La parte más oscura de la violencia de género en México

La parte más oscura de la violencia de género en México

 

  • Aún es un tabú la violencia que sufren las mujeres mayores de 60 años
  • Se resguardan en el silencio
  • Hijos e hijas las personas perpetradoras

 

Foto: T E

 

Susana Sánchez.-El 21 mayo de 2019, elementos de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, con una orden de aprehensión, detuvieron a una mujer por su probable participación en el delito de violencia familiar contra su propia madre.

 

De acuerdo con su indagatoria, en un domicilio localizado en la alcaldía Venustiano Carranza, al oriente de la capital, la imputada provocó lesiones a su progenitora, una persona adulta mayor, por lo que se inició una carpeta de investigación por el delito de violencia familiar.

 

No hubo más datos de estos hechos de violencia contra una mujer de más de 60 años. En esa Procuraduría General de Justicia de la capital mexicana existe una Agencia Especializada para la Atención de Violencia contra Personas Adultas Mayores en violencia intrafamiliar. Sin embargo, se reconoce que las denuncias no avanzan cuando se trata de personas de la misma familia que ejerce la violencia contra las personas mayores de 60 años.

 

Para Ana Buquet Corleto, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México, el fenómeno de la violencia hacia las mujeres es una de las tantas manifestaciones de la desigualdad entre ellas y los hombres, y aunque se ha avanzado en el establecimiento de leyes y políticas, aún no se logra erradicar.

 

Está situación de violencia de género que sufren las mujeres mayores de 60 años y más es aún un tabú. No existen estadísticas sobre la violencia, no hay denuncias que revelen los tipos de agravios de que son víctimas esta población que conforman más de la mitad de la población mayor de 60 años, de las 15 millones de personas de más de 60 años que están registradas en el Instituto Nacional Electoral que cuenta con credencial de elector.

 

Foto: T E

 

Representan en México el grupo de población de las mujeres más vulnerables frente a la violencia de género. La Doctora Sonia Martínez Frías, en un estudio titulado Polivictimización en mujeres mexicanas adultas mayores* menciona que “dos de cada 10 han padecido violencia de pareja el último año (física/sexual) y/o por parte de las personas con las que residen (negligencia, violencia física y emocional)”.

 

Esta investigadora titular de tiempo completo del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que “la situación de vulnerabilidad asociada con la dependencia económica de las mujeres mexicanas adultas mayores, es notable”.

 

La violencia contra las mujeres de más de 60 años es todavía un enigma indescriptible. Sonia Martínez Frías es una de las mejores expertas en el análisis de este tipo de violencia contra las mujeres mexicanas mayores. Destaca en su artículo que “para algunas personas, la vejez da lugar al inicio de relaciones violentas. Para otras, la violencia en la tercera edad es sólo la continuación de un largo proceso de abuso y violencia entre los integrantes de la familia, y tiene poco que ver con el incremento de la vulnerabilidad asociada con el envejecimiento”.

 

A pesar de la contundencia empírica, dice Martínez Frías, el reconocimiento de la problemática de la violencia en contra de las mujeres mayores y su estudio académico han quedado relegados en comparación con la violencia que experimentan otros grupos de mujeres”.

 

Una posible explicación para esta socióloga “reside en que la evidencia empírica muestra que las personas que agreden a las mujeres mayores son tanto del sexo femenino como masculino, por lo que el hecho de tener a un agresor del sexo femenino pone en entredicho la mayoría de modelos feministas que vinculan la violencia en contra de las mujeres con la subordinación socialmente construida de éstas”.

 

Foto: T E

 

Una de sus conclusiones fue la siguiente: “Dos de cada 10 mujeres mayores mexicanas han padecido violencia por parte de su pareja y/o de las personas con las que residen. El 1.45% de las mujeres mayores fue objeto de violencia física de pareja, y 0.76% de violencia sexual durante el año anterior. Asimismo, 0.74% de las mujeres fue víctima de violencia física por parte de alguna persona con la que vive; 13.53% padeció violencia emocional, y 10.74% negligencia”

 

Esta investigación mostró “cómo detrás de la violencia que padecen las mujeres por parte de las personas con quienes residen hay múltiples perpetradores/as”.

 

Por ejemplo, citó, “detrás de una adulta mayor que reportó padecer violencia emocional no hay una sola persona perpetradora; con frecuencia varios integrantes del hogar ejercen la violencia, y pueden ser personas que no tienen un vínculo familiar con la mujer, por lo que esta mujer adulta mayor es polivictimizada. Esto ocurre por parte de personas con las que se supone que la mujer tiene una relación de confianza y afectiva, y muchas veces de dependencia”.

 

Esta socióloga reconoció que las cifras que presentó son conservadoras, ya que en el reporte de violencia de pareja —y probablemente otros tipos de violencia— intervienen los problemas de memoria y la deseabilidad social. “Las mujeres mayores, debido a la forma en que fueron criadas y los valores imperantes en la sociedad durante sus primeras etapas de socialización, tienden a sentir, en mayor medida que las mujeres jóvenes, que las experiencias de violencia son vergonzosas y que deben vivirlas en silencio”.

 

En esta etapa de la vida, las vulnerabilidades asociadas con la dependencia económica y las discapacidades incrementan el riesgo de que las mujeres adultas mayores sufran violencia, tanto de pareja como por parte de las personas con las que conviven, advirtió además.

 

Para esta socióloga los hijos/as aparecen como los principales perpetradores de la violencia no de pareja hacia las mujeres adultas mayores.

 

Sin embargo, explicó, el tipo de violencia que ejercen está también cruzada por el género. Mientras que los hijos son responsabilizados de no proporcionar recursos materiales, de gritar y golpear, las hijas son señaladas como responsables de no atenderlas y hacerlas sentir que son un estorbo.

 

Foto: T E

 

En esta línea, cabe destacar que los hijos —a pesar de que probablemente pasan menos tiempo en contacto con las mujeres mayores— ejercen principalmente muchas de las formas de violencia, dijo la investigadora universitaria en este artículo.

 

Por ejemplo, señaló, poco más de una de cada tres mujeres objeto de violencia física indicó como responsable a un hijo.

 

Asimismo, consideró que futuras investigaciones deben examinar este hallazgo con mayor detalle. “Es posible que las personas del sexo femenino puedan generar violencia por tener contacto más continuo con las mujeres adultas mayores y en los casos de limitaciones físicas para caminar o moverse (20.05% de la muestra) por el malestar generado por las demandas del cuidado”.

 

No obstante, estimó, debe estudiarse la naturaleza de la violencia ejercida por los hijos. Es preciso desarrollar instrumentos que permitan avanzar en la investigación de las experiencias de violencia de las mujeres adultas mayores mexicanas. Deben ser más completos y precisos para medir de una forma comprehensiva las distintas formas en que se manifiesta la violencia en las mujeres de este grupo de edad

 

*Polivictimización en mujeres mexicanas adultas mayores. Revista Mexicana de Sociología 78, núm. 3 (julio-septiembre, 2016) ISSN: 0188-2503 (versión impresa) publicado en la Revista de Sociología del Instituto de Investigaciones Sociales.

Please follow and like us: