Impide la corrupción el mejoramiento del aire en el Valle de México
Impide la corrupción el mejoramiento del aire en el Valle de México
- Es indiscutible implementar energías renovables para avanzar en el combate a un ‘problema muy serio’
- A los gobiernos les costaría entre el uno y dos por ciento del PIB proyectar un entorno que garantice la vida, dijo en la UNAM, Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995
El freno para controlar la calidad del aire en la Ciudad de México, es la corrupción, advirtió tajante Mario Molina, el Premio Nobel mexicano de Química 1995, durante una conferencia en Ciudad Universitaria, al sur de la capital mexicana.
“Tenemos muchas recomendaciones, hay mucho más por hacer; no vamos a ver resultados a muy corto plazo, es un comienzo. Trabajamos con el gobierno de la Ciudad de México y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pero lo que hemos visto es que el freno para controlar la calidad del aire, es la corrupción, pero eso ya está en proceso de cambio”, dijo nuestro Premio Nobel.
Molina, al hablar del “problema tan serio” de la calidad del aire que padece la zona metropolitana de la Ciudad de México, dejó en claro que la problemática no sólo debe abocarse al monitoreo del ozono y sus efectos, pues un factor mayúsculo lo representan las partículas suspendidas.
La zona metropolitana de la capital mexicana abarca otras cinco entidades del valle central de la República Mexicana, habitadas por más de 20 millones de habitantes. La principal fuente de contaminación la producen los más de cinco millones de vehículos automotores que circulan diariamente en las redes primarias y secundarias del Valle de México.
A la contaminación del aire en el centro de México se atribuye las enfermedades respiratorias y cardiovasculares que afectan sobre todo a personas adultas mayores. Otros afectados son la población infantil. En general la población sufre de una irritación constante y permanente de las mucosas, de los ojos, de la nariz, del tracto respiratorio. La población tiene que limitar sus actividades al aire libre en las etapas de pre y contingencias ambientales.
Molina habló también en la sede de la Facultad de Química de la Universidad Nacional mexicana sobre el problema del cambio climático en el mundo. Dijo que se puede resolver, pero sólo con la implementación de diversas medidas simultáneas.
Existen, añadió Molina, varias que deben ponerse en práctica, como la implementación de energías renovables: eólica, solar y nuclear –esta última discutible–, además de la sustitución del parque vehicular y del carbón por gas natural.
Mario Molina, en el marco de la XXXII Reunión Nacional Estudiantil de Ingenieros Químicos celebrada en Ciudad Universitaria, mencionó que los gobiernos del mundo gastarían entre uno y dos por ciento del producto interno bruto (PIB) para proyectar un entorno que garantice la vida.
“La temperatura del planeta en promedio se ha incrementado un grado en los últimos años, pero si no tomamos medidas simultáneas, el riesgo podría escalar la temperatura de tres a cuatro grados más, lo que sería catastrófico: volvería a algunas zonas inhabitables”, advirtió el ingeniero químico egresado de esta casa de estudios.
Ante estudiantes de 25 universidades de 15 estados de la República, reunidos en el auditorio Alfonso Caso, en Ciudad Universitaria, pidió trabajo conjunto para combatir “el reto más grande que enfrenta la humanidad”.
Se debe influenciar a los gobiernos, ejercer presión a diversos niveles; hay que ser conscientes del potencial de la sociedad para crear problemas, pero también para resolverlos, manifestó Molina.
Molina mencionó tres mitos sobre el cambio climático y cómo la evidencia, incluso de eventos de temperatura extrema, los ha refutado: “dicen que los efectos son naturales y no tienen conexión con la actividad humana, que los cambios serán a final de siglo y que probablemente sean benéficos y, por último, que no es prudente enfrentarlo porque el costo sería prohibitivo. Nada de esto es cierto”, enfatizó nuestro Premio Nobel de Química.