Arturo, el mexicano que salvó la vida tras una compleja cirugía a corazón abierto

Arturo, el mexicano que salvó la vida tras una compleja cirugía a corazón abierto

 

  • En nuestro país mueren más de 150 mil personas anualmente por problemas del corazón, sobre todo de infarto agudo al miocardio
  • La verdadera pandemia son las muertes por enfermedades del corazón
  • Pueden ser previsibles con un cambio de vida en la alimentación y cuidado de la salud

 

Foto: T E

 

Arturo Pineda nació con un soplo en el corazón. Los primeros años de su vida infantil transcurrieron con normalidad. Los médicos le dijeron a su familia que el soplo cardiaco se quitaría con la edad, lo cual no ocurrió. En su juventud practicaba deporte y la actividad física hasta que su vida cambió drásticamente hace cuatro años, a la edad de 28 años.

 

Arturo Pineda es uno de los pocos enfermos del corazón que salvan la vida tras una exitosa y compleja cirugía de corazón abierta en la que intervinieron más de 90 médicos mexicanos. Unos realizaron el diagnóstico, otros la cirugía, y otros estuvieron a cargo de los cuidados postoperatorios y rehabilitación.

 

En nuestro país mueren más de 150 mil personas anualmente por problemas del corazón, sobre todo de infarto agudo al miocardio.

 

En México y en el mundo las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte. Los infartos al miocardio y los accidentes cerebro vasculares cobran más de 17 millones de vidas al año, y se estima que esta cantidad ascenderá a 23.6 millones para el 2030, según la OMS.

 

Foto: IMSS

 

El caso de este joven de 32 años es un milagro de la ciencia médica mexicana en el Instituto Mexicano del Seguro Social, una organización pública creada en la década de los cuarenta del siglo pasado para proporcionar servicios médicos y pensiones a la clase trabajadora del país.

 

Arturo es uno de los 70 millones de derechohabientes afiliados al Seguro Social. Su operación y salvación de su vida asombró a los médicos del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, ubicado en una céntrica colonia de la capital mexicana.

 

Para el profesor de Posgrado, en la especialidad de cardiología, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Enrique Gómez Álvarez, a propósito del Día Mundial del Corazón que se celebra cada 29 de septiembre, la verdadera pandemia son las muertes por enfermedades del corazón, que pueden ser previsibles con un cambio de vida en la alimentación y cuidado de la salud.

 

Para cuidar ese órgano de manera cotidiana se debe cocinar y comer sano, evitar el consumo de grasas saturadas, además de aumentar la ingesta de omega 3 y pescado.

 

Igualmente, hacer ejercicio físico, al menos media hora diaria; limitar el consumo de sustancias perjudiciales como sal, bebidas azucaradas, tabaco o alcohol, controlar el colesterol y el peso, pues la obesidad es un riesgo cardiovascular importante, dijo este especialista universitario.

 

Gómez Álvarez hace la diferencia con la COVID-19. Esta pandemia “se va a ir eventualmente, como todas las epidemias infecciosas, pero la de la arterioesclerosis y las enfermedades cardiovasculares, se quedan”, asegura este médico.

 

Foto: IMSS

 

Al joven Pineda, a los 32 años, en el Hospital de Cardiología del CMN Siglo XXI le fue diagnosticada anomalía de Ebstein, defecto poco común que afecta una de las cuatro válvulas del corazón.

 

Los síntomas se iniciaron cuando se cansaba mucho al correr o caminar distancias muy largas. Sentía en su corazón una palpitación muy rápida. Pensaba que era normal por sus ejercicios físicos. Pasó un año y empezó a tener mucho dolor de cabeza, tomaba pastillas. Un médico le decía que era jaqueca, pero no se le quitaba.

 

Por complicaciones postquirúrgicas tras la operación de corazón abierta, horas después de la cirugía fue necesario realizar terapia oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) y hemodiálisis para contener el daño en riñón e hígado de Arturo.

 

Para salvar la vida de este paciente de 32 años que sufría esa rara cardiopatía congénita conocida como anomalía de Ebstein, en menos de 24 horas, especialistas del IMSS realizaron tres procedimientos de alta especialidad, una cirugía, una terapia innovadora y un tratamiento de hemodiálisis

 

Inicialmente, cuando le tomaron una placa a este joven paciente en una unidad médica del IMSS, resultó que su corazón era más grande de lo normal, por lo cual fue canalizado al Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI.

 

La jefa del Servicio de Cardiopatías Congénitas, la doctora Lucelli Yáñez Gutiérrez, ordenó estudios de ecocardiograma, tomografía y cateterismo cardiaco al paciente de 32 años. Arturo padecía de una anomalía de la válvula tricúspide en un grado severo, la cual provocaba que su corazón no funcionara correctamente y se deteriorara con rapidez.

 

Para el 15 de agosto de 2019, la doctora Yáñez Gutiérrez optó en una junta de médicos realizar una cirugía innovadora y compleja a corazón abierto conocida como “uno y medio”, que consiste en conectar la vena cava superior a la rama derecha de la arteria pulmonar para colocar una prótesis mecánica en posición tricuspídea.

 

Foto: T E

 

La doctora Yáñez Gutiérrez calificó la operación de exitosa para resolver la anomalía en el corazón de Arturo. Sin embargo, en las horas siguientes durante el periodo de recuperación postquirúrgico, tuvo complicaciones en riñón e hígado que comprometían la función de estos órganos y la vida, por lo que fue necesario realizar ese segundo procedimiento.

 

Arturo despertó 20 días después de entrar a quirófano, su esposa y hermano le contaron todo el proceso y los esfuerzos de los especialistas del Seguro Social para salvar su vida.

 

La doctora Yáñez Gutiérrez indicó que a nivel mundial se estima que nacen siete niños con cardiopatía congénita por cada mil recién nacidos. En México, aunque no se cuenta con la cifra exacta, se estima que pueden ser entre ocho y 10 niños por cada mil recién nacidos vivos.

 

Esta especialista explicó que los síntomas más comunes de las cardiopatías congénitas son soplo cardiaco, un ruido que produce la sangre al atravesar estructuras del corazón; falta de aire, cansancio, palpitaciones o dolor del corazón y en algunos casos la coloración azul en dedos y boca.

 

La atención oportuna, dijo, de estos pacientes en edades tempranas, permite evitar complicaciones al llegar a la vida adulta y que se reduzcan las alternativas de tratamiento.

 

Foto: T E

 

Día Mundial del Corazón

 

El Día Mundial del Corazón se celebra cada año el 29 de septiembre, a partir de que en el año 2000. La Federación Mundial del Corazón, con apoyo de la Organización Mundial de la Salud, designó este día para crear conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento.

 

El corazón es un órgano vital para todo ser humano, sumamente sensible a las emociones, cuya función es bombear sangre a todo el cuerpo. Para un mejor desempeño, requiere que la persona tenga vida saludable. No obstante su importancia, las estadísticas por afecciones ponen en alerta.

 

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es de los países que más avanzan en el mundo en enfermedades cardiovasculares, mientras que las naciones en desarrollo las mitigan gracias a los programas de detección, prevención y tratamiento oportuno.

 

Déficit de Médicos cardiólogos en México

 

Para el doctor Enrique Gómez Álvarez, también jefe de la División de Cardiocirugía del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre (CMN 20) del ISSSTE México debería contar con al menos 12 mil cardiólogos, en lugar de los tres mil actuales.

 

L OMS advierte que los padecimientos afectan en mayor medida a las naciones de ingresos bajos y medios, toda vez que más del 80 por ciento de las defunciones son por esta causa e impactan casi por igual a hombres y mujeres.

 

Esta organización mundial prevé que para 2030 más de 23 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular, principalmente por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.

 

Muchos de esos decesos podrían evitarse con una alimentación saludable que reduzca el consumo de sal, ejercicio físico y sin consumo de tabaco, insistió Gómez Álvarez en una entrevista.

 

En México hay una acumulación de los factores de riesgo como diabetes, obesidad, hipertensión arterial, sedentarismo y colesterol elevado. “Todas aumentan porque no hay prevención o es muy limitada”, advirtió Gómez Álvarez.

 

Para Gómez Álvarez “somos una sociedad enferma, tenemos el menor promedio de sobrevida de la OCDE en hombres y mujeres, además de que tenemos una infraestructura sanitaria muy deficiente, con pocos hospitales y especialistas”.

 

Afecciones frecuentes

 

Existen muchas enfermedades cardiacas, pero las más comunes son:

ataque al corazón o infarto de miocardio, que se caracteriza por el estrechamiento de los vasos sanguíneos encargados de llevar sangre al corazón; las enfermedades cerebrovasculares, causadas por un sangrado intracerebral o por un coágulo de sangre depositado en el cerebro; e hipertensión, que es la presión arterial alta y uno de los mayores riesgos de padecer un infarto.

 

Otros padecimientos comunes son la angina de pecho, un tipo de dolor en esta parte del cuerpo provocado por la reducción del flujo sanguíneo al corazón; la arritmia, que es una alteración del ritmo cardiaco; y la insuficiencia cardiaca, que sucede cuando no es capaz de bombear la sangre suficiente para cubrir las necesidades del organismo.

 

También es frecuente la arterioesclerosis, en la cual una placa de grasa, colesterol, calcio y otras sustancias de la sangre se acumula dentro de las arterias y limita el flujo de sangre rica en oxígeno. Ésta puede llevar a problemas graves como la enfermedad de las arterias coronarias, las cuales llevan la sangre al corazón y, cuando se bloquean, pueden producir angina de pecho o un ataque cardiaco.

 

“Si se juntan las enfermedades cardiovasculares con las cerebrovasculares, más de un tercio de la población mexicana moriremos de ellas”, alerta Gómez Álvarez.

 

Además del cuidado personal, el cardiólogo reconoce una baja inversión del Estado en salud, pues en México suma el seis por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en países desarrollados las cifras son dos dígitos.

 

“En México gastamos poco en salud, y lo hacemos mal, porque el mayor gasto es en medicina curativa y no en preventiva”, dijo finalmente Gómez Álvarez.

 

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