La Ciudad de los Derechos Humanos para los Adultos Mayores

La Ciudad de los Derechos Humanos para los Adultos Mayores

El gobierno de la Ciudad de México hace efectivos los derechos de los adultos mayores  a la alimentación, a la salud, a la educación, al turismo social, a la recreación, a la movilidad social y el acceso a la justicia.

Hace catorce años se decía que “cómo, para qué, pero si ya se van a morir”.  Hoy, en el gobierno del doctor Miguel Ángel Mancera Espinoza, el programa de atención social de la Pensión Alimentaria para los Adultos Mayores ampara a medio millón de adultos mayores como sus receptores.

mancera creditos marzo

José Luis CAMACHO LÓPEZ

El pasado martes 16 de junio, en el popular barrio de Tepito, la antigua zona de los ayateros  de la ciudad de México y muy lejana de la ciudad de Washington, donde la OEA aprobó un día antes la Convención Interamericana sobre los  Derechos Humanos de los Adultos Mayores,  se entregaron  75 tarjetas de la Pensión Alimentaria para Adultos Mayores a nuevos derechohabientes del barrio.

Sandra Huenchuan Navarro, Doctora en Estudios Latinoamericanas y la experta en los temas de envejecimiento y vejez de la Comisión Económica para América Latina y del Caribe  (CEPAL), ponderó en su última visita a la capital los programas sociales del gobierno del Distrito Federal, entre ellos la Pensión Alimentaria. Muchos de esos derechos se han adelantado a la Convención para los Derechos Humanos de los  Adultos Mayores, aprobados por la Organización de los Estados Unidos Americanos (OEA).

La Tarjeta Pensión Alimentaria para los Adultos Mayores en la Ciudad de México no resuelve la enorme deuda social con los adultos mayores, pero si atempera las condiciones de desigualdad social que pesan de antaño sobre la sociedad mexicana. Este grupo de adultos mayores tepiteños forma parte de la población que alcanzó en mes de junio el medio millón de adultos mayores de más de 68 años que cada mes reciben una Pensión Alimentaria, consistente en mil 46 pesos, para la cual el gobierno del doctor Miguel Ángel Mancera Espinoza, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ha dispuesto un presupuesto de seis mil 229 millones de pesos para su aplicación.

Si hay una ciudad en el continente que se distingue por aplicar derechos es la capital mexicana. Los adultos mayores tienen derecho a la alimentación, a la salud, a la educación, a la cultura, a la movilidad, al amparo jurídico y a la atención psicológica. Cada domingo pueden asistir a sesiones de yoga en el Ángel de la Independencia, en el corazón de la capital, junto con otros capitalinos de diversas edades o bien asistir al cinematógrafo en forma gratuita.

Los programas de política pública para los adultos mayores, además de las pensiones alimenticias para los de 68 años y más, los configuran los créditos de cinco mil pesos, el turismo social, visitas médicas domiciliarias, visitas gerontológicas, jueves de danzón, sesiones cinematográficas gratuitas, Alerta y Línea Plateada, en casos de extravíos, malos tratos, abusos, depresión causada por soledad, difusión de derechos, Escuela de Adultos Mayores, y el acceso gratuito al transporte público de la capital (Metro, trolebuses, tren ligero),  para los adultos mayores a partir de los 60 años y después de los 70 años en el transporte llamado Metrobus.

Todos esos derechos universales, indivisibles, inalienables, progresivos son operados desde uno de los músculos sociales del gobierno del doctor Miguel Mancera Espinoza, Doctor en Derecho egresado de la UNAM: un modesto y austero edificio de cinco pisos junto a la Arena México, en la colonia de Los Doctores. Desde este inmueble de un barrio popular, sin relumbrones en su arquitectura, el gobierno capitalino articula el brazo con los músculos que hacen efectivos todos los derechos de los adultos mayores  a la alimentación, a la salud, a la educación, al turismo y la cultura social, a la movilidad social y el acceso a la justicia.

En el quinto piso de este edificio despacha la licenciada Rocío Bárcena Molina,  una de las tres personas  encargadas de defender los derechos de los adultos mayores de la capital. El primero es el doctor Miguel Ángel Mancera Espinoza, siempre preocupado por las condiciones de vida de los adultos de sesenta años y más; la segunda es Rosa Isela Rodríguez, secretaria de Desarrollo Social, periodista de origen, creativa y propositiva, quien ha hecho de la causa de los adultos mayores una de las principales banderas sociales del gobierno de la capital.

Foto: T E
Foto: T E

Esta gentil profesora recibe a TE, el diario de la Tercera Edad, en la austera oficina que mantiene sus puertas abiertas. Rocío Bárcena Molina supervisa la aplicación de todos los programas sociales dirigidos a los adultos mayores del Distrito Federal, de la “capital social”. Entre ellos, uno de los más sensibles es la Tarjeta de Pensión Alimentaria. El requisito para recibirlo por parte del IAAM-DF es que deben ser residentes en alguna de las 16 delegaciones del Distrito Federal.

Es un programa que en catorce años ha proporcionado esta pensión a 981 mil 813 personas derechohabientes mayores de 68 años. Por fallecimientos y cambios de domicilio fuera del Distrito Federal, el Padrón tiene movilidad en sus bajas y altas.

Del medio millón de personas que reciben este tipo de pensión, 61.94 por ciento son mujeres y 38.06 por ciento son hombres. El gobierno de Mancera Espinoza tiene focalizado el problema de las mujeres que carecen de cualquier tipo de pensión o jubilación, son las más agraviadas por la desigualdad social, ya que la mayoría de ellas labora en sus casas en tareas domésticas, se hacen cargo de sus hijos o trabajan en oficios sin garantías sociales o de muy bajos salarios.

En el Distrito Federal, la mayor población de receptores de este derecho universal se encuentran en la delegación de Iztapalapa, 81 mil 355 personas mayores, le siguen Gustavo A. Madero con 78 mil 815, Coyoacán, con 43 mil 844, Álvaro Obregón, con 38 mil 825, Tlalpan con 32 mil 597, Cuauhtémoc, con 31 mil 664, Venustiano Carranza con 29 mil 948,  Benito Juárez, con 29 mil 70 usuarios, con fama de una población de altos ingresos, y la más baja Milpa Alta, con cinco mil 485 receptores.

Iztapalapa y Gustavo A. Madero concentran el mayor número de beneficiados: el 16.27 por ciento en la primera jurisdicción y la segunda, el 15.76 por ciento.En todas las delegaciones existen usuarios de este derecho.

La licenciada Rocío Bárcena Molina, Directora General del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores del D.F. Foto: T E
La licenciada Rocío Bárcena Molina, Directora General del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores del D.F. Foto: T E

Mil 200 trabajadoras sociales verifican la vida de los adultos mayores

Una de las  actividades esenciales que tiene el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal, consignadas en un informe del Consejo Asesor para la Integración, Asistencia, Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas Mayores,  son  las visitas que realiza un  ejército de mil 200 trabajadoras sociales a los domicilios de las personas mayores para verificar la situación social y de salud, maltrato familiar, abandono, soledad o despojo. Estas trabajadoras sociales son en muchas ocasiones la única persona ajena a la familia o a la comunidad que tiene acceso a las persona mayores, representando un vínculo entre las personas mayores y las instituciones que las atienden.

Cuando se les hace la entrega de las tarjetas de Pensión Alimenticia a los adultos mayores las trabajadoras sociales se les hacen de su conocimiento de los derechos a los que tienen acceso.

El IAAM-DF  tiene ubicados a esta población por edades, tienen registrados ocho centenarios de 100 y 113 años, el mayor número de usuarios se encuentra entre los 70 y 79 años, representan 306 mil 642 usuarios, le siguen los de 80 a 89 años, 150 mil 316.

Desde el inicio de estos programas las trabajadoras sociales han realizado 20 millones de visitas domiciliarias, más de cuatro millones 200 mil en esta administración. La profesora Bárcena tiene bien documentadas las actividades del instituto a su cargo: 83 mil 962 visitas médicas domiciliarias, los viajes de turismo social, los asistentes a los jueves de danzón, los alumnos inscritos en las Escuelas para Adultos Mayores.

Inicialmente los programas de atención social a los adultos mayores fueron objeto de críticas. “Para qué, si ya se van a morir”, era una de las críticas mordaces que se le hacían a la Tarjeta de Pensión Alimenticia. Hoy, catorce años después de iniciarse este programa, medio millón de adultos mayores lo reciben  en la capital.

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