En la actividad científica continua la inequidad de género
En la actividad científica continua la inequidad de género
- Aún no ocupan puestos de decisión o los más altos niveles de reconocimiento.
- Sólo 35 por ciento del padrón del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) es de mujeres
En las últimas décadas se ha registrado una mayor participación femenina en la ciencia, en particular en áreas consideradas por tradición como masculinas: física, matemáticas e ingenierías. Sin embargo, en este ámbito persisten las desigualdades entre hombres y mujeres.
Ejemplo de ello es que sólo 35 por ciento del padrón del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) es de mujeres, y su presencia, de acuerdo con el nivel y área del conocimiento, es menor a la de los varones. Ellas aún no ocupan puestos de decisión o los más altos niveles de reconocimiento, señaló Norma Blazquez Graf, académica del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora cada 11 de febrero, Blazquez Graf expuso que en los últimos 15 años en México se han hecho esfuerzos, sobre todo en el posgrado, para que el sector femenino curse estudios en ese nivel. “Creo que ha sido un gran esfuerzo nacional”.
No obstante, prosiguió, aunque persisten muchos problemas para que ambos géneros accedan a la educación superior, las dificultades son más marcadas en ellas, pues su proporción es menor, sobre todo para instruirse como investigadoras.
Se dice que “ya podemos ingresar a la educación superior y luego a un posgrado para dedicarnos a la investigación, pero en la realidad no ocurre así, no en todas las áreas del conocimiento”, remarcó la autora del libro “El retorno de las brujas. Incorporación, aportaciones y críticas de las mujeres a la ciencia”.
Incluso en el ámbito de las ciencias sociales y las humanidades la distribución no es homogénea. “No hay tantas mujeres en filosofía o economía porque se inscriben más en áreas como sociología, antropología y psicología”.
Por ello, esta efeméride, una iniciativa de las Naciones Unidas, se enfoca en propiciar o incentivar vocaciones en las jóvenes, para que sepan que existen otras carreras, sobre todo en las disciplinas a las que menos acceden: las ingenierías, las matemáticas y la física.
Blazquez Graf consideró que una de las barreras para que las mujeres se dediquen de tiempo completo a su actividad profesional es la consigna sociocultural de que su papel es cuidar de su descendencia, de las personas mayores, o atender las labores domésticas.
En las ciencias experimentales el desarrollo de un proceso requiere de tiempo completo y no puede detenerse porque es la hora de recoger a los niños, reconoció; ante ello, indicó que es necesario que las actividades científicas se programen; lo mismo ocurre en todas las áreas, aunque en las ciencias sociales el trabajo de campo puede distribuirse de distinta manera.
La universitaria acotó que el poco interés que muestran algunas jóvenes hacia las ciencias después de la educación básica podría deberse a los métodos utilizados para enseñarles; por ejemplo, les hacen memorizar fórmulas, y eso contribuye a que no sean atractivas.
En la Red Mexicana de Ciencia, Tecnología y Género “hemos propiciado talleres y se han presentado conferencias y videos para mostrar a mujeres dedicadas a todos los campos del conocimiento, en particular a la física, las ingenierías y la química; así, las jóvenes pueden interactuar con ellas y saber que son reales, de carne y hueso. La idea es que no sólo se queden con la imagen de Marie Curie, que sepan que en México hay expertas destacadas”.
Al referirse al Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, subrayó que la efeméride hace evidente que ser científica es importante y estimulante, y permitirá cambiar mentalidades al saber que están en la posibilidad de cursar cualquier disciplina, de generar conocimiento, y que serán buenas si se preparan y cuentan con apoyos.
Desde hace más de tres décadas “académicas y científicas hemos hecho esfuerzos en ese sentido, son ya muchos años a nivel internacional trabajando para que participen en el desarrollo de la ciencia”.
Para lograr ese objetivo, concluyó, en el país se debe empezar por aumentar el presupuesto en ciencia y tecnología, propiciar que el posgrado sea accesible y de calidad, y que tanto hombres como mujeres puedan participar en él. Asimismo, establecer programas que reconozcan el trabajo de académicas talentosas que por diversas cuestiones no han podido acceder a plazas de investigación.