrar adultos mayores residentes de los municipios conurbados del Estado de México solicitando dádivas, porque no cuentan o ignoran si existe ese derecho en esa entidad vecina a la capital del país.

El requisito para recibirlo por parte del IAAM-DF es que deben ser residentes en alguna de las 16 delegaciones del Distrito Federal. Las trabajadoras sociales se han encontrado con personas mayores que intentan simular que residen en la capital para recibir ese beneficio que sale del presupuesto público de los capitalinos.

En el reciente Primer Congreso Interdisciplinario sobre Vejez y Envejecimiento, efectuado en Ciudad Universitaria, del 10 al 12 de junio, la profesora Bárcena Molina destacó el carácter universal de este beneficio, tengan o no otra pensión los adultos mayores. Esta política pública no distingue. La gran mayoría de los pensionados por el Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE) reciben cantidades raquíticas, de 800 a mil pesos.

Esta política pública de subsidiar a los adultos mayores con una pensión alimenticia está sustentada en que favorece y es menos costosa para la ciudad, ya que disminuye el impacto en servicios públicos tan congestionados como el de la salud, al mejorar su capacidad alimenticia y mejora su calidad de vida.

Cuando se les hace la entrega de las tarjetas de Pensión Alimenticia a los adultos mayores las trabajadoras sociales se les hacen de su conocimiento de los derechos a los que tienen acceso.

El IAAM-DF  tiene ubicados a esta población por edades, tienen registrados ocho centenarios de 100 y 113 años, el mayor número de usuarios se encuentra entre los 70 y 79 años, representan 306 mil 642 usuarios, le siguen los de 80 a 89 años, 150 mil 316.

Desde el inicio de estos programas las trabajadoras sociales han realizado 20 millones de visitas domiciliarias, más de cuatro millones 200 mil en esta administración. La profesora Bárcena tiene bien documentadas las actividades del instituto a su cargo: 83 mil 962 visitas médicas domiciliarias, los viajes de turismo social, los asistentes a los jueves de danzón, los alumnos inscritos en las Escuelas para Adultos Mayores.

Son derechos que no existen en otras entidades de la República, donde apenas empiezan a señalarse algunos de ellos. Hay gobiernos como el de Tabasco, encabezado por Arturo Núñez Jiménez, que replica estas fórmulas de atención social a los adultos mayores de esa entidad del sureste del país. El ejemplo cunde. El Jefe de Gobierno ha manifestado que gobiernos de los estados piden información sobre, por ejemplo, la forma de dar créditos a las personas mayores que no son sujetos de financiamiento por las instituciones bancarias.

Inicialmente los programas de atención social a los adultos mayores fueron objeto de críticas. “Para qué, si ya se van a morir”, era una de las críticas mordaces que se le hacían a la Tarjeta de Pensión Alimenticia. Hoy, catorce años después de iniciarse este programa, medio millón de adultos mayores lo reciben  en la capital.

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