Organiza el INGER el Primer Simposio Internacional sobre Gerociencia
Organiza el INGER el Primer Simposio Internacional sobre Gerociencia
Por Amapola Nava
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Llegar a una vejez exitosa, sin enfermedad y sin discapacidad, tiene una gran valía tanto personal como social. Por ello, con el objetivo de acercar la ciencia básica y la práctica clínica enfocada en mejorar la calidad de vida de los pacientes de la tercera edad, el 24 y 25 de octubre se llevó a cabo el primer Simposio Internacional de Gerociencia, en la Academia Nacional de Medicina de México.
Este evento, organizado por el Instituto Nacional de Geriatría (Inger), es el primero en el país que utilizará un enfoque multidisciplinario para abordar el tema del envejecimiento y sus problemas asociados.
En el simposio, presentaron sus trabajos expertos extranjeros y nacionales consolidados en diferentes líneas de investigación que centraron sus ponencias en cuatro bloques: Neurodegeneración y envejecimiento; Infecciones, microbioma y ritmos biológicos; Senescencia celular, proteostasis y adaptación al estrés; y Utilidad de la Gerociencia en la investigación clínica geriátrica.
La línea principal del simposio buscará presentar el envejecimiento tanto desde el punto de vista de la investigación científica como del de la práctica médica. Pues los principios biológicos estudiados por la ciencia básica sirven como base para el diseño de nuevos fármacos o nuevas terapias no farmacológicas para el cuidado de las personas de la tercera edad, pero son los especialistas y el personal de la salud quienes llevan estas terapias a la práctica, comenta la doctora Isabel Arrieta Cruz, investigadora en Ciencias Médicas “D” en el Departamento de Investigación Básica del Instituto Nacional de Geriatría, Inger, que dirige su fundador y director general, el Doctor Luis Miguel Gutiérrez Robledo.
Se destacó en este evento la asistencia de investigadores del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo, de Chile, que es el primer centro a nivel Latinoamérica especializado en este enfoque multidisciplinario, los anfitriones manifestaron en este sentido, estar muy interesados en conocer cómo han sido sus experiencias, pues conjuntar la ciencia básica, en un laboratorio, con la clínica, en un hospital, es algo que no siempre es fácil”.
La Gerociencia, un nuevo enfoque del proceso de envejecimiento
Gerociencia pareciera un término nuevo, comentó la Doctora Isabel Arrieta Cruz del Departamento de Investigación Básica de la Subdirección de Investigación Biomédica del INGER, pero en el ámbito científico comenzó a utilizarse desde el 2003 para referirse al enfoque multidisciplinario que tiene por objeto entender el envejecimiento.
Este enfoque implica el entendimiento de los procesos biológicos que impactan la función óptima de las células y la determinación de si estos procesos están involucrados en el desarrollo y la progresión de las enfermedades crónico degenerativas asociadas al envejecimiento. Pero su objetivo no se queda simplemente en desarrollar los conocimientos del biólogo o el químico, lo que pretende es alentarlo a adentrarse a otros ámbitos, a la aplicación clínica de los conocimientos generados en el laboratorio.
“Por un lado, están los investigadores del área básica que estudian células y modelos animales en el laboratorio, que intentan explicar qué es lo que pasa a nivel fisiológico y molecular; pero por otro lado, están los médicos, en este caso los geriatras, que tratan de dar una mejor calidad de vida al adulto mayor. La gerociencia intenta conjuntar ambas visiones para poder trabajar en un bien común el estudio del envejecimiento y su impacto en el adulto mayor”.
¿Por qué estudiar los procesos de envejecimiento?
Los padecimientos como hipertensión, obesidad, diabetes, demencias, cáncer —que es una de las patologías que más se observa—, el conjunto de condiciones denominado síndrome de fragilidad y el resurgimiento de enfermedades infecciosas en los adultos mayores disminuyen la posibilidad de que la vida de los individuos se extienda y de que sus últimos años de vida estén libres de discapacidades.
Conocer las causas y tratamientos a estos padecimientos, al igual que los factores determinantes para vivir más y con una mejor calidad de vida, son de interés tanto individual como social.
Desde el punto de vista individual, conocer el proceso de envejecimiento permite a las personas decidir qué tipo de vejez quieren afrontar y prepararse para ella.
“Por ejemplo, si sabemos que el tabaquismo, la presión arterial alta, los niveles de glucosa y colesterol elevados son factores de riesgo para desarrollar estas patologías que aceleran el proceso de envejecimiento, entonces nosotros podemos estar preparados para tratar de revertir este tipo de patologías y llegar a una etapa adulta sin discapacidad”, explica la científica Isabel Arrieta.
En el ámbito familiar, laboral y social, el envejecimiento tiene un fuerte impacto económico, por ejemplo, por el costo de los programas sanitarios y por la cantidad de recursos que deben invertirse para paliar las discapacidades ocasionadas por las enfermedades crónico degenerativas asociadas a la vejez.
Pero el gasto en los servicios de salud no es la única razón que motiva a buscar una vejez sana. En México, el adulto mayor es un recurso económico muy importante, no solo referente a su reservorio de experiencias y conocimientos, muchos adultos mayores siguen siendo la cabeza y el sostén económico de las agrupaciones familiares, enfatiza la investigadora. Muchos siguen siendo intelectual y físicamente muy productivos. Algunos se jubilan muy tempranamente y buscan otro trabajo.
“Por otra parte, socialmente, el adulto mayor contribuye a cuidar a sus nietos, lo que permite a los hijos seguir trabajando y siendo productivos. Con eso, la familia se ahorra cierta cantidad de dinero. Este es un ejemplo muy básico, pero ilustra perfectamente su importancia”, comenta Isabel Arrieta.
Demografía y vejez
Según la Encuesta Intercensal 2015, en México, 65.4 por ciento de la población se encuentra entre los 15 y los 64 años de edad. Esta población entrará inevitablemente en un proceso de transición hacia la vejez por lo que será necesario brindarles las atenciones de salud e infraestructura necesarias.
“Nuestro director general del Instituto Nacional de Geriatría siempre da el ejemplo de que ahora ya hay más adultos mayores que niños menores de cinco años, eso es una realidad. Sabemos también que una gran cantidad de adultos mayores y de los que eventualmente se sumarán, actualmente están sanos y es cerca de un 30 o 40 por ciento de esta población la que tiene problemas de salud importantes”, recuerda la investigadora.
Esta es la razón de la importancia de encontrar mecanismos para mantener sanas, en las etapas más tardías de la vida, a las personas que en este momento se encuentran sin problemas de salud. Esto aunado a buscar revertir los padecimientos de las personas que ya se encuentran enfermas o, en su caso, evitar que transiten hacia la discapacidad.
La gerociencia en México
En el Instituto Nacional de Geriatría se ha estado dando una gran relevancia al estudio de la gerociencia. Su interés es conjuntar los conocimientos de una variedad de áreas trabajadas por diversos investigadores.
“Aunque México tiene muchos investigadores que se encargan de estudiar el cáncer, los procesos de inflamación, el estrés oxidante, y muchas más líneas de interés para la gerociencia, no todos están enunciando sus investigaciones en función del envejecimiento. A pesar de ello, sus descubrimientos son muy útiles para entender el proceso”.
Esta es la razón por la que el Inger busca involucrar a estos especialistas para que parte de sus líneas de investigación estén enfocadas en envejecimiento y aporten aún más información que permita producir nuevos blancos terapéuticos y se genere una mayor cantidad de herramientas para manejar a esta población que tiene una gran variedad de enfermedades crónico degenerativas, detalla Isabel Arrieta.
“Por eso invitamos al simposio a todas las personas que trabajan en algún área de las ciencias de la salud, estudiantes de pregrado, de posgrado, y pudieran médicos especialistas, no solo geriatras sino psiquiatras, neurólogos, médicos internistas, oncólogos, nefrólogos y profesionales de toda la gama de las especialidades médicas”.
Generar una red de comunicación entre el especialista clínico y los investigadores básicos permitirá entender las necesidades del especialista que está viendo al paciente día a día, para que el investigador pueda enfocarse en esas prioridades que se necesitan atender con el paciente, concluyó la investigadora.