El desafío de la cobertura universal de salud
El desafío de la cobertura universal de salud
- En 2030 todos los países de la ONU han acordado alcanzar la cobertura sanitaria universal
- 400 millones de personas carecen de acceso a uno o más servicios sanitarios básicos
- Cada año 100 millones de personas ingresan a la pobreza y 150 millones de personas se enfrentan a graves problemas económicos para pagar los servicios de salud de su propio bolsillo
- Asegurar el acceso equitativo a los servicios de salud exige cambios en la manera en que se financian, gestionan y prestan dichos servicios
Ginebra.- El enorme desafío para países como México es alcanzar la cobertura sanitaria universal (CSU). La Organización Mundial de la Salud calcula que a nivel mundial, al menos 400 millones de personas carecen de acceso a uno o más servicios sanitarios básicos.
Cada año 100 millones de personas ingresan a la pobreza y 150 millones de personas se enfrentan a graves problemas económicos por tener que pagar los servicios de salud de su propio bolsillo.
Todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, sostiene la OMS, han acordado tratar de alcanzar la cobertura sanitaria universal (CSU) a más tardar en 2030, en el marco de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En colaboración con diferentes asociados, la OMS apoya a los países para que desarrollen sistemas de salud que les permitan conseguir y sostener la CSU, así como evaluar los progresos realizados.
¿Qué es la cobertura sanitaria universal?
La cobertura sanitaria universal (CSU) implica que todas las personas y comunidades reciban los servicios de salud que necesitan sin tener que pasar penurias financieras para pagarlos. Abarca toda la gama de servicios de salud esenciales de calidad, desde la promoción de la salud hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos.
La CSU permite a todos acceder a servicios que atienden las causas más importantes de las enfermedades y la muerte, y asegura que la calidad de esos servicios sea suficientemente buena para mejorar la salud de las personas que los reciben.
Proteger a las personas de las consecuencias financieras que puede tener el pago de los servicios de salud reduce el riesgo de que se empobrezcan a resultas de una enfermedad inesperada que exija la utilización de los ahorros de toda una vida, la venta de bienes o el recurso a préstamos, que pueden destruir su futuro y a menudo el de sus hijos.
Lograr la CSU es una de las metas que se fijaron los países que adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015. Los países que progresan en el logro de la CSU también avanzarán hacia las demás metas relacionadas con la salud y los demás objetivos. La buena salud no solo hace posible que los niños aprendan y los adultos se ganen la vida y la gente escapen de la pobreza, sino que también sienta las bases para el desarrollo económico a largo plazo.
¿Qué es lo que no se incluye en la cobertura sanitaria universal?
La CSU no implica la cobertura gratuita de todas las intervenciones sanitarias posibles, independientemente de su costo, ya que ningún país puede permitirse ofrecer todos los servicios gratuitamente de forma sostenible.
La CSU no se refiere únicamente a la financiación de la salud: abarca todos los componentes del sistema de salud, a saber, los sistemas de prestación de servicios de salud, el personal sanitario, las instalaciones sanitarias o las redes de comunicación, las tecnologías sanitarias, los sistemas de información, los mecanismos de garantía de la calidad, la gobernanza y la legislación.
La CSU no solo tiene por finalidad asegurar un conjunto de servicios de salud mínimos, sino también lograr la ampliación progresiva de la cobertura de los servicios de salud y de la protección financiera, conforme se disponga de más recursos.
La CSU no solo engloba los servicios de tratamiento específicos, sino también incluye los servicios a la población como las campañas de salud pública, la adición de flúor al agua, el control de los lugares de reproducción de los mosquitos, entre otros.
La CSU comprende mucho más que solo la salud. Adoptar medidas para alcanzar la cobertura sanitaria universal equivale a adoptar medidas para lograr la equidad, las prioridades en materia de desarrollo y la inclusión y cohesión sociales.
¿De qué manera pueden los países avanzar hacia la cobertura sanitaria universal?
Muchos países ya están avanzando hacia la cobertura sanitaria universal. Todos los países pueden esforzarse por avanzar más rápidamente hacia su consecución o por mantener los logros ya obtenidos. En los países en que los servicios de salud son generalmente accesibles y asequibles, los gobiernos tienen cada vez más dificultades para responder a las crecientes necesidades sanitarias de su población y al aumento de los costos de los servicios de salud.
Para avanzar hacia la CSU es preciso fortalecer los sistemas sanitarios en todos los países. Es esencial asimismo contar con estructuras de financiación sólidas. Si la gente tiene que pagar la mayoría de los gastos de salud de su propio bolsillo, los pobres serán incapaces de obtener muchos de los servicios que necesitan, e incluso los ricos se verán expuestos a dificultades económicas en caso de enfermedad grave o prolongada. El acopio de fondos procedentes de fuentes de financiación obligatorias (como las contribuciones obligatorias al seguro médico) permiten repartir los riesgos financieros relacionados con una enfermedad entre la población.
La mejora de la cobertura de los servicios de salud y de los resultados sanitarios depende de la disponibilidad, accesibilidad y capacidad de los trabajadores sanitarios de proporcionar una atención integrada de calidad centrada en las personas. Las inversiones en personal de salud primaria son muy necesarias y resultan costoeficaces para mejorar la equidad en el acceso a los servicios de salud esenciales. Otros elementos fundamentales son la buena gobernanza, la existencia de sólidos sistemas de adquisición y suministro de medicamentos y tecnologías sanitarias, y de sistemas de información sanitaria eficientes.
En la cobertura sanitaria universal no solo es importante determinar qué servicios están cubiertos sino de qué manera se financian, gestionan y prestan. Es preciso cambiar radicalmente la prestación de los servicios con el fin de asegurar que se integre y focalice en las necesidades de las personas y comunidades.
Esto conlleva la reorientación de los servicios de salud que asegure que la atención se preste en el contexto más apropiado, con un justo equilibrio entre la atención a los pacientes externos e internos y el fortalecimiento de la coordinación de esa atención. Los servicios de salud, incluidos los servicios de la medicina tradicional y complementaria, que se organizarán en función de las necesidades y expectativas generales de las personas y comunidades, contribuirán a asegurar que estas desempeñen un papel más activo en su salud y sistema de salud.
¿Se puede medir la cobertura sanitaria universal?
Sí. El seguimiento de los progresos realizados hacia la consecución de la CSU debe centrarse en dos datos:
La proporción de la población que puede tener acceso a servicios de salud esenciales de calidad
La proporción de la población que gasta sumas importantes del presupuesto familiar en la salud
La OMS ha elaborado, conjuntamente con el Banco Mundial, un marco que permite evaluar los avances en la CSU mediante el seguimiento de ambas categorías, que tiene en cuenta tanto el nivel general como la medida en que la CSU es equitativa, ofrece una amplia gama de servicios y protección financiera a todas las personas de un grupo de población determinado, como los pobres o las personas que viven en zonas rurales remotas.
La OMS utiliza 16 servicios de salud esenciales como indicadores del nivel y la equidad de la cobertura en los países, que agrupa en cuatro categorías, a saber:
Salud reproductiva, de la madre, el recién nacido y el niño:
Planificación de la familia
Atención durante el embarazo y el parto
Inmunización infantil completa
Comportamiento de búsqueda de atención de salud en caso de enfermedad infantil
Enfermedades infecciosas:
Tratamiento de la tuberculosis
Tratamiento de la infección por el VIH con antirretrovíricos
Cobertura de los mosquiteros tratados con insecticida para la prevención del paludismo
Saneamiento adecuado
Enfermedades no transmisibles:
Prevención y tratamiento de la hipertensión arterial
Prevención y tratamiento de la hiperglucemia
Detección del cáncer cervicouterino
Consumo de tabaco (abandono del tabaco)
Servicio: capacidad y acceso:
Acceso a servicios hospitalarios básicos
Densidad de personal sanitario
Acceso a los medicamentos esenciales
Seguridad sanitaria: cumplimiento del Reglamento Sanitario Internacional
Como cada país es único, cada uno puede centrar su labor en diferentes esferas o concebir sus propios medios para evaluar los progresos realizados en a la consecución de la CSU. Sin embargo, cabe considerar también la utilidad de un enfoque mundial que se basa en medidas normalizadas y reconocidas internacionalmente que faciliten la comparación entre los países a lo largo del tiempo.
¿Qué hace la OMS?
La cobertura sanitaria universal tiene su sólido fundamento en la Constitución de la OMS de 1948, en la que se declara que la salud es un derecho humano fundamental y se adquiere el compromiso de garantizar a todos los más altos niveles posibles de salud.
Los datos y cifras que proporciona la OMS son reveladores:
La cobertura sanitaria universal (CSU) garantiza el acceso a servicios de salud esenciales de calidad, el acceso a medicamentos y vacunas esenciales, seguros eficaces, asequibles y de calidad, y la protección contra los riesgos financieros.
Cada año 100 millones de personas ingresan a la pobreza y 150 millones de personas se enfrentan a graves problemas económicos por tener que pagar los servicios de salud de su propio bolsillo.
Alrededor del 32% en promedio de los gastos de salud de cada país corresponde a pagos realizados por los pacientes de su propio bolsillo.
Asegurar el acceso equitativo a los servicios de salud exige cambios en la manera en que se financian, gestionan y prestan dichos servicios, que habrán de centrarse en las necesidades de las personas y comunidades.
Para 2030, se necesitarán más de 18 millones de trabajadores sanitarios suplementarios para atender las necesidades de personal sanitario a que se refieren los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las metas relativas a la cobertura sanitaria universal. Las mayores carencias se concentran en los países de ingresos bajos y medios bajos.
A escala mundial, dos tercios (38 millones) de los 56 millones de muertes que se producen cada año siguen sin registrarse.