¿Cómo llegar a los 80 años con un cerebro y cuerpos sanos?
¿Cómo llegar a los 80 años con un cerebro y cuerpos sanos?
- Se requiere una mente activa, ejercicio y una buena alimentación
- Son estrategias para que personas de 80 años corran un maratón, hagan paracaidismo o realicen diversas hazañas, lejos del estereotipo del abuelito encorvado, que da pasos pequeños con la ayuda de un bastón
Las futuras generaciones de personas mayores en México deben de prepararse desde la niñez y la juventud. Un geriatra mexicano sostiene que se puede tener un envejecimiento saludable con una mente activa. Sostiene que un mayor nivel educativo, el ejercicio y la buena alimentación han demostrado ser estrategias para que personas de 80 años corran un maratón, hagan paracaidismo o realicen diversas hazañas, lejos del estereotipo del abuelito encorvado, que da pasos pequeños con la ayuda de un bastón.
Para Alberto Palacios García es uno de los pocos 537 geriatras certificados en México para atender a una población de todo el país de unos 15 millones de personas mayores de más de 60 años. En su experiencia médica la mayoría de los adultos mayores que llegan al especialista lo hacen por depresión o ansiedad, dolor crónico, mal manejo de enfermedades crónicas comunes como la diabetes e hipertensión, por polifarmacia –el paciente debe tomar demasiadas medicinas-, y también por pérdida de la memoria.
Este especialista egresado de la Facultad de Medicina de nuestra mejor universidad mexicana, la Universidad Nacional Autónoma de México, para atender a esa población de personas mayores del país con una cobertura adecuada, se requieren por lo menos cuatro mil geriatras.
A lo largo de la vida, dijo, el cerebro cambia más que cualquier otro órgano del cuerpo, pues en los primeros tres años es capaz de formar más de un millón de conexiones neuronales nuevas por segundo
En el marco de la Semana del Cerebro, organizada por la Facultad de Medicina y el capítulo México de la Society for Neuroscience, recordó que el 80 por ciento de la gente teme desarrollar demencia con la edad, sin tener conocimiento de qué es.
“Se ha utilizado el término de demencia senil con ligereza, dando la idea de que el paciente requiere constante medicación, sin saber exactamente qué tiene”, afirmó este especialista en geriatría.
La realidad, afirmó, es que pocos adultos mayores siguen ese patrón, y si lo hacen es porque han sido mal cuidados.
En el auditorio Alberto Guevara Rojas, el especialista indicó que a lo largo de la vida el cerebro cambia más que cualquier otro órgano del cuerpo, pues en los primeros tres años es capaz de formar más de un millón de conexiones neuronales nuevas por segundo. Este proceso continúa hasta los seis años, cuando alcanza el 90 por ciento de su tamaño y cuadriplica su peso.
La adolescencia es el periodo de transición e inicios de maduración, y el cerebro tiene una intensa neuroplasticidad, lo que provoca los cambios de humor; esta situación se estabiliza hacia los 20 años de edad.
La corteza prefrontal es la última en desarrollarse hacia los 35 años. En esta edad se llega el control de los impulsos y funciones ejecutivas. “Si bien a esa edad el cerebro ha madurado, aún puede sufrir cambios, principalmente el de las mujeres, pues etapas como el embarazo y el parto generan cambios en su estructura”, estimulando el crecimiento de las regiones dedicadas a la empatía, ejemplificó Palacios García.
Aunque es un hecho que a partir de los 40 años disminuye el volumen cerebral: cinco por ciento por década, no hay relación entre el tamaño del cerebro y su funcionalidad, aseguró el experto universitario en envejecimiento.
“Si bien con la edad las personas tienden a caminar con pasos cortos, piernas separadas e inestabilidad del equilibrio, en esto intervienen otros factores y agentes externos, como el exceso de medicamentos que suelen recetar los médicos para tratar enfermedades crónicas como la diabetes o hipertensión, que a la larga afectan la memoria”.
De ahí, dijo Palacios García, la necesidad de que expertos consideren el cuidado geriátrico dentro de sus especialidades, para evitar malos diagnósticos o el estereotipo del abuelito que debe permanecer acostado permanentemente.
Sin embargo, concluyó, son pocos los adultos mayores que son atendidos adecuadamente porque cada año se gradúan muy pocos geriatras. Ante la situación desventajosa, este geriatra mexicano sugirió: “lo que se debe hacer es incrementar la cultura gerontológica para no caer en errores prescriptivos o malos diagnósticos”.