Los 365 días del año son los días de los derechos humanos, Estrada Juárez

Los 365 días del año son los días de los derechos humanos, Estrada Juárez

Palabras de Juan Manuel Estrada Juárez Presidente de la Fundación Find, al recibir el Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, por su invaluable labor en la búsqueda y localización de niños robados o desaparecidos

            Ciudadano Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional y amigo de todos los mexicanos; ciudadano Raúl González Pérez, Presidente de nuestra Comisión Nacional de los Derechos Humanos; amigo Miguel Ángel Osorio Chong; integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; y en especial, darle la bienvenida a nuestra amiga María Ampudia.

            Maestra Lía Limón, Subsecretaria de Derechos Humanos; amiga y compañera Mayela García Ramírez; amigos todos.

            El día de hoy, tanto Mayela como el de la voz, recibimos el máximo reconocimiento que la sociedad mexicana confiere a las personas que se han destacado en la promoción efectiva y defensa de los derechos humanos.

            Lo recibimos, en una época en que los derechos humanos en nuestro México atraviesan un periodo crucial. Una época en que la sociedad demanda acciones inmediatas y efectivas que den respuesta a sus reclamos de justicia y respeto pleno a su dignidad.

Estos galardones son más que un reconocimiento

Estos galardones nos imponen un compromiso; un compromiso social de ser la voz de quien no tiene voz, de ser, de imponer, de ser la voz de quien no tiene voz, nos impone el compromiso de no callar ante la injusticia, ni ser sumisos o complacientes, porque entonces seríamos cómplices de las malas acciones de algunos servidores públicos, ya que no debe haber un sólo día en que no se observe los derechos humanos.

Los 365 días del año, son los días de los derechos humanos.

  Agradezco el apoyo incondicional de mi familia. A mi esposa y a mis hijos, les pido disculpas por haberlos abandonado. Es de gente bien nacida, reconocer a quien a lo largo de estos tiempos nos han ayudado; doña Elenita Solís, que no nos acompaña hoy, mi amiga María Antonieta Flores, mi reconocimiento; una periodista valiente que siempre confió en nosotros.

Una mención especial merece el Ombudsman de Jalisco, Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, con quien a pesar de nuestras diferencias institucionales, siempre impuso el criterio de la legalidad. A mi compañero Salvador Cosío; a mi amigo Álvaro Cuevas; a mi amigo Gerardo del Moral; a todos los demás amigos que me acompañan; a las víctimas que están aquí, conmigo; a los hijos de Mamá Rosa, que vienen aquí. Muchas gracias.

 Álvaro Madera, Presidente de Mezquitic. Gracias, Álvaro.

Necesario adecuar la Ley 5 de Julio en todos los estados para evitar casos como el de la Guardería ABC

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            Por primera ocasión, la sociedad mexicana confía en este máximo reconocimiento a la defensa de los infantes. Es por eso, que en este acto no podemos ni debemos olvidar que el 5 de julio del 2009 murieron en Sonora 49 niños en una bodega improvisada como Guardería.

            En esa bodega eran atendidos niños de mujeres y hombres trabajadores como muchos de nosotros.

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            En el 2011, se aprobó la Ley mejor conocida como la Ley 5 de Julio. Una ley que busca evitar que no haya más tragedias como la Guardería ABC. Lamentablemente, son pocos estados los que han aportado y han adecuado esta ley.

            Señor Presidente:

            Sé que no es de su competencia; sé que es competencia de los estados, pero le solicito su apoyo y su comprensión para que esta ley sea armonizada, para que los demás estados que no tengan esta ley, logremos que sea integrada a sus diferentes Legislaturas.

            Y con esto, estaríamos demostrando a los menores que no los olvidamos. Desde aquí va mi reconocimiento y solidaridad a los padres de la Guardería ABC. Su lucha es nuestra lucha.

Mamá Rosa o Rosa del Carmen Verduzco, obligaba a los niños a pedir limosna, a dormir en el suelo entre ratas, chinches, a sufrir golpes, abusos sexuales y comer comida en mal estado

 

            Hablar de niñez olvidada en México, es hablar de la Gran Familia; es hablar de Mamá Rosa.

            La Jefa, como es conocida por muchos de los que están aquí, fue poseedora de los secretos de las clases más pudientes y poderosas de México; y como, también, de los orígenes de muchos niños que eran albergados y cuya historia, quizás, jamás conoceremos.

            Durante muchos años denunciamos que ahí se cometían actos ilícitos. Para algunas autoridades era normal. Pero gracias a la intervención de su Gobierno, en un operativo que buscaba rescatar a cinco menores, fueron encontrados 450 menores y 138 adultos viviendo en condiciones infrahumanas y de esclavitud.

 mama rosa niños

            Los primeros testimonios refieren que Mamá Rosa o Rosa del Carmen Verduzco, obligaba a los niños a pedir limosna, a dormir en el suelo entre ratas, chinches, a sufrir golpes, sobre todo, abusos sexuales, y además, darles comida en mal estado.

            Víctimas como El Sonrisas, como El Huichol, y como tantos otros que aquí me acompañan, en sus declaraciones manifestaron la existencia de un cuarto de castigo, un cuarto de tortura; El Pinocho, de las vejaciones que sufrían, de las golpizas que ahí les daban.

          Ante la ley, los jóvenes que cumplían 18 años podían salir, pero Mamá Rosa no los dejaba. Mamá Rosa manejaba las costumbres y manejaba el albergue a su arbitrio.

            La Gran Familia ha sido y es un caso de injusticia que no debemos permitir. Un denominador común de los relatos de los jóvenes que fueron rescatados en esa casa-hogar, fue que pensaban que iban a estar en esa casa para siempre. Ellos creyeron que el encierro sería para siempre.

            Hoy, gracias al apoyo del Gobierno Federal, muchos salieron. Hay muchas familias que todavía buscan justicia. Muchos ex internos que buscan a su familia; muchos que no tendrán la suerte que tuvo Toño, El Huichol, de reencontrarse con su familia.

            Muchos de los jóvenes, si bien es innegable que recuperaron su libertad, más indudable es que la mayoría no han podido recuperar su esencia, su identidad, sus papeles de estudio, sus actas de nacimiento y su identificación, que son cosas muy del diario, pero fundamentales  para su desarrollo.

            No sólo son los 450 menores y los 138 mayores, que fueron encontrados ahí las víctimas, existen también los que se fugaron, los que tuvieron el valor de brincar la cerca, los que tuvieron el valor de enfrentar a Rosa Verduzco y que durante muchos años lograron escapar.

Que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas no los abandone; dedicaré el fruto de este premio a las víctimas de Mamá Rosa

            Quisiera aprovechar esta ocasión, para pedirle a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas que no los abandone, que les ofrezca una atención especial e inmediata, los jóvenes requieren sus papeles, los necesitan para trabajar, muchos no pueden encontrar trabajo porque no tienen sus papeles.

            Debemos evitarlo, no más Mamá Rosas.

           Por esa razón, desde aquí, expreso mi decisión de dedicar el fruto de este premio a las víctimas de Mamá Rosa. Hay que ayudar a estos jóvenes a recuperarlos a apoyar su vida, a recuperar su vida, a recuperar su esencia.

            Hago un llamado, señor Presidente, para que las víctimas reciban justicia, una justicia que les debemos. Debe, su Gobierno, concluir las investigaciones y señalar públicamente a los funcionarios implicados en décadas de no hacer y de no escuchar tantas denuncias.

            El caso de Iguala nos indigna y nos agravia. Nadie puede resignarse, ni mantenerse indiferente ante estos hechos. Hoy la sociedad demanda conocer la verdad, así como lograr que se haga justicia.

            La desaparición de los 43 normalistas no fue un suceso fortuito, fue un acto determinantemente público, donde un alcalde, un alcalde de Guerrero, utilizó el poder de su gobierno con propósitos indudablemente personales.

            Además, ese alcalde contó con el apoyo absoluto de una policía; de una policía municipal cuyo deber debió de haber sido proteger y ayudar a la población.

Ayotzinapa es un problema de la sociedad           

 

Ayotzinapa fue un acto de violaciones a los más elementales derechos de las personas y por ende, es un problema de la sociedad. Todos somos responsables de lo que pasó en Ayotzinapa y también, todos somos responsables para que esto no vuelva a suceder.

            Mi solidaridad con las 43 familias de los normalistas desaparecidos. Su dolor, es el dolor de todos los mexicanos, y claramente todos sabemos que hay un antes y un después de Ayotzinapa.

            Para evitar que se repitan estos lamentables acontecimientos, necesitamos una Comisión Nacional más fuerte, una Comisión Nacional que esté de acuerdo con las pautas de esta nueva sociedad.

          Necesitamos una Comisión Nacional que actúe con mayor decisión y firmeza, con mayor diligencia y entrega, sin pausas y con el convencimiento de ser la voz  de aquellos que no la tienen, que la  han perdido o a quienes se la han arrebatado.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos tiene el poder que le da la fuerza de la ley, la fuerza de la razón, la verdad y la moral.

 

            Luis Raúl:

            Confiamos en que serás un defensor incansable de los más desprotegidos. Serás un Ombudsman diferente. Lo has expresado desde tu primer discurso.

            Desde aquí, mi reconocimiento a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a todos sus integrantes, por este reconocimiento a favor de los menores.

            Finalmente, quisiera resaltar que el poder público tiene límite esencial de sujetarse a las leyes. El ejercicio de nuestros derechos también debe sujetarse al marco de la ley, y debe de llevarse éste a cabo por causas institucionales.

La injusticia, la mentira y la violencia, sea cual sea su origen, agreden y debilitan a México. La verdad, la transparencia y el imperio de la ley y el diálogo, nos fortalece a todos.

En ese sentido, reconozco su compromiso con la niñez, señor Presidente, al enviar como iniciativa, y ya una ley promulgada, la ahora Ley General de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes. Sin duda, esta ley será fundamental para alcanzar la plena protección y garantía de los menores.

            Señor Presidente:

            Llegó el tiempo.

          Hoy, es la hora de cerrarle el paso a la corrupción y a la impunidad. Hoy, es hora; hoy, es la hora. Los mexicanos anhelamos estadistas como usted, no políticos que velan por sus intereses personales.

            Hoy, la sociedad civil demanda ser parte de las decisiones fundamentales. Hoy, más que nunca, el Gobierno y la sociedad debemos de trabajar juntos.

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