Jubilación laboral hasta los 75 años y Semana de 33 horas,  propone Carlos Slim

• El principal problema que enfrenta el mundo es la pobreza.
• No sólo hay que combatirla sino erradicarla.  La única fórmula para acabarla es con empleo.
• Critica al neoliberalismo salvaje

Carlos Slim Helú, presidente del Consejo de la Fundación Carlos Slim y Fundación Telmex, encontró una fórmula al sistemático proceso de envejecimiento de la población mexicana, que ya plantea serios retos para los servicios de salud, programas sociales y para el sistema de pagos de pensiones y jubilaciones. Slim propone que le edad de retiro laboral sea a los 75 años en lugar de los 60 y 65 años y una semana laboral de 33 horas.

El ingeniero Slim,  con un patrimonio que supera los 80 mil millones de dólares, según la Cadena CNN, habló en el foro México Siglo XXI, edición 2015, organizado por Fundación Telmex, al que asistieron los becarios de esa institución privada.   Se refirió al proceso de envejecimiento de la población, la pobreza y  la falta de empleo para los jóvenes.

La gente quiere un ingreso mejor, dijo el propietario de la telefónica más importante del país.

Para Slim el principal problema que enfrenta el mundo es la pobreza, y propone no sólo combatirla sino erradicarla.  Para lograrlo, el empresario dijo que la única fórmula de acabarla es con la generación de empleo.

Slim, emulando una versión del Siglo XXI del predicador de  la doctrina de la fraternidad humana, del siglo XIX,  el industrial Robert Owen, hizo una crítica al neoliberalismo salvaje capitalista, centrada  en el la explotación del hombre, en lugar de combatir la pobreza y  generar empleo.  Para el exitoso empresario los trabajadores deben tener más tiempo que dedicar a su familia y capacitarse para aspirar a mejores empleos.

 “Esta nueva sociedad puede ser más próspera-dijo Slim- no basada en la explotación del hombre, sino en el bienestar del hombre. Hay que estar preparados para trabajar, para formar parte de la economía y que estén calificados. La tecnología puede ser una brecha o un puente para el desarrollo. Si la aprovechamos adecuadamente puede ser un instrumento para alcanzarlo de forma más rápida”.

El hombre más rico del mundo, como se le conoce, propuso que la edad del retiro sea a los 75 años, modificar el esquema laboral a tres días de jornadas de trabajo de 11 horas y desarrollar actividades que generen empleo. En la Ciudad de México, mencionó la necesidad de  volver a desarrollar la industria en una capital que se ha convertido en una economía de servicios.

El reto mayor a que se enfrenta México, aún sin visualizarse completamente en las políticas públicas del país, es el envejecimiento de la población. Los jóvenes de ahora vivirán más y cuando lleguen a los 60 años enfrentarán problemas mayúsculos  por la carencia empleos, servicios de salud y de asistencia social.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) calcula que en 2028 la pirámide poblacional se habrá invertido en la Ciudad de México, habrá más personas adultas mayores que adolescentes, mientras que la Secretaría de Salud del gobierno capitalino estima que para 2030   serán 78 personas adultas mayores por cada 100 jóvenes, “situación que ubica a la Ciudad de México en el primer lugar a nivel nacional en el proceso de envejecimiento poblacional del país”, consideró el doctor Armando Ahued Ortega, secretario de Salud capitalino.

Al aumentar la esperanza de vida en el país, que  en la capital mexicana es de 78.4 años para mujeres y 73.6 para hombres, los problemas se han multiplicado para esta población. La gran mayoría de la población de personas adultas mayores carece de ingresos suficientes. Se estima que por lo menos ocho de cada diez de estas personas se encuentran en esa situación de carencias y vulnerabilidad ya que  carecen de algún tipo de pensión o jubilación. Alrededor del 43.2 por ciento vive en  condiciones de pobreza multidimensional.

EL Consejo Nacional de Población (CONAPO) estima que de los 12 millones cien mil personas adultas mayores en 2015, el 9.9 por ciento de la población, 5 millones 600 mil son hombres y 6 millones 500 mil son mujeres. De la población mayor de 65 años,  1 de cada 2 vive en situación de pobreza; 1 de cada 4  padece carencia por acceso a la alimentación, 3 de cada 5 tiene rezago educativo y 1 de cada 2 personas con discapacidad es un adulto mayor lo que aumenta su vulnerabilidad.

El programa de Pensión Alimentaria en la Ciudad de México apoya a unas 500 mil personas de más de 68 años con mil 46 pesos mensuales, mientras que el Gobierno de la República atiende a través del programa Prospera,  a 16 mil 175  mil beneficiarios de más de 65 años con alrededor de 370 pesos mensuales.

Ambos programas sociales pretenden disminuir el empobrecimiento que afecta a más del 70 por ciento de la población adulta mayor, sobre a todo a las mujeres que son las que carecen de algún tipo de pensión o jubilación.

La única opción laboral que ofrece el gobierno federal, a través del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) es incorporar a las personas adultas mayores  a “un sistema voluntario de empacado de mercancías” que “por su educación o régimen de jubilación”, tienen “dificultades para competir en el mercado laboral”. Las personas adultas mayores que son enviadas por al INAPAM a las tiendas de autoservicio donde sirven de empacadores, sólo reciben propinas de los consumidores como recompensa por tener horarios de 4 a 6 horas.

El pasado 28 de agosto, de acuerdo con datos del CONAPO) en ocasión del Día del Adulto Mayor, en las últimas décadas se duplicó el número de personas adultas mayores, de 5 millones en 1990 a 12 millones cien mil en 2014. En el Senado de la República maneja otros datos, señala que la población de más de 60 años en 2015 es de 15 millones de personas.

En el gobierno de la Ciudad de México es la administración que tiene visualizado la dimensión del proceso de envejecimiento de la población nacional. Además de la Tarjeta Alimentaria ha dispuesto la creación de un programa social, El Médico en Tu Casa que hasta agosto pasado había prestado servicios médicos   a 120 mil personas adultas mayores de la capital.