Rosario Castellanos, pionera de los derechos de las mujeres
Rosario Castellanos, pionera de los derechos de las mujeres
- Criticaba y rompía con los estereotipos femeninos impuestos por la sociedad, ello provocó que se volviera un personaje en ocasiones polémico
- Las mujeres, junto con la temática indígena y la pobreza ocuparon parte importante de su pensamiento en un contexto histórico y social en el que se trataba de sectores marginados
- En su obra El eterno femenino se “despoja de sentido al matrimonio, a la virginidad, al noviazgo y a toda la parafernalia de las canciones cursis, las telenovelas y el melodrama mexicano”.
Rosario Castellanos falleció en Tel Aviv el 7 de agosto de 1974 a la edad de 49 años; fue sepultada en la Rotonda de las Personas Ilustres de la capital Mexicana. Nació el 25 de mayo de 1925 en la Ciudad de México. Es considerada una de las pocas escritoras mexicanas del siglo XX que incursionó en los más importantes géneros literarios, desde poesía, narrativa (en el cuento y la novela), ensayo, textos periodísticos y dramaturgia.
La escritora y diplomática tuvo la convicción de que particularmente en la cultura mexicana el sector femenino estaba en un plano inferior en el ámbito familiar y social. Este hecho quedó de manifiesto desde su tesis de maestría en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) titulada “Sobre cultura femenina”.
De acuerdo con Lucía Fox-Lockert, estudiosa de la obra de Rosario Castellanos, en la Universidad de Michigan East Lansing, toda la vida de la autora representa un continuo esfuerzo de liberación y su obra creativa es el testimonio de su afirmación feminista.
En el estudio crítico El eterno femenino en la obra de Rosario Castellanos, la investigadora distingue tres momentos en su producción: en la primera la escritora delinea las actitudes típicas de las mujeres; en la segunda, sus reacciones y, en la tercera, la mujer auténtica en relación con la imagen que la sociedad le ha asignado.
Ejemplo de estas etapas son sus novelas Balún- Canán y Oficio de tinieblas, donde las mujeres aparecen subordinadas a la trama y los volúmenes de cuentos Los convidados de agosto y Álbum de familia, en donde las protagonistas rompen con cada uno de los tabúes sociales.
En 1973 publicó Mujer que sabe latín, una colección de ensayos acerca de las dificultades de las mujeres para acceder al mundo de los conocimientos.
En el teatro sobresale su defensa de los derechos de las mujeres con las obras Tablero de damas (1952) y El eterno femenino (publicada póstumamente en 1975).
Y es que su estilo subversivo e irreverente, que criticaba y rompía con los estereotipos femeninos impuestos por la sociedad, provocó que se volviera un personaje en ocasiones polémico, pues las mujeres, junto con la temática indígena y la pobreza ocuparon parte importante de su pensamiento en un contexto histórico y social en el que se trataba de sectores marginados.
En su libro La ironía en la obra temprana de Rosario Castellanos, Laura Guerrero Guadarrama considera que en El eterno femenino se “despoja de sentido al matrimonio, a la virginidad, al noviazgo y a toda la parafernalia de las canciones cursis, las telenovelas y el melodrama mexicano”.
Por otro lado, Tablero de damas ha sido descrito por el escritor Eduardo Mejía como un retrato exagerado de la sociedad literaria femenina en México en los años cincuenta, lo que ocasionó que en ese entonces algunas intelectuales se sintieran ofendidas o aludidas.
“La principal protagonista es una versión de Gabriela Mistral y la fauna dibujada muestra a las mujeres que escriben más por una postura social que por vocación; deshaciéndose de frustraciones”, escribió Mejía en el prólogo del segundo tomo de las obras completas de Rosario Castellanos publicadas por el Fondo de Cultura Económica.
En una entrevista con la actual secretaria de Cultura realizada en 2013, la poeta, narradora, ensayista y crítica literaria Dolores Castro aseguró que una de las aportaciones de Rosario Castellanos es que ha influido en muchas escritoras –como ella, a quien influyó en su vida y obra– por ser una mujer ejemplo de tenacidad en el cumplimiento de una vocación y por su fortaleza para defender principios elementales.
“Para mí, Rosario Castellanos es la escritora más importante del siglo XX en México y su aportación es riquísima en obra poética, narrativa, reflexiva y dramática, géneros que casi ningún literato ejerce en su totalidad. Fue pensadora ágil, crítica en sus ensayos y es la primera mujer después de sor Juana Inés de la Cruz que, por la importancia de su obra, ha sido conocida en España y otras muchas partes del mundo, por las traducciones de su obra que están vigentes y que circulan aún”, puso de manifiesto Dolores Castro.
Con información de la Secretaría de Cultura.