Más de millón y medio de mexicanos padecen trastorno bipolar

Más de millón y medio de mexicanos padecen trastorno bipolar

  • No es “una forma de ser”, es una patología con implicaciones en la vida del individuo y de toda la sociedad.”

  • Importante una detección oportuna y favorecer una distribución homogénea de psiquiatras, pues hay pocos en el país y casi todos están en el Distrito Federal.

TE Trastorno bipolar

La característica esencial del trastorno bipolar es la ocurrencia  en quienes lo padecen, de episodios maníacos o mixtos recurrentes  que se manifiesta en cambios de humor  extremos y  repentinos sin razones externas, así  la bipolaridad impacta al paciente y su entorno; quienes la padecen y las personas que rodean al afectado suelen tener diferentes perspectivas sobre esta enfermedad que afecta a 1.6 por ciento de los mexicanos, expuso Ingrid Vargas Huicochea, del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Pese a ello el desconocimiento que hay en el país sobre los trastornos mentales hace que los afectados tarden entre ocho y 12 años en buscar atención, hasta que resultan evidentes  para ellos y su entorno familiar las consecuencias que pudieron detenerse con una detección oportuna, como el abandono de metas académico-profesionales, los divorcios, los problemas legales y  el abuso de sustancias, e incluyen el dispendio de ahorros y patrimonio para costear tratamientos que no son efectivos, en tanto el diagnóstico no sea preciso.

Para una correcta evaluación es necesario realizar ultrasonidos de la cabeza, tomografía con Rayos X computarizada (escáner TAC), electroencefalograma, hemograma completo, prueba de la función tiroidea, prueba de la función hepática, niveles de urea y de creatinina, etc.

La especialista advirtió que todos tienen derecho a experimentar cambios de humor, pero hay que observar si estas modificaciones son extremas y  se intensifican y prolongan. “Esto no tiene que ver con una forma de ser,  o de una persona voluble, es una patología con implicaciones en la vida del individuo y de toda la sociedad”

El padecimiento se puede presentar a cualquier edad, incluso en niños y adultos, aunque lo habitual es que se manifieste alrededor de la tercera década de la vida y se acentúe en los adultos mayores, señaló  la experta en la conferencia “Percepción de la bipolaridad, visión del paciente y su familia”, en la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS),  de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.

Se trata, sin embargo de un mal conocido desde la antigua Grecia, descrito en numerosos libros y documentos que con el tiempo ha cambiado de denominación: la clasificación psiquiátrica la ubicó como una enfermedad maniacodepresiva durante muchos años, actualmente  hay diversas corrientes sobre su  etiología, dijo,  y   desglosó los resultados de un estudio llevado a cabo de 2009 a 2013 entre la población ambulatoria de la Clínica de Trastornos Afectivos del Instituto Nacional de Psiquitría.

Entre los resultados del estudio, la universitaria indicó que en el núcleo familiar no todos los miembros participan en el problema, por lo que  la carga y responsabilidad del cuidado del enfermo recaen en las mujeres, esposas, madres, hermanas,  (el cuidador primario informal), quien muchas veces carece de los conocimientos básicos para asumir estas funciones.

Vargas Huicochea indicó que actualmente han caído muchos de los tabús que rodeaban padecimientos como la depresión o el trastorno bipolar, que en realidad son mucho más comunes de lo que se cree; de igual manera el avance de la investigación farmacológica ofrece tratamientos con estabilizadores del ánimo, aunque también es posible emplear la psicoterapia cognitivo-conductual, añadió: hay pocas herramientas terapéuticas porque “no somos una sociedad que fomente recursos preventivos de rehabilitación. Si es difícil para quien lo padece, lo es más para los familiares del enfermo”

Finalmente Vargas Huicochea subrayó la necesidad de sensibilizar a la población con información veraz sobre esta psicopatología e hizo hincapié en la importancia de una detección oportuna y de favorecer una distribución homogénea de psiquiatras, pues hay pocos en el país y casi todos están en el Distrito Federal.

“Si los profesionales y la familia trabajan en conjunto y escuchan lo que vive y experimenta el paciente, la situación del paciente, su familia y la sociedad mejoraría”, sostuvo.

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