La epidemia de coronavirus obliga al arraigo domiciliario a las personas mayores

La epidemia de coronavirus obliga al arraigo domiciliario a las personas mayores

 

  • A las condiciones de aislamiento social, sanitario y económico, abandono familiar, abusos, dependencias, ámbitos que ya viven la mayoría de los más de 15 millones y medio de personas de más de 60 años en México se suma ahora un mayor aislamiento social que obliga la epidemia del coronavirus 2019

 

Diario T E

 

Redacción.- México vive, como se vive en otras latitudes, un proceso rápido y acelerado de envejecimiento de su población. La población mexicana está envejeciendo tan rápidamente, que ahora con la pandemia del coronavirus 2019 (COVID-19), significa una gran amenaza ya que las víctimas más propicias son las personas mayores de 60 años, sobre todo las que sufren ya enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión y les siguen las que padecen cánceres, cardiovasculares, el halzheimer y discapacidades al avanzar su edad de envejecimiento.

 

A las condiciones de precariedad en la salud, junto la depresión con efectos en la salud mental; el aislamiento social, sanitario y económico, abandono familiar, abusos, violencias psicológicas y físicas, dependencias combinadas, ámbitos de violencia en diversas escalas que ya viven y se someten a la gran mayoría de los más de 15 millones y medio de personas de más de 60 años en México,  se suma ahora un mayor aislamiento social por la epidemia del corona virus 2019, que obliga a esta población a un arraigo domiciliario forzado entre el 23 de marzo y el 19 de abril, que prácticamente ya se inició desde ahora.

 

Diario T E

 

De este arraigo sobresale estar recluidas en sus viviendas, depender de sus familiares, amistades o vecinos para el suministro de alimentos o de servicios, salir al médico, mantener una distancia de metro y medio, lavado de manos hasta las muñecas hasta 20 veces al día si cuentan con ese servicio, medidas que no toman en cuenta hasta ahora los efectos psicológicos de un encierro de esta naturaleza.

 

Como ya es ampliamente conocido, pero poco difundido, con el aumento de edad de la población adulta, la Organización Mundial de la Salud, admite que los adultos mayores pueden sufrir problemas físicos y mentales que es preciso reconocer, que en esta etapa de aislamiento es previsible se recrudezcan.

 

Los datos que maneja la OMS son elocuentes: más de un 20% de las personas que pasan de los 60 años de edad sufren algún trastorno mental o neural, dolores de cabeza y el 6,6% de la discapacidad. En este grupo etario se atribuyen trastornos mentales y del sistema nervioso. Estos trastornos representan en la población anciana para la OMS un 17,4% de los años vividos con discapacidad.

 

Foto: T E

 

La demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en ese grupo de edad, de acuerdo con la OMS.

 

Nuestro país, como se ha hecho público, desde hace semanas al empezar a develarse la dimensión de la ahora pandemia, inició un proceso de intervenciones en tres fases de identificación con prevención, de contención y de mitigación.

 

Hasta ahora, cuando  empiezan a vislumbrarse que los casos de corona virus importados en México amenazan en convertirse en una transmisión comunitaria en la fase dos, la que afecte a la población más vulnerable, como son las personas mayores de 60 años, nuestro entorno es adverso cuando no se cuenta ni se ha pensado en construir una política pública específica sobre los procesos de envejecimiento de sus habitantes, una política poblacional que incluya la sanitaria para este numeroso grupo de personas, que ya representan más del 10 por ciento de los habitantes de la república.

 

Foto: T E

 

Cada día mil 980 personas ingresan diariamente a los 60 años de edad y en 2022 esta cifra crecerá a 4 mil 160 personas, un reto formidable para el actual Gobierno de la República en materia de políticas públicas, empezando por el de la salud a juicio en este momento para conocer sus respuestas en la crisis del coronavirus 19.

 

Lo más delicado es que esta pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud toma por el cuello al gobierno mexicano por el desabasto de medicamentos en sus instituciones públicas de salud, que dan servicio a más de 70 millones de derechohabientes, sin que aún se consolide un derecho a la salud para toda la población no derechohabiente con carácter universal.

 

El gobierno de México ha optado en estas horas como una solución coyuntural el aislamiento social de su población de personas mayores, físicamente condenadas a un arraigo domiciliario mientras se prolongue esta contingencia, sin saber exactamente su término que puede ser hasta de un año y no solamente entre los días del 23 de marzo y el 19 de abril próximos.

 

Foto: T E

 

Sin embargo, es posible en la realidad que este arraigo no funcione cuando la mayoría de las personas de más de 60 años sin ingresos de una pensión contributiva, únicamente receptora,  cuando su edad sea mayor a los 68 años de la que otorga el Gobierno de la IV Transformación de la República de dos mil 600 pesos bimestrales, o bien si la que recibe contributiva no sea suficiente para atender sus necesidades básicas, se vean forzadas a prestar servicios laborales no reconocidos por la ley en los mercados informales del trabajo o como otra alternativa, recibir dádivas de consumidores en las tiendas de autoservicio.

 

Basta recordar que el 74 por ciento de las personas de más de 60 años en México, como han señalado expertos del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, no cuentan con una pensión contributiva.

 

Con esa medida de aislamientos, “sana distancia o distanciamiento social”, las autoridades mexicanas de salud del país buscan salir al paso para tratar de evitar que en las etapas más crudas y complejas de la pandemia, esta población pueda ser parte del cinco por ciento más afectado por el corona virus ante la virtual carencia de instalaciones sanitarias suficientes y específicas; y solamente como remedio emergente, permanecer en casa sin auxilio médico profesional porque no se ha dicho qué pasará con la población no derechohabiente de personas mayores si llega a contagiarse.

 

Foto: T E

 

El subsecretario de Salud, Hugo López Gatell ya ha mencionado los síntomas en general para la población de esta enfermedad como una enfermedad leve con los síntomas de una fiebre, dolor de cabeza, tos, dolor de garganta, dolor de articulaciones, dolor de músculos, dolor del cuerpo, pero no para las personas mayores que pueden ser más acentuadas y a mayor velocidad.

 

También ha señalado el doctor López Gatell que la gran mayoría de las personas que estén infectadas por coronavirus van a tener una infección leve, un 15 por ciento de personas de ellas pueden tener una enfermedad más intensa y cinco por ciento pueden tener una enfermedad que requiera hospitalización, donde podrían ubicarse las personas mayores de 60 años con las enfermedades más proclives al virus, diabetes e hipertensión, según los expertos mexicanos.

 

Ya está probado en China, Italia, España, Estados Unidos, Irán y Francia que la pandemia pesa como la mayor amenaza para la salud de las personas mayores y de llegar a ser víctimas mortales por las importaciones o de transmisión comunitaria.

 

En la conferencia del domingo, las autoridades de salud mexicana señalaron que los transmisores de la infección a las personas mayores, en un 70 por ciento son personas infectadas menores de 60 años.

 

Foto: T E

 

En nuestro país, ese grupo de población mexicana de personas mayores, a diferencia de esos países mayoritariamente vive en pobreza y pobreza extrema, en condiciones deplorables de vida sin los mínimos de bienestar adecuadas, lo cual aumenta su vulnerabilidad.

 

El propio López Gatell señaló esa profunda desigualdad social en el país, una desigualdad que pesará en si funciona o no esa “sana distancia o distanciamiento social” para las vidas de las personas mayores mexicanas, dado que son las que tienen “mayor posibilidad y riesgo de complicarse por la enfermedad” del coronavirus 19 como lo ha señalado López Gatell.

 

Las instrucciones o recomendaciones que se deben seguir entre el 23 de marzo y el 19 de abril en la llamada “Jornada Nacional de Sana Distancia” con las personas mayores son las siguientes de acuerdo con el subsecretario de la Secretaría de Salud:

 

Protocolo López Gatell para el cuidado de las personas mayores

 

  • Que las personas adultas mayores no salgan de sus hogares más que para lo indispensable.
  • Mantenerlas a un metro y medio de otras personas para evitar contagios.
  • Dado que las madres y padres pueden ser transmisores del virus y a su vez transmitirlos a sus hijas o hijas, abstenerse de dejar a los infantes al cuidado de su abuela o el abuelo.
  • Aplicar la etiqueta respiratoria, lavarse las manos muy frecuentemente, 10 a 20 veces por día con agua y jabón, incluidas las muñecas; usar el alcohol gel en caso de carecer de servicio de agua.
  • Desinfectar las superficies en sus hogares con los desinfectantes convencionales, cloro doméstico.
  • Si una persona adulta mayor tiene síntomas no deben automedicarse, no usar antibióticos, tienen que acudir y recibir una recomendación médica apropiada.
  • Las personas adultas mayores tienen que evitar tocarse la cara, porque es el medio de contagio.
  • Los visitantes, familiares, amistades, vecinas o vecinos, no deben darles la mano, no abrazarlas; pueden expresarles cariño con palabras amables, con asistencia, pero no físicamente.
  • Si la persona adulta mayor necesita ir a una consulta médica y puede salir hay que ayudarle, hay que acompañarla, pero no debe salir a sus actividades básicas para que la persona no esté expuesta a posibles contagios.
  • Familiares, amistades y vecinos de personas adultas mayores de más de 60 años pueden apoyarlas en las compras de alimentos, medicamentos, pago de servicios.
  • Las personas que rodean o que están en contacto con las personas adultas mayores pueden identificar si algún familiar de esta edad presenta algunos de los síntomas de la epidemia.
  • Mantenerlas en contacto telefónico, que estén cercanos, qué se sepa cómo están.
  • Si una persona adulta mayor presenta síntomas no hay que descuidarla, “hay que hablarle frecuentemente para saber cómo está, qué necesita, cómo se le puede apoyar”.
  • Planear cómo se les puede apoyar en la realización de actividades de la vida diaria cuando la persona adulta mayor está enferma.
  • Si se visitan a las personas adultas mayores, los familiares, amistades o vecinos tienen que estar seguras de que no hayan tenido los síntomas en los últimos 14 días para no contagiarlas.
  • Si se llega a visitar a la persona adulta mayor hay que tratarla con profundo cariño y respeto, pero por el momento no acercarse más allá de la sana distancia de metro y medio.

 

 

Please follow and like us: