Logran en Japón disminuir la contaminación y mantener altos niveles de producción industrial y alimentaria
Logran en Japón disminuir la contaminación y mantener altos niveles de producción industrial y alimentaria
- Para elevar la calidad de vida de sus millones de habitantes modificaron leyes en materia ambiental
- Todas las industrias fueron obligadas a instalar plantas de tratamiento de aguas y equipos para eliminar y controlar sus vertidos
Es ya un lugar común que Japón es un país excepcional que ha sabido enfrentar muchos desafíos de la naturaleza y las circunstancias históricas. Ejemplo de ello fue la derrota que sufrió al término de la Segunda Guerra Mundial y su posterior crecimiento medio del 9% anual; basado en la industria química y metalúrgica pesada y además en la producción de enseres domésticos y alta tecnología. Los principales determinantes de la salud de la población es la calidad del medio ambiente donde se asientan las poblaciones y los estilos de vida.
Sin embargo el impacto medioambiental de este gran crecimiento económico y tecnológico tuvo efectos ecológicos peligroso e indeseables, entre ellos la contaminación del mar que propició una grave escasez alimentaria, al mismo tiempo la contaminación atmosférica desencadenó un gran incremento en enfermedades respiratorias y cáncer entre la población.
El cambio en los hábitos de consumo aumentó los residuos peligrosos y no peligrosos, que ocasionaron epidemias hasta entonces desconocidas en todo el mundo, como la de crisis epilépticas debidas al consumo de pescado contaminados por el vertido industrial no controlado de sustancias como mercurio y metales pesados.
Pero al demostrarse la relación directa entre estos vertidos y sus consecuencias en la salud de la población las autoridades tomaron medidas. Se modificaron leyes para disminuir los niveles de contaminación permitidos, de forma que no produjeran daños a la población, y se obligó a las empresas a informar a la población sobre sus procesos de producción, incluyéndose las sustancias vertidas y los vertederos.
Con estas nuevas leyes, las plantas industriales se vieron obligadas a instalar plantas de tratamiento de aguas y equipos para eliminar y controlar sus vertidos. Si la vigilancia de los vertidos identificaba que estos se producían con concentraciones mayores que las permitidas se imponían graves sanciones a las empresas.
Actualmente gracias a estas medidas, entre otras de mucha mayor complejidad que fueron aplicadas en forma conjunta y simultánea Japón está logrando lo impensable: preservar e incluso mejorar la salud de sus habitantes disminuyendo la contaminación ambiental al tiempo de mantener su productividad industrial, agrícola y alimentaria en los niveles necesarios para los millones de japoneses que así lo requieren.