La lucha contra el dolor es la historia del ser humano y la historia de la Medicina

La lucha contra el dolor es la historia del ser humano y la historia de la Medicina

‘El Dolor es a la vez una experiencia individual y universal y al mismo tiempo es  una experiencia intransferible’, María Antonieta Flores Muñoz, profesora de Algología (estudio del dolor) en la carrera de Médico Cirujano de la UNAM

María Antonieta Flores Muñoz
María Antonieta Flores Muñoz

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) define a éste como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, ligada a un daño tisular de los tejidos real o potencial, o descrita en términos de ese deterioro”. Sin embargo, esta definición no es precisa ni mucho menos, porque el dolor es algo individual.

Nadie puede decir cuánto siente otra persona; sólo quien lo sufre en carne propia es capaz de saberlo. “Por ejemplo, podemos observar manifestaciones de dolor en un neonato: cambios en su expresión facial, llanto, movimientos rápidos de sus piernas o cierta posición que adopta en su cuna, pero es difícil saber qué tanta molestia tiene.

Es una experiencia intransferible”, dijo en entrevista a La Gaceta de la UNAM, María Antonieta Flores Muñoz, profesora de Algología (estudio del dolor) en la carrera de Médico Cirujano de la UNAM, profesora titular del curso de Posgrado de Alta Especialidad de Algología en Pediatría de la misma casa de estudios y médico especialista adscrita a la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de México Doctor Eduardo Liceaga.

El dolor puede ser causado por heridas o traumatismos, por enfermedades neoplásicas como el cáncer, por males degenerativos como la artrosis, por algunos problemas genéticos como las neuropatías hereditarias,  por procesos infecciosos como una cisticercosis cerebral, por sustancias tóxicas y por cirugías.

Según su tiempo de evolución, el dolor se divide en agudo y crónico. El primero es una señal de alarma: nos avisa que una parte de nuestro organismo está dañada o no funciona adecuadamente, dura corto tiempo y va disminuyendo conforme sana la dolencia.

El segundo, por lo contrario, persiste a través del tiempo; es originado por una afección de base, se desarrolla sin un daño físico obvio y no tiene un mecanismo biológico protector como señal de daño tisular.

El dolor físico: nociceptivo o neuropático

En la actualidad, incluso, es considerado un padecimiento per se,  Físico y psíquico;  de acuerdo con su etiología, el dolor se divide en físico y psíquico. A su vez, el primero se subdivide en nociceptivo (producido por una estimulación de los nociceptores o receptores del mismo) y neuropático (ocasionado por una alteración o enfermedad del sistema nervioso somatosensorial; puede ser central o periférico).

dolor en el cerebro

Algunas veces el nociceptivo es somático o visceral. El primero se produce por la activación de los nociceptores de los músculos, la piel o los huesos, y generalmente es de tipo opresivo y punzante.

El otro ocurre por la activación de los nociceptores de las vísceras pélvicas, abdominales o torácicas; cuando se presenta en una víscera hueca, como el intestino, es parecido a un cólico; y cuando se manifiesta en una maciza, es de tipo sordo.

El dolor neuropático se caracteriza por ser ardoroso, como descargas eléctricas o calambres, con sensaciones de piquetes de aguja, hormigueo y adormecimiento.

Puede ser que no se vea un trastorno físico en ese momento, pero el funcionamiento de los nervios se altera y produce mucho dolor. “Las personas a las que les amputan una pierna pueden padecer un dolor de miembro fantasma, que es de tipo neuropático: sienten que tienen la pierna y que en ésta sufren calambres, ardor, piquetes y la sensación de que se les mueven los dedos. Para evitar estos problemas se les tiene que tratar, antes y después de la amputación, con neuromoduladores”, indicó la especialista.

Tipos de tratamiento

A la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital General de México acuden personas con dolor crónico secundario a cáncer y otras enfermedades como el herpes zóster, lumbalgias (dolores de la espalda baja) y neuralgias.

“Por ejemplo, señala la doctora Flores Muñoz,  la neuralgia del trigémino (nervio que inerva parte de la cara) se manifiesta por medio de una molestia sumamente intensa con característica de toque o corriente eléctrica en la mitad de la cara, también puede sentirse  alrededor de ojos, labios, nariz, cuero cabelludo, frente y mandíbula.

El dolor  que se siente por esta neuralgia quizá sea el más intenso de los dolores conocidos; ha llevado a algunas personas al suicidio”, apuntó la  profesora de Algología en la carrera de Médico Cirujano de la UNAM.

Abundó: hay dos tipos de tratamiento: invasivo y no invasivo. El primero consiste en inyectar un fármaco para bloquear los nervios y así adormecer la parte del cuerpo afectada.

El segundo se subdivide en farmacológico y no farmacológico. Sobre el farmacológico, la académica destacó que se utilizan analgésicos opioides (morfina, buprenorfina, oxicodona, tramadol, tapetandol, fentanyl, hidrocodona e hidromorfona, entre otros) y no opioides (analgésicos antiinflamatorios no esteroideos).

Otro grupo de medicamentos, los neuromoduladores (gabapentina, pregabalina y amitriptilina, entre otros), actúan como analgésicos coadyuvantes para el de origen neuropático.

El tratamiento no farmacológico consta de una terapia psicológica cognitivoconductual para que el paciente aprenda, por medio de ejercicios de respiración, de relajación, de imaginación y de autohipnosis, a controlar las sensaciones  que padece.

“También recurrimos a la terapia física, que es fundamental. Se dice que para que una persona con dolor crónico tenga una buena evolución, hay que darle no únicamente fármacos, sino también terapia física y psicológica, sólo así podrá volverse a integrar a su vida social”, aseguró la especialista.

Vicente García Olivera, el padre de las clínicas del dolor en México

Dr. Vicente García Olivera
Dr. Vicente García Olivera

La profesora Flores Muñoz recordó al doctor  Vicente García Olivera, el padre de las clínicas del dolor en México, quien  fundó en junio de 1972, la primera clínica del dolor en México. Este primer centro de atención en dolor se instaló en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y NutriciónSalvador Zubirán, INCMNSZ , y fue consolidado por el Dr. Ramón De Lille Fuentes y por el Dr. García Olivera.

Posteriormente en el año de 1976, el Dr. García Olivera yun grupo de médicos encabezados por el Dr. Miguel Herrera Barroso, fundaron la clínica del dolor del Hospital Generalde México (HGM).

El  doctor  Vicente García Olivera, platica  Flores Muñoz,  decía que la lucha contra el dolor es la historia del ser humano y la historia de la Medicina,  y aseguraba que    el dolor  más fuerte es el del alma, y apunta: ‘pero si hablamos en términos de dolor físico, hay múltiples y muy intensos, un ejemplo es el llamado Síndrome de Dolor Regional Complejo; es de tipo neuropático: ardoroso, como calambres, y ocasiona cambios de coloración en la extremidad o la parte del cuerpo afectada (a veces se pone morada, pálida o enrojecida).

Asimismo,  hay dolores extremadamente fuertes por cáncer, litiasis (piedras en las vías urinarias) y herpes zóster. Con todo, “no puedo afirmar que uno sea más intenso que otro porque cada individuo lo experimenta de una manera diferente”, añadió.

Hay variaciones genéticas e individuales en cuanto al umbral. Al respecto, se sabe que las personas que de recién nacidas padecieron algún tipo de dolor  tienden a ser más sensibles a éste que las que no lo sufrieron; el dolor  temprano queda grabado en la memoria biológica de su  organismo, por lo que tienden a tener un umbral más bajo. La Especialista aconseja a los adolescentes y adultos jóvenes autoexplorarse constantemente los testículos.

 “Así como las mujeres lo hacemos con las mamas, los hombres se tienen que autoexplorar los testículos, de preferencia cuando se bañan porque en ese momento éstos se encuentran en el escroto. Primero se deben familiarizar con su textura. Si uno de los dos está duro como un hueso de aguacate o presenta algún abultamiento, cuidado: tienen que ir de inmediato con el médico para que les mande hacer un ultrasonido testicular.”

Cuando hay quejas de dolor hay que creerle al paciente, niño o adulto

dolor imss

En el Hospital General de México, Flores Muñoz atiende a niños. Su primera observación en relación con este tema es la siguiente: si dicen que les duele algo, hay que creerles, pues entre ellos rara vez se dan casos de tipo psicológico. “Recuerdo con tristeza a un paciente de 15 años que tenía dolores de cabeza y se quejaba de que no podía ver bien. Nadie le hacía caso: le decían que lo suyo era psicológico, que no quería aceptar su realidad, y lo internaron en un hospital psiquiá- trico. Al poco tiempo quedó ciego por un tumor en el hipotálamo. Del tumor se curó, pero perdió la vista.”

“Cuando un pequeño dice que le duele algo, hay que creerle y estudiar las causas.” Algunos nacen con onfalocele o gastrosquisis, malformaciones congénitas de la pared abdominal que al ser manipuladas resultan muy dolorosas (las vísceras están por fuera, por lo que es necesario meterlas mediante cirugía).

La académica y especialista trata el dolor de estos infantes. También atiende a niños con cáncer; con dolor neuropático; a niños que tuvieron un accidente, que han sido víctimas de la violencia, con migraña, y a adolescentes con otras enfermedades que aún no han sido diagnosticadas, pero cuyos efectos y origen ella intenta controlar y descubrir. “A los recién nacidos los vuelvo a ver al año de haber sido dados de alta de la terapia intensiva, para estudiar su desarrollo”, concluyó.

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