Cada vez hay más gente que supera los 90 y sigue activa

Cada vez hay más gente que supera los 90 y sigue activa

  • La longevidad se logra con más frecuencia a partir de un mayor acceso a la educación para la salud y la información
  • Los avances de la medicina y las condiciones de vida, factores genéticos y también factores afectivos, de personalidad y sociales pesan para favorecer que muchas más personas lleguen en buenas condiciones físicas y mentales a esta etapa de la vida.
  • La cantidad de nonagenarios aumentó un 35% entre censos. Y el salto fue del 45% en los mayores de 95.

“Yo diría que estoy un poquito más perezosa que cuando era más joven, pero por lo demás llevo una vida normal. Todavía me gusta levantarme temprano, tejer un poco cada tanto, salir a hacer algún mandado. Y por supuesto compartir cada fiesta familiar y disfrutar de mis bisnietos. Tengo 6, de entre nueve meses y cinco años”. A los 93 años la platense Elida Iturralde es una más dentro del creciente grupo de los mayores de 90 años, la franja de edad que fue la que más creció en el país en la última década, según un reciente informe dado a conocer por la Organización Panamericana de la Salud (OPS): el crecimiento de ese colectivo fue de un 35% si se considera a todos los nonagenarios y de un 45% si se tiene en cuenta a los de más de 95 años.

club de los mayores 1

Según los datos del estudio el segmento de población de entre 90 y 100 años es el que está experimentando el crecimiento más rápido en el país. Muchos de ellos llegan a esa edad en plena actividad y con proyectos. Y es destacada, entre ellos, la mayoría de mujeres: 3.494 frente a 814 hombres.

Geriatras y gerontólogos consultados por este diario indicaron que los avances de la medicina y las condiciones de vida, factores genéticos y también factores afectivos, de personalidad y sociales pesan para favorecer que muchas más personas lleguen en buenas condiciones físicas y mentales a esta etapa de la vida.

Con todo, destacaron que también hay problemas cotidianos a resolver: desde el punto de vista físico, remarcan como un desafío a esas edades la conservación de la independencia a través de una buena salud mental y física, sobre todo en lo que tiene que ver con la capacidad motora.

También leen a esta tendencia como un desafío para que las sociedades favorezcan el buen envejecer, un objetivo que depende de los factores más arriba mencionados, pero también de compromiso de los individuos, de la sociedad y de políticas públicas en conseguir ese objetivo.

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Para algunos geriatras, además de la mejora de las condiciones de vida, la decreciente incidencia de hábitos como el de fumar en las sociedades actuales y los factores genéticos, también la longevidad se logra con más frecuencia a partir de un mayor acceso a la educación para la salud y la información.

Lo cierto es que la tendencia al envejecimiento de las poblaciones y al crecimiento de las franjas que están en lo más alto de la pirámide de edades es un fenómeno mundial tan reciente que apenas ha sido investigado.

Se prevé que su impacto en los sistemas de salud y previsionales va a ser fuerte en el curso del presente siglo y se espera que distintos aspectos de la vida de las sociedades sea revisados en función del envejecimiento de las poblaciones a través de conceptos como el de ciudades amigables con los adultos mayores.

España, que es el país europeo con mayor cantidad de personas con edades superiores a los 90 años después de Suiza es uno de los que se dedicó a estudiar específicamente a la población de esta franja de edad y determino que para lograr envejecer bien es tan importante la condición física como el factor genético y una actitud mental positiva.

Para la platense Silvia Gascón, el envejecimiento de las poblaciones plantea nuevos desafíos que tienen que ver con las posibilidades de acceder a un buen envejecer.

Según Gascón “ no todas las personas envejecen de la misma manera y estas diferencias no provienen del azar. Existen factores que determinan las formas de envejecer: los ingresos, el género, la actividad laboral, las redes de apoyo social y factores genéticos, entre otros. La cuestión entonces es cómo envejecer bien, activos, competentes, saludables, incluidos” (ver aparte).

Mientras estos debates se instalan en una sociedad que observa, no sin sorpresa, cómo la franja de los nonagenarios es la que más crece, miles de historias se suman a la experiencia de transitar la novena década en plena actividad.

La laureada escritora platense Aurora Venturini (autora de más de 50 obras entre las que destacan LasPrimas, Los Rieles, Nosotros los Caserta y El Marido de mi Madrastra, entre otras) prepara a los 92 años un nuevo trabajo, esta vez referido al poeta de los años ´40 Alberto Ponce de León, mientras da charlas a sala llena (la más reciente en la biblioteca López Merino) a la que concurre un público de entre 15 y 50 años.

Para Aurora, el desafío, a los 90, es “no entrar en la vejez boba”.

Según relata, “hasta no hace mucho tiempo viajaba todos los años , pero tuve un accidente y después de eso conservo la movilidad, pero sin gran agilidad. Con todo, creo que es importante tener una mentalidad saludable”, dice esta reconocida escritora platense, que además es psicóloga.

Aurora Venturini cuenta que, aunque redujo el número de horas que dedica a escribir, lo sigue haciendo regularmente y con la misma disciplina que lo hizo durante toda su carrera.

“Escribo todo lo que puedo durante todo el día. Si antes le dedicaba alrededor de 8 horas diarias a escribir, ahora estoy dedicándole entre dos y cuatro horas”, cuenta.

Esa rutina de escribir se desarrolla como en los comienzos: sobre las hojas de cuadernos, donde la escritora platense de 92 años plasma sus manuscritos.

“No me entiendo bien con las computadoras, me gusta escribir con letra manuscrita sobre cuadernos. Después tengo quien me ayuda y los pasa a una computadora”, explica la escritora que prepara, además, la próxima edición de un libro de cuentos que va a salir durante este invierno.

En el quehacer cotidiano, dice Venturini, “tengo personas que me ayudan con cosas como la cocina, los mandados, una enfermera que me cuida”, cuenta.

Para la escritora, el crecimiento de la cantidad de adultos mayores se hace notorio en una ciudad “donde hay mucha gente centenaria, especialmente mujeres que envejecen muy bien”.

Esa mayoría de mujeres entre la población longeva también se nota en los consultorios de los gerontólogos de la ciudad, según indica Osvaldo Tirante, miembro fundador de la Asociación de Geriatría y Gerontología de La Plata y el Gran La Plata: “después de los 90 la relación es de alrededor de diez pacientes mujeres por cada varón”.

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