La velocidad de envejecimiento puede ser muy distinta en cada persona, revela nuevo estudio
La velocidad de envejecimiento puede ser muy distinta en cada persona, revela nuevo estudio
- Los resultados de un estudio nuevo, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences que fue realizado en la Escuela Universitaria de Medicina de Duke, sugieren grandes diferencias en la velocidad a la que se envejece
- La Gerontología debería ocuparse también de los jóvenes para diferenciar ‘los cambios biológicos que rigen el envejecimiento normal de los cambios que corresponden a enfermedades concretas, pues se encontraron notables diferencias entre personas de la misma edad cronológica ’
Hay personas para las que en apariencia no pasa el tiempo mientras que otras sufren sus efectos con mayor intensidad; según un estudio publicado recientemente en el que participaron cerca de mil personas de treinta y ocho años, la velocidad de envejecimiento varía enormemente de un individuo a otro, proceso que puede observarse antes incluso, de alcanzar la mediana edad.
En el estudio, dirigido por investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Duke en Carolina del Norte (Estados Unidos), se descubrió que hay jóvenes con la misma edad cronológica que muestran distinto «envejecimiento biológico», esto es, el declive en la integridad de distintos sistemas de órganos.
Antes de llegar a la mediana edad, aquellos que envejecían con mayor rapidez estaban menos en forma, presentaban declive cognitivo y envejecimiento encefálico, se sentían peor de salud y aparentaban más edad.
El equipo creó y validó dos métodos para medir el envejecimiento en adultos, uno transversal y otro longitudinal. El segundo medía el deterioro físico en varios sistemas de órganos como el pulmonar, el periodontal, el cardiovascular, el renal, el hepático y la función inmunológica. Estos métodos los utilizaron para evaluar la edad biológica de los pacientes que aún no habían desarrollado afecciones derivadas de una edad avanzada.
Los resultados apuntan a que los doce últimos años no parecían haber hecho mella en la biología del organismo de algunos de los participantes. Pero otros no habían tenido tanta suerte: «Buena parte de los participantes tenían edades biológicas cercanas a la cincuentena, y uno, descrito como un “caso extremo”, presentaba una edad biológica de sesenta y un años. Esto implica que por cada uno de los últimos doce años cumplidos su cuerpo había envejecido tres años.
Los resultados del estudio despejan el escepticismo relacionado con la capacidad para detectar los procesos del envejecimiento en adultos jóvenes que no presentan enfermedades crónicas.
Estos resultados son muy importantes porque si el proceso de envejecimiento puede medirse en personas en la treintena, se podrían crear terapias antienvejecimiento dedicadas a los más jóvenes en lugar de a los más mayores.
Los autores afirman que la ciencia dedicada a la «ampliación de la vida con salud» podría estar mal enfocada: «En lugar de estudiar únicamente a personas mayores, la gerontología debería ocuparse también de los jóvenes». Uno de los autores, Daniel Belsky de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, puntualizó que el estudio del envejecimiento en jóvenes ofrece a la ciencia una oportunidad sin par de diferenciar «los cambios biológicos que rigen el envejecimiento ‘normal’ de los cambios que corresponden a enfermedades concretas».
Los investigadores se proponen estudiar ahora, los distintos factores de la vida de los individuos que influyen en este proceso —el estilo de vida, los antecedentes familiares, etc.— para averiguar la razón de estas diferencias drásticas en los procesos de envejecimiento biológico y cronológico.