Dispositivo terapéutico para pacientes en recuperación de accidentes cerebrovasculares

Colabora universitaria mexicana  en diseño del Intelligent Stick

Dispositivo terapéutico para pacientes  en recuperación de accidentes cerebrovasculares

Pamela Robles Franco, alumna del sexto semestre de Ingeniería Civil de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, contribuyó en Arizona, Estados Unidos, al  diseño de un dispositivo terapéutico para pacientes en recuperación de  accidentes cerebrovasculares, se trata del prototipo, denominado por los científicos de la Universidad Estatal de Arizona, ASU por sus siglas en inglés,  como Intelligent Stick, consistente en un bastón o  vara inteligente que ayuda a la recuperación, por medio de vibraciones y sondeos, de quienes han sufrido accidentes cerebrovasculares.

Pamela formó parte de la primera promoción de estudiantes mexicanos que viajaron a universidades de Estados Unidos para realizar una estancia de investigación intensiva dentro del programa de becas Proyecta 100,000, por ello se convirtió también  en la primera alumna de la FES-UNAM que realiza una estancia corta en la Universidad Estatal de Arizona ASU, en la que se unió de manera exitosa al equipo de investigación del Laboratorio del Centro de Ubicación Cognitiva (Cubic’s Lab), donde contribuyó al mejoramiento de un dispositivo destinado a la rehabilitación de los pacientes que han tenido accidentes cerebrovasculares.

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Los investigadores del Cubic’s Lab  de la ASU buscaban disminuir el diámetro y longitud del prototipo electrónico, integrado por un control de Wii (consola de videojuegos), al que le fueron conectados varios cables que emiten las vibraciones que graban si el paciente realiza en forma adecuada su rutina de rehabilitación; en caso contrario, el terapeuta le brinda la instrucción correcta, se requería que fuera más manejable, con mejor adherencia a las manos de los usuarios, que contara con una cubierta resistente a los golpes por caídas para evitar daños a los sensores, que además, emiten gráficas que señalan los avances del paciente, también era necesario que pudiera ser sumergible en agua, si así lo requirieran las terapias.

“Me dieron dos caminos a elegir: participar en el diseño del manejo del software para encontrar el gráfico que genera cada movimiento durante la rehabilitación o ayudar en el diseño de protección y mejoras para el nuevo prototipo; me decidí por la segunda opción y empecé a hacer búsquedas de las medidas del cuerpo humano y la antropometría, para llegar a un diámetro adecuado para cualquier persona”, relató.

En un primer reporte semanal “les envié la solución al tipo de material resistente a las caídas como el polivinil y la protección del dispositivo en espuma de caucho” que protege a los sensores que además, emiten gráficas que señalan los avances del paciente.

Pamela Robles Franco, alumna del sexto semestre de Ingeniería Civil de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón
Pamela Robles Franco, alumna del sexto semestre de Ingeniería Civil de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón

“También supe que las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular pierden, en promedio, 80 por ciento de la fuerza, según el lado afectado del cerebro, por lo que el dispositivo no podía tener un diámetro general, sino diverso. Entonces, propuse que el prototipo pudiera compactarse o extenderse, según el grado de recuperación de los usuarios.”

El dispositivo contiene información sobre  las rutinas que  son una especie de videojuego cuyos movimientos deben ser imitados, por ejemplo, levantar pesas, pescar, remar o abrir una puerta. La actividad física permite el fortalecimiento de las habilidades motoras y mejora el rango de movimiento de acuerdo con programas diseñados por terapeutas, quienes  programan  las sesiones y sus grados de dificultad; el usuario puede  llevarse el aparato a su casa para continuar ahí su rehabilitación; para ello requiere, además del dispositivo, de un disco cargado con el software de las rutinas, una consola Wii, una televisión o una computadora, por medio de las cuales  observa la rutina.

El dispositivo cuenta con una memoria que graba los movimientos, semejante a un electrocardiograma, si la persona no sujeta bien el dispositivo, éste emite vibraciones para alertar que se debe corregir la posición de las manos, o para avisar que ya concluyó la sesión de ejercicios.

Pamela Robles Franco comentó que  en la Clínica Mayo de Arizona se han realizado pruebas del prototipo en un paciente de 12 años, auxiliado por un terapeuta, cuyos resultados han sido positivos. “De hecho, la Asociación de Enfermeras de Rehabilitación estima que funciona de manera satisfactoria y varias clínicas lo han solicitado”.

La universitaria mexicana se define como una persona con liderazgo, lealtad, responsabilidad, autonomía y gusto por el trabajo en equipo y la ejecución de proyectos; esto último lo puso en evidencia al llegar a la ASU, donde el grupo con el que colaboró por mes y medio le presentó los avances y requerimientos para hacer más funcional el prototipo.

 Con lo aprendido en la carrera sobre comportamiento de materiales y medidas, Robles Franco se introdujo en el estudio de la antropometría y la ergonomía para determinar la medida base de las manos de la población estadunidense. Consideró que la ingeniería no implica crear únicamente aquello para lo que el profesional de esa, o cualquier otra área, se ha especializado, sino ser innovador y ayudar a los demás mediante los conocimientos adquiridos. Ésa, dijo es la mayor satisfacción”.

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