Revolución completa en la dermatología asegura diagnósticos y tratamientos más eficaces
Revolución completa en la dermatología asegura diagnósticos y tratamientos más eficaces
La protección contra el sol es clave de la prevención dermatológica
El médico tiene un papel fundamental en la prevención, algo hoy en día mermado por la presión asistencial. La inclusión en las historias clínicas de los pacientes de datos como cuántas veces se han quemado en su vida o qué índice de protección utiliza, nos ayudaría a identificar aquellos pacientes con un mayor riesgo de cáncer de piel y educar en unos hábitos solares saludables.
La dermatología ha sufrido en las últimas décadas una transformación radical. Durante muchos años ha sido la hermana pobre de la medicina, debido a que es una especialidad en la que hay muchísimas patologías diferentes y sin embargo había mucho desconocimiento sobre ellas, sobre por qué se producen o cuáles eran sus tratamientos.
Hablamos sobre esta transformación con Josep Herrero, dermatólogo y medical marketing manager de ISDIN, quien nos aclara que “sigue habiendo enfermedades que no sabemos de dónde vienen, y para las que tampoco tenemos el tratamiento ideal, pero ha habido una revolución completa en cuanto a conocer causas, mecanismos de enfermedad, técnicas diagnósticas y tratamientos, etc. Un ejemplo tan sencillo como la dermatoscopia. Hace poco más de 20 años cuando ibas a un dermatólogo, si te quería mirar los nevus, te miraba con el ojo, como mucho con una lupa. Era muy rudimentario, y el problema que había era que para que un melanoma fuera evidente a simple vista ya tenía que ser un melanoma con cierta entidad, y normalmente ya estaba muy evolucionado y por tanto, era difícilmente curable”.
Ahora existe la dermatoscopia, que no es más que un sistema óptico relativamente sencillo, que permite ver la estructura de la peca, que puede ser un nevus, un carcinoma u otro tipo de lesión. Todo dermatólogo que se precie hoy en día utiliza esta técnica, y permite diagnosticar mucho antes lesiones que son malignas. “En cuanto a tratamientos, también se ha avanzado muchísimo” explica el doctor Herrero, “antes por ejemplo para la psoriasis lo único que teníamos eran inmunosupresores o retinoides, y en los últimos años han aparecido medicamentos biológicos, los agentes contra el TNF alfa o contra otras moléculas que están implicadas en los mecanismos de la enfermedad, lo que ha sido una completa revolución. Igual que ha pasado con la artritis reumatoide”.