Les destruyeron “la mitad del corazón”
Les destruyeron “la mitad del corazón”
- El 21 de diciembre de 2017 grupos de golpeadores y policías desalojaron con excesivo uso de la fuerza a personas mayores de Culhuacán, un pueblo indígena de la Ciudad de México
- Violaron su derecho a la consulta sobre el destino de un predio que estaba destinado a un panteón vecinal
Por JL Camacho López.
El 21 de diciembre de 2017, cuando ya eran las 10.30 de la noche, un grupo de golpeadores, varios de ellos ebrios, apoyados por unos 120 policías, llegaron hasta donde personas mayores del pueblo de Culhuacán habían levantado un Teocalli. Su misión era destruirlo. El Teocalli se encontraba en el predio destinado a un panteón vecinal que la comunidad indígena de esa zona de la capital mexicana había determinado crear.
Los golpeadores atacaron a las personas mayores que lo habían construido, un monumento semejante al que sus antepasados levantaron hace más de cinco siglos.
En 2016 las autoridades de la Delegación Iztapalapa, ahora alcaldía, realizaron el cambio de Panteón Vecinal a Panteón Delegacional, sin consultar a los Pueblos Originarios de Culhuacán.
La Delegación de Iztapalapa, de la mayor concentración humana de la capital, ha sido gobernada por el Partido de la Revolución Democrática, un partido de izquierda que fue derrotado en las elecciones del pasado 2 de julio por otro partido de izquierda, el Movimiento de Regeneración Nacional que gobernará la Ciudad de México y el país en diciembre próximo.
Su autoridad “hizo caso omiso de las solicitudes que personas que pertenecen al Pueblo de Culhuacán realizaron para que se respetara su derecho a la consulta sobre el destino de un predio y el tipo de panteón que se debía implementar”, dijo la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández.
El Teocalli lo construyeron albañiles, ya retirados por la edad y las mujeres, también personas mayores, quienes les acarreaban el material, la mezcla del cemento y las piedras de tezontle rosa para construir este monumento. Abrigaban la idea de que cuando saliera el sol sobre la cascada del Teocalli, apareciera un arco iris.
“Destruyeron parte de nuestro corazón”, lamentó Josefina Martínez Fierro, de 65 años, una de las mujeres que acarreaba la mezcla para que se levantara el Teocalli en el panteón vecinal para quienes, miembros de esa comunidad indígena, al fallecer, en un acto de reciprocidad con la tierra, le darían de comer sembrándole sus propios cuerpos difuntos.
Abogados de la Cuarta Visitaduría de la Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México documentó el ataque de que fueron víctimas ese grupo de personas mayores de Culhuacán, lugar de los que adoraban en la era prehispánica a Coltzin, el dios patrón de la tribu de los colhuas. Culhuacán es uno de los 139 pueblos originarios y 58 barrios de la capital mexicana que tienen sus rastros de vida desde el México prehispánico.
Ante un representante de la Oficina de las Naciones Unidas, Nashieli Ramírez Hernández mencionó los nombres de Alejandra Almaraz Flores, Edith Guillermina Santelis Rosales, Teresa Salcedo Ramírez, Aarón Rómulo Salcedo Romero, Ángel Ildeberto Flores Molina, Alejandro David Romero de la Rosa, José Abel Flores de la Rosa, Manuel Fuentes Morales, a Noé Ortiz Cervantes, quienes además de ser víctimas como personas integrantes del Pueblo de Culhuacán, fueron víctimas del uso desproporcionado de la fuerza en el desalojo realizado el pasado 21 de diciembre, del predio destinado a la construcción de un panteón donde construyeron el Teocalli.
En una entrevista, la defensora de los derechos humanos de la población de la Ciudad de México dijo que este caso era el primer reporte que recibió de violaciones a derechos humanos de personas mayores de un pueblo indígena, de un uso de fuerza excesiva por parte de autoridades de una delegación, ejecutada por unos 200 elementos de seguridad pública para destruir el Teocalli y acabar con su pretensión de crear un panteón vecinal.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México tiene documentados de este ataque, 14 casos de personas mayores agredidas durante ese desalojo, que fueron atendidas en hospitales por diversas lesiones. En una manifestación de protesta de los habitantes de Culhuacán, la Comisión documentó la detención arbitraria de uno de los habitantes de Culhuacán realizada por agentes de la policía.
Culhuacán es uno de esos pueblos originarios que han sobrevivido a la avalancha de la vertiginosa urbanización de la capital mexicana. Se localiza al pie de la ladera occidental del cerro de la Estrella. En la era prehispánica, antes de que desaparecieran los grandes lagos del valle de México, Era un pueblo de la ribera del lago de Xochimilco.
Para contextualizar, citó Ramírez Hernández, el Pueblo de Culhuacán está ubicado entre las Delegaciones Iztapalapa y Coyoacán, y se encuentra dividido en 11 Barrios según la división tradicional de los Pueblos Originarios que se asentaron en el Valle de México.
Como muchos de los Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México, el Pueblo de Culhuacán debe su identidad a la conciencia histórica y la reivindicación de su patrimonio, añadió Ramírez Hernández durante un evento efectuado en el salón Digna Ochoa de la Comisión de Derechos Humanos a la que asistieron además de la comunidad de ese pueblo, representantes de otros pueblos indígenas de la capital mexicana.
Esta Comisión documentó y determinó en su Recomendación 10/2018, la violación de derechos humanos, en unos casos de forma individual y, en otros, de forma colectiva, de la siguiente forma: violación a los Derechos de los Pueblos y Barrios Originarios a todas las personas pertenecientes a los Pueblos y Barrios de Culhuacán; violación al Derecho a la Seguridad Jurídica y principio de Legalidad, y a la integridad personal en contra de 14 víctimas en el desalojo ocurrido el 21 de diciembre de 2017; y violación del Derecho a la Libertad Personal, en relación con el derecho a la libertad de expresión y de reunión de una persona víctima, que fue detenida arbitrariamente el 13 de junio de 2018.
Para los pueblos originarios e indígenas, dice esta Recomendación, el derecho a la consulta es un elemento trascendental en la vida comunitaria, no solo derivado de la afectación que las probables acciones externas sobre sus territorios o comunidades puedan tener, sino porque dentro de sus formas de organización, la participación en la toma de decisiones es un elemento fundamental.
En este sentido, dijo Ramírez Hernández, el derecho a la consulta es un elemento que protege y preserva, en sí mismo, la identidad de estos grupos, ya que reconoce la importancia de las decisiones de los actores como personas, y la legitimidad de las instituciones sociales donde se toman éstas.
La presidenta de esta Comisión lamentó que a casi 30 años de la entrada en vigor del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales, en México se está lejos de ser implementado el Derecho a la Consulta a los Pueblos Indígenas.
El Cuarto Visitador General, Juan Carlos Arjona Estévez, determinó que la Delegación de Iztapalapa y Secretaría de Seguridad Pública violentaron diversos derechos humanos, por lo que se elaboraron, entre otros, los siguientes puntos recomendatorios:
Generar y ejecutar un plan integral individual de reparación, el cual contemple los conceptos de daño material, daño inmaterial, proyecto de vida y las medidas de rehabilitación, restitución y satisfacción que correspondan de conformidad con lo dispuesto por la Ley de Víctimas de la Ciudad de México.
Llevar a cabo un acto público de reconocimiento de responsabilidad, dirigido a las personas pertenecientes a los Pueblos y Barrios Originarios de Culhuacán.
Publicar la disculpa pública en la página de Internet de la autoridad delegacional, así como en el periódico delegacional, denominado “Con el Poder de la Gente”.
Llevar a cabo una consulta previa, bajo el mandato de buena fe, culturalmente adecuada e informada, dirigida a las personas pertenecientes a los Pueblos y Barrios Originarios de Culhuacán, para determinar la figura jurídica-administrativa que regirá al espacio físico, motivo de la presente Recomendación.
En el momento que daba lectura a estos puntos, personal de esa Comisión de Derechos Humanos, hizo entrega en las oficinas de la Delegación Iztapalapa y de la Secretaría de Seguridad Pública, la presente Recomendación.