La Tercera Edad: oportunidad de crecimiento, aprendizaje y desarrollo para toda la sociedad
La Tercera Edad: oportunidad de crecimiento, aprendizaje y desarrollo para toda la sociedad
Surge la “cuarta edad”
Jaime CAMACHO LÓPEZ
Como resultado del alargamiento de la esperanza de vida al nacer, un considerable número de personas sobrepasan los 60 años; en la actualidad, con la ayuda de los avances de la ciencia médica, la esperanza de vida al nacer se ha incrementado considerablemente: en 1900 era de 37 años; en 1950 de 50 años; en 1960 de 58 años; en 1995 de 69 años, y se espera que en al año 2020 sea de entre 75 y 78 años.
En México existe un rápido crecimiento de la población en la edad adulta. Hay un crecimiento promedio anual de 180,000 adultos mayores y se prevé un incremento de 27 millones de este año hasta el 2050. El 80 por ciento de dicho aumento comenzará a partir del año 2020. Actualmente hay 4.86 habitantes en nuestro país mayores de 60 años, en el año 1970 el porcentaje de adultos mayores correspondía al cuatro por ciento; para el año 2005, a dos meses de distancia, el porcentaje aumentará el 10 por ciento, con alrededor de 12.5 millones de adultos mayores, y para el año 2050 uno de cada cuatro habitantes será considerado adulto mayor.
Según la Organización Mundial de la Salud las personas de 60 a 74 años son consideradas de edad avanzada; de 75 a 90 años viejas o ancianas y las que sobrepasan los 90 años se les denomina grandes viejos o grandes longevos. A todo individuo mayor de 60 años se le llama indistintamente persona de la tercera edad, en los países en vías de desarrollo. En los países desarrollados toda persona mayor de 65 años se denomina adulto mayor o de la tercera edad.
La Organización Mundial de la Salud sitúa la edad de 60 años para delimitar la vejez, sin embargo se torna en extremo difícil decir a qué se le llama “viejo”, ya que no hay una relación entre la edad cronológica y la edad biológica. Este vocablo duro, descortés y peyorativo, encuentra su equivalencia en el de anciano, senecto, senil, geronte y más recientemente el de adulto mayor o de la tercera edad un término más adecuado y mejor tolerado y no despectivo.
Los cambios que se han operado en la pirámide poblacional en las últimas décadas han hecho que aparezca el término “cuarta edad” para hacer referencia a las personas que sobrepasan los 80 años. Nunca antes el mundo había tenido tantos ancianos, pero vivir más no significa que se viva mejor, en un mundo unipolar, donde el hambre, la falta de asistencia médica, las guerras, los desastres naturales, las desigualdades sociales y el enriquecimiento de una minoría forman parte de los hechos cotidianos.
Los adultos mayores constituyen uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, víctimas de penurias, maltratos, discriminaciones, incomprensiones, abandono y marginación, al unirse la vulnerabilidad de esta población con su creciente número se percibe la necesidad de realizar cambios en la sociedad que aseguren mayor calidad de vida a todos, porque incluso los jóvenes de hoy serán personas de la tercera edad en los años por venir.
Para la Organización Mundial de la Salud una persona es considerada sana si los aspectos orgánicos, sicológicos y sociales se encuentran integrados. De esta forma las personas con un organismo en buenas condiciones logran llevar una vida plena, sicológicamente equilibrada y manteniendo relaciones socialmente aceptables con otros y básicamente consigo mismo.
El envejecer es comúnmente expresado fisiológicamente como un progresivo declive en las funciones orgánicas y sicológicas, como una pérdida de las capacidades sensoriales y cognitivas. Estas pérdidas son diferentes para cada individuo. Por lo que evidentemente las personas de la tercera edad requieren de mayor atención médica que personas de corta edad porque son más vulnerables a las enfermedades.
Las personas de la tercera edad tienen la misma oportunidad de crecimiento, desarrollo, aprendizaje y el tener nuevas experiencias como cualquier otra en diferentes etapas de la vida. Los intrincados mecanismos que rigen el complejo fenómeno del envejecimiento humano permanecen aún sin ser totalmente aclarados. Hoy se le considera como un proceso multicausal, donde intervienen tanto factores genéticos como ambientales. Aunque existen características comunes que asemejan a los ancianos, el envejecimiento es un proceso individual, único, irrepetible y propio de cada persona, tanto en lo biológico como en lo social.