FAO: padecen hambre más de 800 millones de personas

Es necesario empoderar a las mujeres rurales con apoyos que les permitan generar ingresos y administrar los recursos familiares: Michelle Bachelet

La experiencia brasileña enseña que es posible erradicar el hambre si la lucha contra la pobreza se eleva a política de Estado con recursos garantizados: Lula Da Silva 

Con un llamado a combatir el hambre, que afecta a más de 800 millones de personas, mediante un mayor apoyo a los pequeños agricultores y a las mujeres de las  zonas rurales, los presidentes de Chile, Michelle Bachelet, e Italia, Sergio Mattarella, inauguraron  la trigésima novena conferencia de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

Ante representantes de 97 países en la  reunión  plenaria,  el discurso de Bachelet destacó que derrotar el hambre lo antes posible  más que un objetivo internacional es una  urgencia que cotidianamente viven millones de seres humanos en el planeta y afirmó: es claro que el hambre sólo se puede erradicar atacando las desigualdades y la pobreza, sobre todo aquella que se manifiesta tan nítidamente en el mundo rural.

Explicó que la clave es dar más oportunidades a los pequeños productores respecto de aquellos que están más capitalizados, ofrecerles mayor vinculación a los mercados internacionales, con tierra y agua en abundancia. Así reducimos la brecha, aumentamos las opciones productivas y estimulamos la equidad.

Así lo hicimos en Chile, afirmó Bachelet, orgullosa de que su país figure en la lista de países que respetaron las metas fijadas en la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 y en la del Milenio de 2000, cuando los gobiernos se propusieron reducir a la mitad el número de personas que sufren hambre, y aseguró que el Estado chileno tiene como prioridad el combate a la desigualdad, el hambre, la pobreza y las injusticias

Según datos de la FAO, Chile destaca por ser el país de América Latina que tiene el menor índice de desnutrición crónica infantil, con 2 por ciento. Además, tiene el menor nivel de desnutrición global en niños de todos los países de la región, con sólo 0.5 por ciento de prevalencia.

Sin embargo, reconoció la mandataria, las cifras continúan siendo alarmantes a escala mundial: en América Latina se ha reducido el hambre, lo cual es una  buena noticia, pero 47 millones de personas aún la sufren y subrayó  el papel de la mujer para lograr la seguridad alimentaria y nutricional.

Puntualizó: cerca de 58 millones de mujeres viven en áreas rurales de América Latina y el Caribe, y ellas son clave en la lucha contra el hambre como productoras, además de encargadas de la alimentación de los niños y las familias, por esta razón, dijo,  es necesario  empoderar a las mujeres rurales con apoyos que les permitan generar ingresos y administrar los recursos familiares, pues ello puede garantizar la seguridad alimentaria de las familias rurales.

En el mismo contexto el presidente de Italia Sergio Mattarella,  expresó que derrotar el hambre y la desnutrición es difícil pero posible, y una meta a la que la humanidad no puede renunciar, porque el hambre es causa que contribuye o desencadena  guerras y todo tipo de violencia, de ahí que aminorar el hambre y las desigualdades  es  trabajar por la paz; por ello es necesario crear un nuevo  modelo de desarrollo humano inclusivo, que reconozca la importancia de los valores de equidad e igualdad y que promueva economías sostenibles.

No podemos olvidar que 800 millones de personas, incluidos 160 millones de niños menores de cinco años, viven todavía en la desesperación, con alimentos insuficientes para crecer sanos y vivir como hombres libres, dijo Mattarella, y recordó que en 1990 el número de desnutridos en el planeta superaba mil millones de seres humanos, mientras actualmente, pese al aumento de la población, ha disminuido de manera relevante.

Por lo anterior coincidió con Michelle Bachelet y apremió a dar mayores apoyos a los pequeños agricultores y a sus familias, con una distribución más equitativa de las tierras, al tiempo que se apoye en mayor medida  el papel de las mujeres, abatiendo los obstáculos para su acceso a los medios de producción.

La 39 conferencia de la FAO coincide con el 70 aniversario de la creación del organismo. Contando este aniversario con la participación de varios presidentes, como los de México, Enrique Peña Nieto, y Argentina, Cristina Fernández; en tanto que el brasileño Graziano da Silva fue relecto para un segundo mandato de cuatro años como director general;  su nominación como único candidato recibió el mayor número de votos en la historia de la organización: 177 de los 182 sufragios emitidos.

Avaló a Da Silva el exitoso programa Hambre Cero que  dirigió en Brasil, al ser relecto reafirmó el compromiso de poner fin al hambre y la desnutrición; por su parte el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), conocido por haber impulsado durante sus dos mandatos el programa Hambre Cero, afirmó que el año pasado Brasil salió del mapa de los países con hambre y añadió: con 0.5 por ciento de presupuesto, en Brasil logramos apoyar a 54 millones de pobres; ese milagro fue posible, detalló,  porque empezamos a tratarlos como seres humanos y no como estadísticas.

Al reseñar las conquistas alcanzadas en los últimos 12 años por Brasil, entre ellas el programa Bolsa Familia, que adjudica una renta mensual a personas que no tienen ingresos suficientes, y el programa Luz para los más Olvidados, que garantiza energía eléctrica a 97 por ciento de brasileños Da Silva  afirmó que la experiencia brasileña enseña que es posible erradicar el hambre si la lucha contra la pobreza se eleva a política de Estado con recursos garantizados y concluyó: actualmente está creciendo la primera generación de brasileños que no han conocido el drama del hambre, hemos probado que ésta se puede erradicar; sólo tengo un mensaje: repartir pan es el primer paso para construir la paz.

El director general de la FAO convocó a los miembros de esta organización, en la sede de la Expo Milán 2015, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente,  a cambiar la forma en que se producen los alimentos y  la necesidad de crear conexiones positivas entre  éstos, la agricultura y el medio ambiente, también llamó a un cambio de mentalidad de  los gobiernos, los ciudadanos, los productores y los inversionistas, que juntos  deberán crear formas nuevas e integrales para combatir el cambio climático y alimentar a una población cada vez más numerosa,  bajo dos principios rectores: garantizar el acceso universal a los alimentos y hacer sostenibles los sistemas de producción de éstos.