Obesidad y EPOC, dos de las enfermedades que amenazan la vida de las personas mayores

Obesidad y EPOC, dos de las enfermedades que amenazan la vida de las personas mayores

 

  • Siete de cada 10 mexicanos tienen sobrepeso u obesidad
  • Las personas con obesidad tienen un riesgo mayor de hospitalización, cuidados intensivos o muerte por COVID-19
  • La EPOC y el tabaquismo, en México es la novena causa de muerte
  • La mortalidad atribuible en esta asociación es de aproximadamente 10 mil 484 personas cada año

 

Foto: T E

 

Sofía Mancebo.-Dos padecimientos amenazan la salud de las personas mayores: la obesidad y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica conocida como EPOC. El 12 de noviembre se recordaron el Día Mundial contra la Obesidad y el 15 de noviembre el Día Mundial de la EPOC.

 

En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 del Instituto Nacional de Salud Pública indica que siete de cada 10 mexicanos tienen sobrepeso u obesidad. La Dirección General de Epidemiológica consigna que hasta octubre un 18 por ciento de las personas con COVID19 presentan esas condiciones.

 

Datos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indican que por EPOC y tabaquismo “cerca del 90 por ciento de las defunciones son en mayores de 65 años de edad, así que dentro de 15 o 20 años va a ser una de las principales causas de mortalidad

 

La EPOC y el tabaquismo, en México es la novena causa de muerte. La mortalidad atribuible en esta asociación es de aproximadamente 10 mil 484 personas cada año.

 

Para especialistas universitarios que han analizado el desarrollo de la EPOC en el país concluyen que “es la enfermedad de la pobreza” ya que son las mujeres y los infantes de las zonas marginadas quienes cocinan en estufas de leña y encienden fogones para calentarse en zonas frías y pobres, así como las personas que trabajan con sustancias tóxicas, polvos, quema de carbón y de petróleo.

 

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La obesidad, fuente de otras enfermedades

 

En México la obesidad es un tema emergente de salud pública. la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la acumulación excesiva de grasa puede ser perjudicial para la salud, poniendo a las personas en riesgo de tener enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

 

En el grupo de personas adultas mayores, las mujeres presentan una prevalencia de obesidad mayor (40%) con respecto a los hombres (26%). La obesidad se origina por un aumento de la cantidad de grasa en el cuerpo y no solamente por un aumento de peso que puede deberse a otros tejidos como los músculos y los huesos.

 

El sobrepeso y la obesidad son considerados un problema de salud pública relacionado principalmente con aspectos genéticos, pero en especial con el estilo de vida. Se ha documentado que la ingesta de alimentos de alta densidad energética, bebidas azucaradas y la inactividad física tiene una relación directa con el sobrepeso y la obesidad.

 

México está inmerso en un proceso en el cual la población experimenta un aumento de sobrepeso y obesidad que afecta en mayor medida a la población que reside en zonas urbanas. De acuerdo con los especialistas, el país se encuentra en una etapa intermedia de la denominada transición alimentaria, asumiendo que en etapas avanzadas la obesidad se presenta en los grupos más pobres.

 

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La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018 revela que en el país poco más de una quinta parte (22%) de niñas y niños con menos de 5 años, tienen riesgo de padecer sobrepeso, lo cual es un grave pronóstico para este grupo de población cuando sean personas adultas o mayores de 60 años.

 

Datos de la ENSANUT 2018 indican que el sobrepeso en la población de 5 a 11 años no muestra diferencias por sexo (18%), y se incrementa conforme aumenta la edad; 21% en los hombres de 12 a 19 años y 27% de las mujeres de la misma edad, presentan sobrepeso. En la población de 20 años o más, los hombres (42%) reportan una prevalencia más alta que las mujeres (37 por ciento). Prevalencia de sobrepeso en la población de 5 años o más por grupos de edad y sexo 2018.

 

Durante la pandemia COVID-19, el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) recomienda tener siempre un peso adecuado. En esta pandemia se vuelve de especial relevancia porque los datos de las investigaciones sugieren que las personas con obesidad tienen un riesgo mayor de hospitalización, cuidados intensivos o muerte por COVID-19. Por ello, es recomendable que quienes tengan obesidad trabajen desde casa y salgan solamente si es muy necesario, recomienda el INAPAM.

 

La obesidad “más peligrosa” en las personas mayores y otros grupos de población es la que se produce por tejido graso acumulado en la zona abdominal con un perímetro de cintura superior a 102 cm en hombres y a 88 cm en mujeres, ya que está asociada a un mayor riesgo de infartos y otras enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial.

 

Se considera que una persona es obesa cuando su Índice de masa corporal (IMC: la relación que guarda el peso de una persona con su estatura) es superior a 30 kg/m2. Sin embargo, en las personas adultas mayores es preferible mantener un IMC entre 24 y 28 kg/m2, porque cifras más bajas se asocian a mayor riesgo de complicaciones en la salud.

 

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¿Cómo prevenir la obesidad?

 

Manteniendo una actividad física constante: por lo general, en las personas mayores suelen preferirse los ejercicios de bajo impacto, los cuales pueden realizarse en casa. Se recomienda al menos 30 minutos diarios de actividad física.

 

Asimismo, consumiendo una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales: sin olvidar incluir aceite de oliva, legumbres, frutos secos crudos, pescado, carne de ave. Igualmente, Disminuyendo el consumo de azúcares: se ha probado que el consumo de azúcar y grasa en exceso favorece la aparición de obesidad y otras enfermedades como la diabetes.

 

Una dieta basada en frutas, verduras y cereales no procesados se ha visto que no sólo favorecen la longevidad, sino que disminuyen la grasa y por ende, ayuda a disminuir la obesidad. Sin embargo, toda dieta debe ser prescrita por un profesional en nutrición y con seguimiento médico, porque en las personas mayores es importante que una dieta baja en calorías no produzca desnutrición puesto que este diagnóstico se relaciona con muerte.

 

Beber agua simple: se recomienda que sean entre 6 y 8 vasos diarios. No es bueno que consuma refrescos o jugos procesados debido al alto contenido de azúcar y nulo contenido de nutrientes necesarios para el día a día.

 

Realizar ejercicio

 

En esta pandemia la actividad física es posible. Existen rutinas que pueden hacerse desde casa y que contribuyen a la disminución de la grasa abdominal. Si se tienen problemas relacionados con la movilidad, es necesario asesorarse profesionalmente para hacer ejercicios que beneficien, sin que constituyan un riesgo para la salud.

 

Tratamiento psicológico. Existen varias terapias enfocadas en el cambio de hábitos alimenticios que han demostrado ser eficaces para el control de la obesidad, tal es el caso de la terapia cognitivo-conductual, la cual, refuerza el efecto de la dieta y el ejercicio.

 

EPOC será la cuarta causa de muerte

 

En el mundo, se estima que 64 millones de personas padecen la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que está conformada por dos padecimientos: el enfisema pulmonar y la bronquitis crónica. De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2030 la EPOC será la cuarta causa de muerte en el planeta.

 

El médico neumólogo Gabriel Escobedo Arenas, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, manifestó su alarma cuando por género, en el hombre se conserva en la novena causa de mortalidad, pero en la mujer asciende a la sexta”.

 

Este especialista universitario señala que esta enfermedad es irreversible, porque una vez que se detecta el daño ya no hay marcha atrás. “Si analizamos la mortalidad por EPOC está casi al mismo nivel que si juntáramos el cáncer de mama y el cervicouterino. La EPOC mata la misma cantidad de mujeres que esos dos cánceres en las mujeres”.

 

Existen más casos en ellas porque antes no fumaban y hoy trabajan en campos que eran exclusivos de los varones, como la minería y empleos con sustancias tóxicas, advirtió Escobedo Arenas.

 

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Tabaquismo, principal factor

 

Al referirse a los factores de riesgo para desarrollar la EPOC, Guadalupe Ponciano Rodríguez coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la FM, señala al tabaquismo como el principal debido a los diversos productos con los que están fabricados.

 

“En el humo del tabaco podemos encontrar hasta siete mil sustancias químicas, de las cuales alrededor de 250 son altamente tóxicas para el ser humano, y hay otro grupo de sustancias que pueden provocar cáncer y, dependiendo del tipo de tabaco, contienen entre 60 y 70 diferentes carcinógenos”, precisó Guadalupe Ponciano.

 

Con esta mezcla, cuando un fumador inhala a profundidad o “le da el golpe” al cigarro, estos elementos llegan a las partes más finas del aparato respiratorio, que son los alveolos pulmonares.

 

Y explica: “Los alveolos pulmonares son fundamentales en nuestro aparato respiratorio porque es donde se lleva a cabo el intercambio gaseoso. Ahí tenemos una gran cantidad de capilares sanguíneos que van a tomar el oxígeno que estamos inhalando cada vez que respiramos, así que necesitamos alveolos en buenas condiciones, elásticos, que funcionen adecuadamente”.

 

Las sustancias del tabaco –continúa– provocan un estado de inflamación crónica y generan radicales libres de oxígeno, los cuales se unen al material genético de las células y determinan un daño muy importante, incluso la muerte de esas células.

 

“A nivel de alveolo se va destruyendo el tejido. En el caso de la EPOC hay un incremento del moco que recubre la parte interna del bronquio y esto hace que se obstruya la pared de los bronquios, así que el espacio por donde pasa el aire está muy limitado”, subrayó Guadalupe Ponciano.

 

Se da la destrucción del tejido, lo que se llama enfisema pulmonar; éste no se repara, así que el paciente comienza a tener problemas en cuanto a su aporte de oxígeno a los diferentes órganos; como somos seres aerobios, no podemos vivir sin oxígeno.

 

Otra situación que describe la especialista es que con la EPOC la persona desarrolla disnea; es decir, la falta de aire cuando hace algún tipo de ejercicio.

 

A pesar de las circunstancias que enfrentan las personas con EPOC, Guadalupe Ponciano enfatiza: “aunque el daño por el tabaquismo es irreversible, las personas mejoran si dejan de fumar y tienen mejores expectativas”.

 

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Síntomas y diagnóstico

 

La EPOC puede empezar indistintamente con enfisema pulmonar o con bronquitis crónica. Para hacer el diagnóstico se utilizan datos clínicos como tos, falta de aire y flema.

 

“El primer síntoma es un acceso de tos fuerte al despertar, donde se expulsa una flema y la persona no vuelve a toser sino hasta el día siguiente. A esto los franceses le llaman ‘lavado bronquial matutino’ y los estadounidenses le dicen ‘tos de fumador’”, expuso Gabriel Escobedo.

 

De ahí la enfermedad avanza a la presencia de flemas y de falta de aire. “Con cualquiera de estas manifestaciones sospechamos de EPOC y hacemos un diagnóstico definitivo con un estudio de espirometría, en que se hace soplar al paciente en un aditamento que está conectado a una computadora y se mide la fuerza con la que el paciente está metiendo y sacando aire”.

 

El especialista indicó que esta prueba se realiza en menos de 30 minutos, porque hay que hacerlo sin medicamento. Y sostiene: “luego le damos un medicamento broncodilatador para ver la respuesta. El estudio dura entre 30 y 40 minutos y nos da el diagnóstico de EPOC”, el cual se completa con una biometría hemática y una radiografía del tórax para descartar otra posibilidad.

 

“Generalmente se relaciona con otras enfermedades asociadas al tabaquismo, como cáncer de pulmón”. Sin embargo, regularmente se presenta con diabetes, hipertensión, obesidad y apnea del sueño.

 

Enfermedad incapacitante

 

Gabriel Escobedo es enfático cuando comenta la situación que enfrentan los pacientes en etapa avanzada que requieren terapia con oxígeno en su hogar y comienzan a vivir encerrados, así que desarrollan depresión porque no tiene el mismo tipo de vida.

 

“Están recluidos en casa y conectados al tanque de oxígeno, pues difícilmente el sector salud brinda el oxígeno ambulatorio, que depende de tener recursos. Por ello son pacientes con idea suicida”.

 

La EPOC es un padecimiento incapacitante y va consumiendo al paciente lentamente. No existe ningún tratamiento que lo cure, hasta el momento, así que se pone una barrera a la enfermedad con los medicamentos y, sobre todo, con la supresión del hábito tabáquico o la exposición a la quema de la leña.

 

El experto asevera que con los medicamentos se logra que la enfermedad vaya más lenta. “Utilizamos broncodilatadores en forma inhalada. Antes eran medicinas tomadas y tenía efectos cardiovasculares importantes, pero con los inhalados los efectos adversos han disminuido mucho”.

 

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Un aspecto primordial en el tratamiento es suspender el consumo de tabaco, tener una vida más activa, suministrar medicamento para mejorar sus condiciones de vida, “pero sin las dos primeras de nada sirven los medicamentos”.

 

Escobedo estima que la EPOC es, en buena medida, una enfermedad de pobres con medicamentos de gente rica, aunque el sector salud cuenta con los apropiados para atenderla. Incluso la pueden atender neumólogos, médicos internistas y de primer contacto.

 

“En donde hemos fallado el personal de salud es en la prevención, es una enfermedad prevenible que no debería tener alta mortalidad y tantos gastos porque es cara, lenta y con sobrevida de cinco a 10 años”, lamentó Gabriel Escobedo.

 

Para Guadalupe Ponciano la mejor forma de afrontar la EPOC y conmemorar el Día Mundial es dejar de fumar, pues aún en casos de tabaquismo crónico hay mejoras en las expectativas del paciente cuando se deja de inhalar humo de tabaco.

 

“El diagnóstico temprano de la EPOC nos lleva a un tratamiento que permite mejorar mucho la sintomatología y reducir el daño al tejido pulmonar, señaló Guadalupe Ponciano.

 

 

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