¡Changos depravados, prepucios de elefante, Cocodrilos con blenorragia!
¡Changos depravados, prepucios de elefante, Cocodrilos con blenorragia!
- A los 74 años murió en Indiana, Gustavo Sáinz, máximo exponente de la Literatura de la Onda
- Revolucionó la narrativa mexicana, en la cual irrumpió con un estilo fresco y audaz
- Gazapo, publicada cuando el autor tenía 25 años, ha sido traducida a 14 idiomas
A los 74 años murió en Indiana, de donde era residente desde 1980, Gustavo Sáinz, uno de los representantes más sobresalientes de la llamada literatura de la onda, quien también se desempeñó como profesor y editor, informó Conaculta.
Su temprana incursión en la escritura de novelas capaces de recrear el lenguaje directo y coloquial de los jóvenes en la década de los años sesenta deja una profunda huella en la literatura nacional y lo llevó a formar parte, junto con José Agustín y Parménides García Saldaña, de Literatura de la Onda.
Con su primera novela, titulada Gazapo, que escribió a los 25 años, el autor revolucionó la narrativa mexicana, a la cual irrumpió con un estilo fresco y audaz con este volumen que, narrado en primera y tercera personas, cuenta la historia de varios jóvenes de clase media en México, que descubren el verdadero sentido de la amistad y el amor.
Nacido el 13 de julio de 1940, fue galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia 1974 por La princesa del Palacio de Hierro y con el Premio Nacional de Narrativa Colima para Obra Publicada 2003 por A troche y moche; también obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, estuvo a cargo de la Dirección de Literatura del INBA y fundó la colección SEP-Setentas, de grato recuerdo para los lectores mexicanos.
Gazapo fue publicada en 1965 y ha sido traducida a 14 idiomas, a esta obra le siguieron títulos como Obsesivos días circulares, A la salud de la serpiente, La princesa del Palacio de Hierro, Paseo en trapecio, Muchacho en llamas, La novela virtual, A troche y moche, Batallas de amor perdida y El tango del desasosiego.
De Gustavo Sainz, Ignacio Trejo Fuentes ha señalado: “era uno de los mayores experimentadores de la literatura mexicana; sus novelas son audaces, provocativas. Luego de Gazapo se arriesgó a publicar Obsesivos días circulares, y supuse que había escrito su obra mayor, pero me equivoqué: libros suyos como Paseo en trapecio, Salto de tigre blanco o La novela virtual sobrepasaron la experimentación de Obsesivos…”.
Gustavo Sainz, apasionado por las letras fungió no sólo como escritor, ya que también fue director del Departamento de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), fundó la colección de libros SEP-Setentas, así como el semanario cultural La Semana de Bellas Artes y se desempeñó como profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Como personaje de novela, Gustavo Sainz aparece en Ciudades desiertas de José Agustín y Roberto Bolaño lo incluye en su novela Los detectives salvajes.
El escritor, quien falleció en Bloomington, Indiana, el pasado viernes 26 de junio, emigró desde 1980 a Estados Unidos porque, según contaba, le dieron “una beca de 15 mil dólares para preparar una conferencia sobre los dioses aztecas en la obra de Carlos Fuentes. Me pareció que en México jamás iba a tener un pago como ése por una conferencia” y allá se quedó a dar clases en universidades de Nuevo Mexico, Vermont, Washington e Indiana, de la cual era profesor emérito.
Gustavo Sainz también fue becario del Centro Mexicano de Escritores y de las fundaciones Ford, Tinker, Guggenheim y National Endowment for the Arts.