Las trabajadoras del hogar en México, entre los invisibles, las más invisibles

Las trabajadoras del hogar en México, entre los invisibles, las más invisibles

  • Amalia García Medina empeñada en que se les reconozcan sus derechos
  • Son dos millones  en el país y  200 mil en la capital mexicana
  • Entre sus tareas, la capacitación  en autoempleo a  jóvenes  rehabilitados por adicciones

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Gobernó Zacatecas. En su haber político suma además la experiencia legislativa como diputada, asambleísta, senadora; dirigió el Partido de la Revolución Democrática, mujer de sensibilidad social a flor de piel, Amalia García Medina, ahora como secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo del gobierno de la Ciudad de México, tiene en sus manos aterrizar  y rescatar a sectores de la población de la capital que han permanecidos “entre los invisibles las más invisibles”, ellas son las numerosas trabajadoras del hogar, quienes han permanecido sin derechos de seguridad social y laboral en un mundo de silencios.

En julio de 2015  Amalia García dejó una diputación federal para formar parte del equipo de Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, como secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo, tarea que la consume diariamente por la  extenuante agenda que le ha sido encomendada.

Con una clara visión de género, conoce las desventajas de las mujeres trabajadoras;  tiene como encomienda aplicar el seguro de desempleo, formar cooperativas que sean alternativas de empleo en la capital;  supervisar 400 mil empresas que forman el universo económico capitalino para que cumplan las normas laborales; impulsar una nueva estrategia para fomentar el empleo a través de la “economía del cuidado” y tejer una política que reivindique los  derechos de ese numeroso grupo de trabajadoras de los hogares.

En otra de sus acciones dirigidas a la protección de grupos vulnerables, este miércoles, en la Clínica Especializada para las Adicciones Dr. Silkworth, instalada en Iztapalapa, la secretaria  García Medina, en emotiva ceremonia, entregó constancias a  26 jóvenes, 25 hombres y una mujer  que  tomaron los cursos de capacitación en panadería y repostería, encuadernación y servicio al comensal. Estos cursos facilitarán su reinserción en el mercado laboral.

Una de las tareas de la secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo es capacitar a población joven, a partir de un convenio de colaboración en el marco de la estrategia de Atención a jóvenes en situación vulnerable denominado “La Comuna”.

Amalia García Medina dijo a los jóvenes que con la capacitación que recibieron también pueden autoemplearse, por lo que les pidió conocer programas como Fomento al Autoempleo, la Bolsa de Trabajo, les instó a   formar Cooperativas, a las que se apoya en equipamiento y asesoría para impulsar las iniciativas.  La secretaria García Medina les felicitó “por tomar la decisión valiente de dejar sus adicciones y cambiar el rumbo de su vida,  hacerse dueños de su destino al  capacitarse”.

En una larga plática con reporteras y reporteros, García Medina habla del Convenio 189 que no ha sido ratificado por el Senado mexicano, Convenio que establece pautas de protección social para las y los trabajadores domésticos, que suman entre 53 y 100 millones de personas en el mundo, de los cuales dos millones se encuentran en México y  200 mil en la capital mexicana.

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Este Convenio, creado en el seno de la 100 Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT en la Ciudad de Ginebra, el 6 de junio de 2011, denominado también como el “Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos”, compuesto por 27 artículos, define al trabajador doméstico, “como toda persona, de género femenino o masculino, que realiza un trabajo doméstico en el marco de una relación de trabajo”.

Ese convenio, precisó,  fue adoptado por más de cuatro mil  representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores de los 183 Estados miembros de la OIT. México, desde hace más de cuatro años,  aún no lo ha ratificado y la secretaria Amalia García Medina está convencida  de que esta decisión  depende más del presidente Enrique Peña Nieto que del Senado de la República, ámbito legislativo donde se ratifican los convenios internacionales. Lo dice con énfasis en una reunión con reporteras y reporteros que cubren la fuente de la secretaría que tiene a su cargo.

La secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo, en este nuevo encargo, está empeñada en lograr que se les reconozcan los derechos a este numeroso grupo de trabajadoras y trabajadores, que consigan seguridad social en la salud y garantías cuando lleguen a la edad de personas adultas mayores.

En su agenda de trabajo figura no sólo la atención a este sector laboral, también figuran la creación de 135 cooperativas, impulsar el desarrollo de la “economía del cuidado”, que propiciaría abrir fuentes de empleo dedicadas al cuidado de personas adultas mayores, discapacitados, niños y enfermos. Asimismo,  la inspección de empresas es un enorme reto para su secretaría: inspeccionar 400 mil unidades económicas existentes en la Ciudad de México con sólo 17 inspectores, quienes apenas han realizado tres  mil inspecciones.

Dice que requiere 50 inspectores más para fortalecer la vigilancia de empresas en relación al cumplimiento de los derechos laborales, evitar el hostigamiento y los despidos de  las mujeres embarazadas y enfatiza el enfoque de género en estas revisiones.

Ante esa enorme tarea ha optado por solicitar a las empresas que le informen cómo van en el respeto a los derechos laborales, la inscripción de sus trabajadores en el Seguro Social, pero lamenta que estos informes le lleguen a “cuenta gotas”. Tendrá que recurrir a las inspecciones de manera aleatoria de las empresas por el reducido número de inspectores con los que cuenta.

Foto: T E
Foto: T E

Una de sus mayores tareas es el seguro de desempleo que en la Ciudad de México, es la única entidad donde se aplica, a trabajadoras y trabajadores que perdieron su empleo, un seguro que protege a mujeres embarazadas que son despedidas de sus fuentes de trabajo.

Le da vergüenza que en otros países se respeten los derechos de las trabajadoras y trabajadores del hogar, mientras en México trabajan hasta doce horas diarias, sin vacaciones, días de descanso oficiales, sin seguro social ni un salario digno, ni aguinaldo,  que trabajen de planta, por pagos en dación.

Amalia García opina que aún sin el convenio el Instituto Mexicano del Seguro Social puede inscribir a este numeroso grupo de trabajadoras y trabajadores para que reciban los servicios de esa institución. “En Chile es política de Estado”, dice la secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo de la administración capitalina.

“No hay razón para que en México no se dé el paso, es una vergüenza conocer que en otros países es  política de Estado”, insiste esta mujer dedicada a la política con una fuerte vocación social al censurar que las trabajadoras y trabajadores del hogar reciban pagos “en especie” por sus labores. Le indigna que no estén inscritas en el Seguro Social del país, que se violen flagrantemente sus derechos.

La exlegisladora recurre a la Constitución, al artículo 123, a la Ley Federal del Trabajo,  que obligan  al respeto de los derechos de esta población trabajadora del hogar pero insiste en el Convenio 189 que propicia una supervisión internacional que garantice su cumplimiento.

En esa plática Amalia García se refiere a la reunión efectuada en la Universidad Obrera de  México el domingo 29 de noviembre donde se realizó el Foro “Por los derechos de las trabajadoras del hogar: Experiencias Latinoamericanas”, con el propósito de analizar políticas laborales  en América Latina que ayuden a erradicar la discriminación de este grupo laboral mexicano.

En ese  encuentro se intercambiaron experiencias de las  reformas legislativas, políticas públicas y experiencias organizativas en torno al trabajo del hogar remunerado en Latinoamérica.

Durante ese Encuentro la secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México, Amalia García Medina, expuso que el nicho que tiene la necesidad más grande del reconocimiento de sus derechos y el impulso al salario mínimo, es el de las trabajadoras del hogar. “No hay un ámbito más claramente establecido de esa necesidad;  de que se garantice su derecho al trabajo decente y al salario digno, que el caso de las trabajadoras y trabajadores asalariados del hogar”, puntrualizó.

Aún sin Convenio 189, la secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo insiste en que a este numeroso grupo de trabajadoras y trabajadores del hogar se les puede inscribir en el Seguro Social.

Fomentar las cooperativas es otra de sus tareas, por ahora esta política de izquierda ha impulsado la capacitación y  formación de ese tipo de asociaciones con personas que padecen esquizofrenia, a quienes llama personas con discapacidad psicosocial. Son un pequeño grupo de 14 personas, de diferentes edades que pertenecen a un grupo en extremo vulnerables, que requieren ingresos para adquirir sus medicamentos, poseedores de una “enorme inteligencia”, que a la secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo le han impresionado por  sus habilidades para la encuadernación. “Han hecho verdaderas obras de arte” comentó.

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