Zócalo. Tragos amargos en tiempo electoral

Zócalo

Tragos amargos en tiempo electoral

José VILCHIS GUERRERO

Bajo la presión de la opinión pública nacional e internacional, la Procuraduría General de la República informó que fue librada una orden de aprehensión en contra del exalcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca Velázquez, por el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala.

Abarca Velázquez se encuentra recluido en un penal de alta seguridad del Estado de México desde el 5 de noviembre de 2014 por los delitos de delincuencia organizada, secuestro y homicidio calificado, luego de haber sido detenido en la Ciudad de México. Los cargos del acusado datan de finales de 2013 y hasta la fecha la PGR no ha confirmado si ya documentó la nueva acusación.

No ha informado el procurador Jesús Murillo Karam si tiene pruebas y una acusación formal contra la esposa de Abarca, María de los Ángeles Pineda Villa, quien el lunes recibió un auto de formal prisión por sus probables vínculos con el grupo de delincuencia organizada Guerreros Unidos, al que presuntamente otorgó protección y apoyo económico desde 2005. Pineda se encuentra recluida en un penal de Nayarit.

Se dijo que la PGR agotó todas las líneas de investigación en el caso de los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos; que han declarado 385 personas y se han girado 221 órdenes de aprehensión contra 97 personas y de ellas algunas han recibido más de una orden por diferentes grados de responsabilidad. Pero no hay avances en la búsqueda de los 43 normalistas. Sólo uno fue  encontrado entre los muertos.

Lo cierto es que la investigación sobre los jóvenes guerrerenses desparecidos sigue abierta. La misma, —basada en declaraciones de sicarios detenidos— apunta a que los policías entregaron a los jóvenes al cártel Guerreros Unidos, que los habría asesinado e incinerado.

Las cuentas que van a entregar los candidatos priístas a los ciudadanos cuando busquen en los siguientes meses un cargo de representación popular –sobre todo en Guerrero- tendrán que apegarse a los hechos: Murillo Karam al frente de la PGR ha fallado en su cometido y tendría que renunciar a su cargo, si es que antes no le piden su renuncia.

Por lo pronto ya empezaron los truenos y los relámpagos en el PRD, donde Jesús Ortega exigió al senador Armando Ríos Peter negociar con el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero los términos de su nominación como candidato a sucederlo en el cargo, cuando concluya la gestión del interino, Rogelio Ortega.

Los chuchos, sin escrúpulo ni decoro político alguno, pretenden continuar una línea de corrupción en la entidad donde un gobernador perredista se coludió con el ex alcalde de Iguala, y entre ambos perredistas provocaron la mayor crisis política de este gobierno. Obvio que el “prestigio” perdido apunta a que irá en contra de los amarillos en las urnas.

Perredistas y priistas, incluidos los verdes, metidos en el mismo costal, no van a tener respuestas a los ciudadanos en el proceso electoral; los panistas, menos. La corrupción de sus legisladores y dirigente nacional quedaron expuestas desde el inicio de la contienda.

Los que van a aprovechar el vacío dejado por los tres grandes, van a ser los emergentes Morena, el Humanista y Encuentro Social, si es que el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano se distraen o no los toman en cuenta. Al tiempo.

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