El destino alcanzó a México, asume el reto del envejecimiento de su población

El destino alcanzó a México, asume el reto del envejecimiento de su población

 

  • Asegura Osorio Chong que su gobierno trabaja en una estrategia para hacer frente al envejecimiento con el propósito de promover, proteger y asegurar las condiciones sociales, económicas y de salud de la población adulta mayor
  • En Paraguay, la secretaria de CONAPO anunció que buscaría la adhesión de México a la Convención de los Derechos Humanos de las Personas de la OEA

 

 

Susana Sánchez.- El gobierno mexicano decidió asumir dos de los más grandes retos demográficos de nuestro tiempo, el envejecimiento poblacional junto con el embarazo adolescente, durante la celebración del Día Mundial de la Población.

 

La población mexicana en 2017 es de 123 millones 518 mil 270 habitantes, de los cuales 89 millones 500 mil habitan en la ciudades. La esperanza de vida es de 72. 88 para los hombres y de 77.93 para las mujeres. 22.4 millones son adolescentes de entre 10 y 19 años de edad. En 2015 las personas de más de 60 años representaban el 10.9 por ciento de la población nacional.

 

México es uno de los países donde una de sus asignaturas pendientes ha sido el del envejecimiento de su población que crece a razón de unas 800 personas que diariamente ingresan a la adultez mayor al llegar a los sesenta años, la mayoría sin derechos plenos.

 

Después de los 60 años, las personas que ingresan a la población adulta mayor son discriminadas laboralmente por edad, son víctimas de diversos tipos de violencia, psicológica y física, despojos financiero, abandono social y familiar, y más del setenta por ciento carece de pensión de alguna de las instituciones oficiales, el Seguro Social o el Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

 

La gran mayoría de las personas mayores depende del auxilio de sus familias y de dos tipos de pensión que otorga el Gobierno mexicano de unos mil 160 pesos cada dos meses o en el caso de la Ciudad de México donde las personas de más de 68 años reciben cada mes más de mil ciento 32 pesos.

 

México ha dejado aún pendiente ratificar la Convención de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, aprobada por la Organización de Estados Americanos en junio de 2015, que obligaría al gobierno de nuestro país a cumplir con la vigencia de todos los derechos de las personas de más de 60 años.

 

Durante la celebración del Día Mundial de la Población, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se refirió a esos dos temas del embarazo y el envejecimiento para los cuales son como la cuadratura del círculo, por la ausencia de una política integral en todo el país que atienda esas dos bombas de tiempo demográficas. Empero, el funcionario mexicano dijo que su gobierno los enfrentaba con decisión y visión de largo plazo.

 

Osorio Chong se refirió se en su discurso al envejecimiento de la población mexicana. Dijo que anticipando los retos demográficos, su gobierno “trabaja en una estrategia para hacer frente al envejecimiento con el propósito de promover, proteger y asegurar las condiciones sociales, económicas y de salud de la población adulta mayor”.

 

 

“Para que las y los mexicanos envejezcan de manera sana y activa, manteniendo un nivel de autonomía e independencia física y económica, que les permita seguir siendo parte esencial del desarrollo del país”, declaró el funcionario mexicano.

 

Pero la gran asignatura pendiente, a la cual no aludió el funcionario, sigue siendo la ratificación por parte de México a través de su Senado, de la Convención de los Derechos Humanos de las Personas Mayores aprobada por la OEA apenas ha sido ratificada por un pequeño puñado de países, entre ellos, Costa Rica, Bolivia y Uruguay, y ha sido una de las demandas más sentidas manifestadas en la Ciudad de México en diversos foros y recientemente en la cuarta Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento y Derechos de las Personas Mayores, que se celebró en Asunción, Paraguay.

 

El documento de la ratificación de esa Convención da vueltas en las esferas burocráticas sin que legue al Senado, donde la senadora Angélica de la Peña Gómez, ignora la tardanza y los impedimentos burocráticos que impiden en cumplir con ese compromiso que contribuiría a al respeto de los derechos humanos de las personas mayores en México.

 

Hace poco más de una semana, en la Ciudad de Asunción, la secretaria general del Consejo Nacional de Población (CONAPO), Patricia Chemor Ruiz, a nombre del gobierno mexicano, se comprometió a buscar la adhesión del gobierno mexicano a esa Convención, en una reunión donde se escucharon voces de representantes mexicanas que demandaban esa ratificación por parte de las autoridades mexicana.

 

En esa cita de la Ciudad de Asunción, los países de América Latina y el Caribe, entre ellos México, refirmaron hoy su compromiso de promover, proteger y respetar los derechos humanos, la dignidad y las libertades fundamentales de las personas mayores, durante la clausura de la

 

En la reunión, organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Gobierno de Paraguay, los países participantes aprobaron por unanimidad la Declaración de Asunción, Construyendo sociedades inclusivas: envejecimiento con dignidad y derechos, que ratifica la responsabilidad de los Estados de garantizar un envejecimiento con dignidad y derechos.

 

Osorio Chong se refirió al perfil de México y de su población, muy distinto al de hace cuatro décadas. Ahora, dijo, el número de habitantes ha crecido, de 50 a más de 123 millones; la esperanza de vida pasó de 60 a 74.5 años de edad en promedio; así como la tasa de fecundidad disminuyó de 6.3 a 2.2 hijos por mujer, en tanto la mortalidad infantil disminuyó de 80.9 a 11.7 por cada mil nacimientos.

 

Osorio Chong se refirió a al tema del embarazo adolescente, uno de los más delicados problemas sociales que afectan a la población más joven mexicana, sobre todo de los grupos de población de menos recursos.

 

 

En México, dijo el servidor público mexicano, hay 22.4 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años de edad, niños y jóvenes que merecen un desarrollo pleno y el despliegue de todas sus capacidades y no ver frustrados sus anhelos por un embarazo a temprana edad.

 

Para Osorio Chong reconoció ese latente problema social que frustra el desarrollo de las adolescentes mexicanas, en situaciones que “son producto de violencia” y se comprometió en el año y meses de esta administración que concluye en diciembre de 2018, a prevenir y erradicar el abuso infantil y el embarazo adolescente, que “ debe ser una prioridad de todos”.

 

“El propósito es claro: hacia el año 2030, disminuir a la mitad la tasa de fecundidad adolescente y erradicar el embarazo en niñas menores de 14 años”, dijo el Secretario Osorio Chong.

 

México, recalcó el Secretario de Gobernación, mira de frente a los desafíos demográficos, con una política de población sólida, con estrategias puntuales y acciones aplicadas en el presente, en favor de las generaciones actuales y futuras.

 

Para el representante del Fondo de Población de Naciones Unidas en México, Arie Hoekman, México ha sido un buen ejemplo en materia de control de crecimiento poblacional. Sin embargo, dijo que el desafío de disminuir las altas tasas de embarazo en mujeres adolescentes sigue latente. “En la promoción de planificación familiar en México, no hay que bajar la guardia”, recomendó a las autoridades mexicanas.

 

El Día Mundial de la Población, instituido por la Organización de las Naciones Unidas, con motivo del nacimiento del habitante 5 mil millones el 11 de julio de 1987. Este año el tema es “Planificación Familiar: empoderando personas, desarrollando naciones”.

 

 

Texto del discurso del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en la Conmemoración del Día Mundial de la Población 2017.

 

Se trata de una oportunidad para evaluar los avances y los retos demográficos de nuestro país.

 

Nos reúne una fecha muy importante, me refiero al 30 Aniversario del Día Mundial de la Población, celebrado ayer, y en cuyo marco se realiza este encuentro.

 

Se trata de una oportunidad para evaluar los avances y los retos demográficos de nuestro país.

 

Avances a los que han contribuido gobiernos, instituciones, organismos internacionales, y por supuesto, la ciudadanía.

 

Porque es por y para las personas que se diseñan planes y programas de gobierno.

 

Porque el desarrollo solo tiene sentido cuando sus beneficios se concretan en favor de la sociedad.

 

Por eso es tan importante la política de población, ya que fenómenos como la natalidad, migración, envejecimiento y mortalidad, están muy vinculados con el desarrollo.

 

Se trata de conocer el tamaño, composición, movilidad y distribución de la población a lo largo y ancho del territorio nacional, para con ello, diseñar políticas públicas efectivas.

 

Políticas que faciliten a las personas trazarse un mejor proyecto de vida y alcanzar con ello mayores condiciones de bienestar.

 

Ese es el objetivo de la política de población, que en México surgió, como ya lo vimos, hace 43 años con la Ley General de Población.

 

Se trataba de un ordenamiento que en ese entonces respondía, entre otras cosas, al crecimiento demográfico más elevado de nuestra historia, con una tasa de 3.5 por ciento anual.

 

Para tratar de ver de qué se trata este porcentaje, para dimensionarlo, podemos decir que si no se hubiera detenido esta tasa de 3.5 por ciento, hoy seríamos algo así como 210 millones de mexicanas y de mexicanos. Hoy somos 123.

 

En aquel entonces también había una movilidad migratoria principalmente en las zonas rurales a las ciudades, principalmente a la capital del país, aquí a la Ciudad de México.

 

De ahí que el foco de atención se pusiera en la planificación familiar, poniendo el acento en la necesaria reducción de la fecundidad.

 

El propósito era aumentar la capacidad del Estado y de las propias familias para garantizar el acceso a los servicios básicos de salud y educación, y generar mayores oportunidades de avance como nación.

 

En aquel entonces, el ritmo de crecimiento poblacional en México no era sustentable, había que actuar y se hizo, con amplias campañas que fomentaron conciencia sobre la importancia de decidir el número y espaciamiento de las hijas e hijos de manera responsable y sobre todo informada.

 

Campañas que se integran – como ya lo vimos también – a la Cápsula del Tiempo que se depositará en el Palacio de Cobián, como un testimonio de la política de población mexicana, desde la creación del CONAPO en 1974.

 

Cápsula, como ya se ha mencionado, se abrirá dentro de 30 años, las abrirán ustedes, nos platicarán a nosotros si nos van a visitar a donde nos pueden ir a visitar, pero será muy importante que se hable sobre este tema dentro de 30 años.

 

Campañas que se integran a la Cápsula del Tiempo que se depositará en el Palacio de Cobián, reitero, y que estará con esa placa, para que se pueda identificar el lugar específico.

 

Hoy a poco más de cuatro décadas del primer programa oficial de planificación familiar, el perfil de México y de su población, sin lugar a dudas es otro:

 

El número de habitantes ha crecido más del doble, pasando de 50 a 123 millones.

 

La esperanza de vida pasó de 60 a 74.5 años de edad en promedio.

 

La tasa de fecundidad disminuyó de 6.3 a 2.2 hijos por mujer.

 

Y la mortalidad infantil disminuyó, escuchen ustedes, de 80.9 a 11.7 por cada mil nacimientos.

 

Sí, México ha cambiado, pero como aquí se ha dicho, también los desafíos han cambiado.

 

Hoy tenemos nuevos retos, retos demográficos vinculados con la movilidad territorial, con un flujo migratorio interno que ahora se da mayormente entre zonas urbanas, dejando de ser solo la Ciudad de México el destino final.

 

Asimismo ha cambiado el fenómeno de la migración internacional, dejando de ser nuestro país territorio de origen para convertirse en uno de tránsito, de destino y retorno, principalmente.

 

Pero no solo eso, sino que se presentan dos nuevos desafíos que en el Gobierno de la República estamos abordando con decisión y visión de largo plazo, me refiero, como ya se ha referido, al embarazo adolescente y al envejecimiento de la población.

 

Hoy, CONAPO estima que en México, escuchen estas cifras, hay 22.4 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años de edad. Son mujeres y hombres, cuya energía y talento el país debe de aprovechar.

 

Son historias con nombre y apellido, como las de ustedes, niñas y niños y jóvenes que hoy nos acompañan, que merecen tener un desarrollo pleno y el despliegue de todas sus capacidades y no ser frustrados sus anhelos por un embarazo a temprana edad.

 

Pues en la mayoría de los casos esta situación afecta la permanencia en la escuela, los ingresos futuros, las oportunidades y el desarrollo humano, y peor aún, cuando el embarazo es producto de violencia, como sucede en muchas niñas, porque nadie puede alegar que una pequeña menor de 14, de 15 años se embaraza por consentimiento.

 

Por el contrario, en la gran mayoría de los casos estamos ante una situación de abuso sexual infantil.

 

Una conducta aberrante, un acto de violencia, ante el cual autoridades y sociedad debemos cerrar filas para ponerle ya, punto final.

 

Porque prevenir y erradicar no solo el abuso infantil, sino también el embarazo adolescente, debe de ser una prioridad de todas y de todos.

 

Y hay que decirlo, entre el 2000 y el 2012 – seguramente habrá reacciones – México descuidó la planeación demográfica, especialmente los esfuerzos relacionados con los programas de planificación familiar y los de salud sexual y reproductiva, o sea, la orientación a nuestra juventud.

 

Entre otras cosas, ello derivó en que tan solo en 2013, hubiese casi 400 mil nacimientos de madres menores de 18 años, equivalentes al 18 por ciento del total anual de nacimientos.

 

Ha sido, subrayo, en el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto que se decidió retomar e impulsar una política de población integral, promoviendo la actualización de la Ley General de Población, que fue pionera en su momento y que ahora está siendo sujeta a un profundo trabajo de revisión, para mejorarla y con ello hacer frente a los escenarios demográficos actuales y futuros.

 

Devolviendo a este tema la importancia que requiere, no solo para saber cuántos somos y dónde estamos, sino también para impulsar políticas públicas más efectivas, que contribuyan a fortalecer el ejercicio de los derechos.

 

La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, puesta en marcha por el Presidente de la República, el 23 de enero del 2015, constituye un ejemplo de ello.

 

Se trata de una estrategia en la que se coordinan los esfuerzos de instituciones y dependencias de los tres niveles de gobierno, de la academia, de especialistas y organizaciones de la sociedad civil.

 

A lo anterior se suman campañas como la del Concurso Infantil, que hoy presentamos.

 

Así como acciones que van desde garantizar una disponibilidad adecuada de anticonceptivos, hasta instrumentar medidas específicas para que las necesidades de las y los jóvenes adolescentes sean atendidas por los servicios de salud.

 

El propósito es claro, hacia el año 2030, disminuir a la mitad la tasa de fecundidad adolescente y erradicar el embarazo en niñas menores de 14 años.

 

De forma paralela, y anticipándonos a los retos demográficos producto de la disminución de la fecundidad y el incremento en la esperanza de vida, estamos trabajando en una estrategia para hacer frente al envejecimiento.

 

Lo anterior con el objetivo de promover, proteger y asegurar las condiciones sociales, económicas y de salud de la población adulta mayor.

 

Para que las y los mexicanos envejezcan de manera sana y activa, manteniendo un nivel de autonomía e independencia física y económica, que les permita seguir siendo parte esencial del desarrollo del país.

 

Así es como hoy México mira de frente a los desafíos demográficos, con una política de población sólida, con estrategias puntuales y acciones todas decididas por este gobierno.

 

Preparándonos y actuando desde el presente, en favor de las generaciones de hoy y de mañana.

 

Hablar de México es hacer referencia no solo a su territorio y atractivos naturales, sino sobre todo es hablar de su gente, de su gran gente, de su población.

 

Porque es su talento, energía y trabajo, lo que contribuye en hacer de México una gran nación.

 

Cada uno de sus logros, de todas y de todos, empuja al país hacia adelante.

 

Por eso, desde el Gobierno de la República seguiremos trabajando para que cada mexicana y cada mexicano puedan escribir su propia historia de éxito y de felicidad.

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