“pero les dejamos tarea…”

“pero les dejamos tarea…”

No tuvieron clases, pero no perdieron el tiempo, porque debieron de estudiar con sus padres con quienes “les dejamos actividades” a realizar.

gerardo galaza

Gerardo Galarza

Durante la semana que hoy termina un millón 300 mil niños alumnos de las escuelas públicas de Oaxaca (el estado con los más bajos índices educativos en todos los niveles y uno de los tres más pobres del país) no tuvieron clases al menos tres de los cinco días que marca el calendario oficial, en un hecho que según las publicitadas bondades de la Reforma Educativa no habría de suceder.

El cierre de unos 13 mil 500 centros educativos públicos de Oaxaca (es decir pagados con el dinero de los contribuyentes de todo el país) se debió a que los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)  —Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)— decidieron desquiciar la vida de la Ciudad de México en protesta porque a seis mil de sus agremiados no les ha pagado el gobierno federal el salario de sus tres más recientes quincenas, el aguinaldo del año pasado y por la derogación de la Reforma Educativa, la misma que establece el hecho, como ocurre en cualquier otra parte del mundo, que a quien no trabaje no se le pagará.

Para ello, de acuerdo con lo que los propios protestantes y choferes de los camiones que los transportaron dijeron a María Fernanda Navarro, reportera de Excélsior, se gastaron al menos dos millones 196 mil pesos en 112 autobuses más 590 mil 400 pesos correspondientes a mil 968 tiendas de campaña marca Ozark, a 300 pesos cada una, nuevas todas y comenzadas a repartir entre las 13 y 14 horas del lunes 9 en el Paseo de la Reforma. En total, dos millones 792 mil pesos, sin considerar la alimentación durante tres días, más las horas invertidas en la transportación de 5 mil 488 manifestantes acarreados en aquellos 112 camiones (49 en promedio por unidad, según los números de sus choferes).

Benito Vázquez, vocero de la CNTE, dijo a Adela Micha en Grupo Imagen Multimedia, que cada uno de los manifestantes costeó su viaje y estancia en la Ciudad de México, porque a ellos nadie los patrocina, “somos autónomos”. Entonces, de acuerdo con los números de arriba cada uno de los protestantes invirtió exactamente 497 pesos con 25 centavos, sin contar, claro está, ningún otro gasto (alimentación principalmente, aunque algunos habrán aprovechado para comprar algún recuerdo de la Ciudad de México) que no fuera transporte y casa de campaña. Esta cifra parece poca; el problema significa 7.09 días de salario mínimo en el Distrito Federal y 7.48 días de salario mínimo en Oaxaca, cantidades nada despreciables para alguien que no ha cobrado su aguinaldo y tres quincenas seguidas…, bueno, eso cree el escribidor.

Existen otros datos más escandalosos y graves sobre la educación en Oaxaca. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el promedio de escolaridad del estado es de 6.9 años (poco más de la primaria, sin tomar en cuenta los años preescolares), mientras que a nivel nacional es de 8.8 (poco menos que la secundaria). Eche sus propias cuentas: en Noruega es de 13.9; en Canadá, 13, y en Corea del Sur, 12. Oaxaca es uno de los tres estados de la República (los otros son Michoacán y Guerrero) en los que por “conquista sindical” todo egresado de una normal pública tiene automáticamente una plaza de profesor, exista esa plaza o no, sea necesaria o no, se vaya a dar clase o no, se tenga capacidad para ello o no.

Por esa “conquista sindical”, al menos ése es el pretexto, es que existen plazas de profesores no reconocidas por la Secretaría de Educación Pública federal, y no vaya a creer usted que es por la aplicación de la ya fallida Reforma Educativa, sino porque los miembros de la CNTE en Oaxaca se negaron a participar en el censo que hizo el INEGI para regularizar esas plazas “sindicalmente” concedidas. Es claro que existen quienes las cobran; ya se sabe que no trabajan, pero ¿son reales profesores o esos salarios llegan a bolsillos de líderes sindicales, políticos, funcionarios, gobernantes? Después, nos sorprenden los “ricos inexplicables”, a quienes ninguna reforma de ningún tipo les afecta.

Pero usted no se deje engañar por cifras que muestran la realidad, la única verdad, dicen los protestantes, es que los niños de Oaxaca no sufren por todo esto: Ellos, de acuerdo con las afirmaciones de Rubén Núñez, líder de los centistas oaxaqueños,  no tuvieron clases, pero no perdieron el tiempo, porque debieron de estudiar con sus padres con quienes “les dejamos actividades” a realizar. Si no lo hicieron así, pues allá ellos y su futuro.

Gerardo Galarza es Director Editorial y Adjunto del periódico Excélsior

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