Invertir en la juventud es la mejor manera de prepararse para el envejecimiento

Invertir en la juventud es la mejor manera de prepararse para el envejecimiento

 

  • Aumenta la población de personas mayores y disminuye la de la niñez
  • En los últimos 65 años, la vida media de los habitantes de la región aumentó 24 años
  • La población de América Latina y el Caribe pasó de una esperanza de vida al nacer de alrededor de 50 años a mediados del siglo pasado a 75 años en la actualidad

 

Foto: T E

 

Paulo Saad.- Los países de América Latina y el Caribe están experimentando actualmente un período de transición demográfica en el que la estructura por edad de la población cambia drásticamente, con una disminución acentuada en la proporción de niños y un aumento sostenido en la proporción de personas mayores.

 

En los últimos 65 años, la vida media de los habitantes de la región aumentó 24 años. La población de América Latina y el Caribe pasó de una esperanza de vida al nacer de alrededor de 50 años a mediados del siglo pasado a 75 años en la actualidad. Para la mitad de este siglo, se espera que la esperanza de vida regional alcance los 80 años, y para 2075, los 84 años.

 

Aunque los países de la región se encuentran en diferentes etapas de su transición demográfica, es muy importante tener en cuenta que muchos de ellos, incluyendo el Paraguay, todavía estarán transitando por un buen tiempo el período del bono demográfico.

 

¿Y porque digo que es importante? Porque, sin duda, una de las mejores maneras de prepararse para el envejecimiento de la población es invirtiendo en la juventud, particularmente en la educación y salud de las y los jóvenes. Solamente así es posible lograr una fuerza laboral más productiva, y garantizar que las futuras generaciones alcancen la mayor edad en mejores condiciones económicas y de salud.

 

Foto: T E

 

Y esta inversión en la juventud se hace aún más relevante durante el periodo del bono demográfico, ya que puede contribuir sustancialmente a la creación de las condiciones productivas, las instituciones financieras y sociales y los sistemas de protección social necesarios para hacer frente a los desafíos económicos del envejecimiento de la población. Depende, sin embargo, de la aplicación de políticas pertinentes y eficaces, que incluyen además acciones concretas que promuevan la igualdad de género.

 

Tarde o temprano, el período del bono da lugar al del envejecimiento de la población, con nuevos desafíos sociales y económicos. Si bien los gobiernos de nuestra región han impulsado acciones que fomentan el desarrollo integral de las personas adultas mayores y su participación e inclusión en la esfera económica y social de la vida colectiva, la velocidad 3 con la que avanza la transición demográfica impone enormes retos y desafíos, no sólo para los Estados, sino para la sociedad en general.

 

Nos referimos entonces a la necesidad urgente de generar e implementar políticas públicas que aseguren las condiciones para el envejecimiento con dignidad y derechos para todas las personas, así como el fortalecimiento de las instituciones rectoras en materia de envejecimiento y vejez, la cooperación e intercambio de experiencias y buenas prácticas con los países de la región.

 

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La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores de 2015, la Declaración de Asunción de 2017, el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo y la Carta de San José sobre los derechos de las personas mayores de América Latina y el Caribe de 2012 son, pues, los instrumentos regionales que permiten incorporar transversalmente a las personas mayores en la implementación y seguimiento de la Agenda 2030.

 

La diversidad de actores involucrados en este proceso, el principio de igualdad y no discriminación para no dejar a nadie atrás y la universalidad de la Agenda 2030 constituyen elementos fundamentales para los derechos humanos de las personas mayores.

 

Resulta indispensable incorporar, entonces, estos instrumentos regionales de derechos humanos en la implementación de la Agenda 2030, para ampliar el ejercicio de los derechos de todas las personas de todas las edades… y en su implementación y seguimiento, los Estados, los organismos internacionales y la sociedad civil tienen un rol activo que desempeñar para traducir dicha incorporación al ámbito nacional y local.

 

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Asimismo, la Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento y Derechos de las Personas Mayores en América Latina y el Caribe, cuya presidencia es ejercida por Paraguay durante el periodo 2017-2022, constituye el espacio establecido para implementar y traducir en planes de acción regionales el mandato del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento y examinar los avances y las brechas de su implementación en la región.

 

Fragmentos de la intervención Paulo Saad, director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), que desde 1997 es la División de Población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)en el Seminario Internacional sobre envejecimiento poblacional y políticas públicas vinculadas a las personas mayores Asunción, Paraguay 15 de octubre de 2019.

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