La Coca Cola contribuye al Alzheimer

La Coca Cola contribuye al Alzheimer

 

  • La nueva una emergencia epidemiológica
  • Las bebidas de cola contienen una gran cantidad de azúcar y químico
  • Son causantes de diversas enfermedades, desde sobrepeso, obesidad, diabetes, cálculos renales, asma, descalcificación, anemia, depresión, mala digestión, caries, hasta Alzheimer
  • De las más de 50 millones de personas en todo el mundo que padecen, en México afecta a unas 800 mil personas
  • En la Ciudad de México se estiman cien mil personas afectadas por este tipo de demencia

 

Foto: T E

Susana Sánchez.- Las investigaciones en la más importante universidad mexicana, como es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), han llegado a relacionar los consumos de refrescos de cola, como la Coca Cola,  con el Alzheimer junto con el sobrepeso, la obesidad, la diabetes, los cálculos renales, el asma, la descalcificación, la anemia, la depresión, la mala digestión y la caries.

 

Laura Moreno Altamirano, investigadora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, atribuye a las bebidas de cola, que son de las más ingeridas y dañinas “debido a la gran cantidad de azúcar y químicos que contienen como causantes de esas diversas enfermedades.

 

Los signos de alerta del Alzheimer se manifiestan inicialmente en la depresión, la ansiedad, los problemas de sueño.

 

En la calle de Fernández Leal, en el Centro de Coyoacán, existe una de las pocas instituciones en México dedicadas a la atención del Alzheimer, una enfermedad mental altamente incapacitante. Esta institución se llama Centro Mexicano del Alzheimer.

 

Foto: T E

 

Para esta institución de carácter privada, esta demencia implica “un deterioro global de las capacidades mentales y su rasgo característico es la pérdida de memoria reciente”.

 

Expertos universitarios han advertido que la prevalencia de algún tipo de demencia a los 60 años que es de cinco a diez por ciento y a los 90 años se incrementa casi en un 50 por ciento, plantea una emergencia epidemiológica en los próximos años.

 

No hay aún datos específicos sobre las condiciones de vida de las personas con este padecimiento que viven en confinamiento durante la pandemia.

 

El alzhéimer lo han dividido en dos tipos: el familiar, que es hereditario y esporádico o adquirido.

 

El primero se manifiesta cerca de los 40 años y es muy poco frecuente, representa cerca de dos por ciento de los casos.

 

Foto: UNAM

 

El segundo se presenta a partir de los 60 o 65 años y es el más común, de acuerdo con los estudios efectuados el Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Una publicación de ese Centro Mexicano del Alzheimer, donde ofrecen terapias y diagnósticos, así como capacitación de familiares, advierte que el número de pacientes de este padecimiento crecerá con el aumento de la esperanza de vida que va aparejada al envejecimiento de la población.

 

De las más de 50 millones de personas en todo el mundo que padecen alzhéimer, en México afecta a unas 800 mil personas. En la capital mexicana se estiman unas cien mil personas afectadas por esta enfermedad neurodegenerativa identificada como el subtipo más común de demencia,

 

Este tipo de enfermedad mental irrumpe en las familias sin diagnósticos tempranos cuando se afecta a uno de sus integrantes. Su tratamiento mensual para una persona con Alzheimer ha llegado a calcularse en unos veinte mil pesos mexicanos.

 

Para evitar el Alzheimer, Clorinda Arias Álvarez, investigadora de del Instituto de Investigaciones Biomédicas, recomienda comer sanamente, con una dieta baja en azúcares y grasas, hacer ejercicio y vivir “en un ambiente sin tanta contaminación”.

 

Foto: T E

 

Esta enfermedad neurodegenerativa, altamente incapacitante que ocasiona la pérdida gradual de las capacidades de memoria, juicio y razonamiento y para la cual aún no hay cura, es uno de los grandes desafíos para la medicina ya que aún no hay cura.

 

Arias Álvarez encuentra que la mala salud cardiovascular, defectos en el riego sanguíneo, la hipertensión arterial, los infartos, la aterosclerosis y la diabetes son factores de riesgo para el Alzhéimer, así como una vida social poco activa.

 

“Los ancianos que terminan solos tienen un mayor riesgo a la depresión y el aislamiento, lo que hace que el cerebro se vaya apagando, que las conexiones sinápticas entre los grupos neuronales empiecen a debilitarse”, ha investigado Arias Álvarez.

 

¿Cómo retrasar esta enfermedad? Los aprendizajes nuevos y un estilo de vida saludable ayudan a retrasar la aparición del padecimiento”, considera el investigador emérito Federico Bermúdez Rattoni, quien estudia la relación entre obesidad y alzhéimer.

 

Bermúdez Rattoni coincide con Arias Álvarez en que la vida sedentaria, una alimentación inadecuada, la obesidad y el síndrome metabólico son factores que alteran el metabolismo general de la persona y también el cerebral.

 

Bermúdez Rattoni, quien es investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, dice que “cada vez hay gente más longeva lo que aumenta la probabilidad de adquirir este padecimiento y, desgraciadamente, estará más vigente.

 

Hay que prevenir el Alzheimer

 

“Hay que prevenirlo y una forma es la exposición a retos cognitivos”, dice este investigador en sus estudios. Bermúdez Rattoni, experto en neurobiología de la memoria, sugiere aprendizajes nuevos. Por ejemplo el estudio de idiomas, escuchar música, “cualquier cosa que requiera de un esfuerzo cognitivo será muy importante para retrasar la aparición de la enfermedad.

 

Liliana Romero Ocampo, neuróloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) considera que la afectación de la memoria, el lenguaje, la concentración, la personalidad, el comportamiento y la orientación en el tiempo y el espacio, en las personas de más de 60 años, son signos que deben alertar de la presencia de Alzheimer.

 

“El criterio clínico o la sospecha de que una persona está padeciendo esto, debe sugerir cuando aparecen al menos dos de estos síntomas o más de ellos”, añadió Romero Ocampo en una reciente entrevista.

 

Para Romero Ocampo ningún fármaco ha logrado probar el retraso de la enfermedad o la detención de la progresión, pero sí ha permitido que aunado a la realización de actividades recreativas, se mejore la calidad de vida.

 

Arias Álvarez, la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas, aporta nuevos indicios sobre el origen de la enfermedad. Sostiene que la presencia de un metal llamado magnetita en los cerebros de personas que vivieron y murieron en la Ciudad de México, descubierta por un grupo de científicos de la Universidad de Lancaster, Inglaterra, abona a la investigación sobre los factores de riesgo que produce la enfermedad de Alzheimer.

 

“Es un hallazgo importante, porque demostraron que las nanopartículas de magnetita encontradas en el cerebro provienen de los automotores, van a la atmósfera y entran al cuerpo al inhalarlas por la vía nasal”, considera Arias Álvarez.

 

Para esta investigadora universitaria este hallazgo sobre contaminación ambiental, puede ser un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer, como lo son los alimentos grasos y azucarados y el sedentarismo.

 

Foto: T E

 

Arias Álvarez estudia los mecanismos básicos que producen esa afección y los factores de riesgo que la causan. Tiene tres modelos de estudio: neuronas in vitro, ratas in vivo y ratones transgénicos. En ellos profundiza en la presencia de la proteína beta-amiloide, que produce unas placas rígidas cuando hay Alzheimer que modifican la estructura neuronal.

 

“No sabemos qué las origina, pero sí que la beta-amiloide aumenta con alimentos ricos en grasas y azúcares. Ahora este hallazgo invita a estudiar el factor de la contaminación ambiental”, dijo en una entrevista difundida por la Gaceta de la UNAM.

 

Arias Álvarez analiza además la presencia de otra proteína, llamada Tau, la cual es responsable de formar marañas en las neuronas, que impiden la comunicación entre ellas y ocasionan en los pacientes la pérdida de memoria. “La investigación de ambas es fundamental para entender el Alzheimer, pues las dos aumentan cuando existe esta enfermedad”.

 

Esta investigadora se ha referido a los resultados de Universidad de Lancaster, publicados en el Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), que abren aún más las líneas de investigación sobre contaminación ambiental y sus efectos, no sólo en pulmones y corazón, sino en el cerebro.

 

Con motivo del Día Mundial del Alzhéimer, de cada 21 de septiembre, especialistas de la UNAM advirtieron que en el país deben tomarse acciones para prevenir y/o retardar más casos de este padecimiento, debido a que se espera que en los próximos años aumenten, debido al envejecimiento de la población.

 

Los especialistas de la UNAM han observado que en naciones avanzadas se observa un estancamiento de los casos de alzhéimer o retrasos en su aparición, a partir de diagnósticos tempranos y porque promueven que su población ejercite su cuerpo, active su cerebro y lleve un estilo de vida saludable.

 

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