La Unidad de Cirugía Fetal de la UNAM salva a más de 300 bebés antes de su nacimiento
La Unidad de Cirugía Fetal de la UNAM salva a más de 300 bebés antes de su nacimiento
- Desde hace tres años y medio han realizado intervenciones exitosas, que han cambiado la vida de los infantes y sus familias
- Es la única en el país y en el mundo
- Brinda atención gratuita a pacientes de cualquier estatus socioeconómico
David es el primer bebé en el continente con una intervención de broncoscopía fetal. Ante las pocas esperanzas de vida que tenía por un tumor pulmonar, Denisse, su madre, recurrió a Rogelio Cruz Martínez, cirujano fetal del Instituto de Neurobiología, quien identificó que una obstrucción en uno de los bronquios del pequeño mantenía su pulmón súper crecido. Con una intervención la Unidad de Cirugía Fetal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se liberó ese órgano, sin necesidad de amputar y le salvó la vida antes de nacer.
Este caso es uno de los más de 300 que ha sido atendido en la Unidad de Cirugía Fetal de la UNAM, única en el país y en el mundo, ubicada en el Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro, que está destinada a prevenir, detectar y corregir enfermedades letales en los bebés antes de nacer.
Especialistas del Instituto de Neurobiología (INb) de esa casa de estudios, dirigidos por Rogelio Cruz Martínez, constituyen el primer grupo de expertos en México en intervenir fetos con padecimientos incompatibles con la vida, como los embarazos monocoriales (gemelos que comparten una misma placenta), complicados con síndrome de transfusión feto-fetal o restricción de crecimiento selectivo.
También atiende afecciones pulmonares (secuestro broncopulmonar, malformación adenomatoidea quística, hidrotórax y hernia diafragmática) y urinarias (megavejiga), así como tumores fetales (teratoma sacrococcígeo, linfangiomas cervical) y cardiopatías fetales (estenosis aórtica fetal).
Además de perfeccionar técnicas como la ablación láser de tumores pulmonares fetales, han diseñado dos nuevas intervenciones, una en el continente americano y otra en el mundo: broncoscopía fetal (obstrucción de la tráquea-bronquio) e intubación traqueal endoscópica (tumores en el cuello), respectivamente.
Desde hace tres años y medio, el equipo multidisciplinario de la Unidad, integrado por Rogelio Cruz Martínez, además de médicos materno-fetales, un cardiólogo fetal, perinatólogos, un genetista perinatal, obstetras, ginecólogos, neonatólogos y cirujanos pediatras, ha realizado más de 300 intervenciones exitosas, de mínima invasión y con anestesia local a la madre.
“En algunas nos guiamos por ultrasonidos de alta resolución y en otras usamos pequeñas cámaras endoscópicas (de uno a dos milímetros) para asistir cualquier órgano del feto. La madre tiene una recuperación máxima de 24 horas”, explicó Cruz Martínez.
En promedio, en ese espacio operan 100 casos por año y la tasa de sobrevivencia es del 80 por ciento (de todas las enfermedades juntas).
Un grupo de especialistas de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del INb (neuropediatras, neuropsicólogos, neurofisiólogos, radiólogos, terapeutas del lenguaje y aprendizaje, además de rehabilitadores, entre otros) se encarga de dar seguimiento posoperatorio a fin de detectar factores de riesgo y ofrecer terapia para evitar secuelas neurológicas infantiles.
“Todas estas malformaciones y enfermedades fetales presentan un riesgo de daño cerebral, pero gracias a la cirugía fetal hemos reducido el peligro a menos del tres por ciento y los sobrevivientes disfrutan una calidad de vida normal”, afirmó el experto universitario en una entrevista difundida por la UNAM.
Para ser cirujano fetal, dijo Cruz Martínez, es necesario tener preparación en ginecología y obstetricia, un doctorado en medicina fetal y haber realizado un entrenamiento específico en cirugía fetal para completar una curva de aprendizaje.
En México no existen escuelas enfocadas a esta subespecialidad. Cruz Martínez encontró en la Universidad de Barcelona la oportunidad de formarse, conseguir un título y obtener experiencia para luego aplicarla en el país.
Explicó que la UNAM adquirió dos equipos de ultrasonido de máxima resolución (Voluson E8) y destacó que gracias a las aportaciones de diversas fundaciones (principalmente Kristen de Querétaro) y al trabajo conjunto de médicos e investigadores, es posible atender de manera gratuita a pacientes de cualquier estatus socioeconómico, referidos de cualquier institución pública (IMSS, ISSSTE, PEMEX, SSA), incluso de otros países.
“En el futuro esperamos no operar a un bebé, sino prevenir las enfermedades desde la vida fetal”, subrayó.
Los gemelos monocordiales (cordón umbilical conectado a una misma placenta) son de los casos más frecuentes, dijo y mencionó el caso de dos gemelas que presentaba una restricción de crecimiento selectivo, por lo que su peso estaba por debajo de lo esperado: 400 gramos a las 25 semanas. Por medio del láser placentario, dijo este experto de la UNAM, se logró separar las placentas y ahora las pequeñas gozan de perfecta salud.