Se tunea el Diccionario de la Real Academia Española

Se tunea el Diccionario de la Real Academia Española

 

*Tableta, gigabyte, hacker, amigovios, papichulo, ya están en la  23ª edición del Diccionario de la RAE

 

*Buscan hacerlo más coherente con la realidad actual de los 500 millones de hablantes  

 

 

  1. M. Con información de RAE y la Casa Real

Trece años después de actualizar por última vez la edición impresa de su principal diccionario, la Real Academia Española ha publicado la vigesimotercera edición, la obra de referencia más importante para una comunidad que se acerca a los 500 millones de hablantes que muy  probablemente será la última edición impresa, ya que se considera hacer la próxima edición en versión digital.

Esta nueva obra panhispánica, que constituye el hito más destacado de conmemoraciones del Tricentenario Centenario de la Real Academia Española (RAE), es fruto de la colaboración de las veintidós corporaciones integradas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). Sus principales novedades buscan el logro de tres objetivos principales: enriquecer el Diccionario, modernizarlo y hacerlo más coherente.

La presentación oficial de la 23ª edición se hizo en sesión solemne presidida por los reyes de España, Felipe VI y doña Leticia en la sede académica. El rey afirmó ”la voluntad de  continuar estimulando este trabajo académico sustentado en la acción común de la Real Academia y sus Academias hermanas de América y Filipinas,  que sobre la base del consenso y del respeto a la diversidad, constituye la garantía del mantenimiento de la unidad de la lengua española”.

Las nuevas palabras aprobadas por la Real Academia Española ha incluido nuevos usos de las palabras y términos más adoptados como los asociados a la tecnología como: “tableta”, “gigabyte”, “hacker”, “hipervínculo”, “dron”, “intranet” o “Wifi”. Algunas más asociadas a las redes sociales como “tuit”, “tuitear” y “bloguero”: otras ligadas con los deportes como “taquito”; y palabras asociadas a los negocios como “coach”, “establishment”, “teletrabajo”.

Las principales organizaciones de español en el mundo incluyen los nuevos usos de las palabras y términos más adoptados. Palabras muy utilizadas como  “amigovio”, “combi”, “DNI”, “identiquit”, “despelote”, “botox”, “feminicidio”, “precuela”, “basurita” o “multiculuralidad”, “placar” (armario empotrado) y “kínder” (forma acortada de kindergarten”, palabra alemana para referirse al jardín de niños).

Incluso se han agregado términos que han perdido vigencia en la actualidad como es el caso de “motoneta” (motocicleta con ruedas pequeñas, que tiene una plataforma para apoyar los pies) o “bíper” (aparato electrónico que registra llamadas y mensajes, popular en los años 80, hoy obsoleto).

También encontramos palabras de origen inglés en su versión castellana, como es el caso del “baipás” (bypass), “bluyín” (blue jean), “espray”, “esmog”, “jipismo” (de hippie) y “órsay” (offside), entre otros.

Las enmiendas introducidas en esta vigesimotercera edición suman unas 140 000, que afectan a un total de 49 000 artículos. Las supresiones de artículos son aproximadamente 1350. El Diccionario, cuya versión en papel ocupa 2376 páginas, ha sido sometido a una profunda revisión durante los trece años transcurridos desde su anterior edición en 2001.

El número de artículos de la 23.ª edición asciende a 93 111, frente a los 88 431 incluidos en la anterior y más del doble de los aparecidos en el primer diccionario de uso de la RAE, publicado en 1780. En total, el Diccionario recogerá 195 439 acepciones, entre ellas cerca de 19 000 americanismos.

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 Las nuevas definiciones

Amigovio, via. (Fusión de amigo y novio). m. y f. coloq. Arg., Méx., Par. y Ur. Persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo.

Basurita (Del dim. de basura). f. Arg., Chile, Ec., Guat., Hond., Méx., Nic., Pan., Par., Ur. y Ven. Partícula de suciedad, especialmente la que se introduce en el ojo.

Egresar. … intr. … ? 2. Am. Salir de un establecimiento docente después de haber terminado los estudios.

Feminicidio. (Del lat. femina ‘mujer’ y -cidio; cf. ingl. feminicide). m. Asesinato de una mujer por razón de su sexo.

Lonchera. (De lonche y -era). f. Arg., Bol., Chile, Col., C. Rica, Ec., Guat., Méx., Nic., Pan., Perú, P. Rico y Ven. Recipiente pequeño, de plástico u otro material, que sirve para llevar comida ligera, especialmente los niños cuando van a la escuela.

Pantallazo…. m. 1. Inform. Captura del contenido que se visualiza en la pantalla de una computadora.

Papichulo: Hombre que, por su atractivo físico, es objeto de deseo.

Patalear. intr. …? 3. Manifestar protesta o queja, especialmente cuando es inútil.

Precuela. (Del ingl. prequel, y está formado sobre sequel ‘secuela’, con sustitución de la primera sílaba por pre- ‘pre-’). f. Obra literaria o cinematográfica que cuenta hechos que preceden a los de otra obra ya existente.

Tunear. (Del ingl. to tune; literalmente ‘afinar’, ‘ajustar’). tr. Adaptar algo, como un vehículo, a los gustos o intereses personales.

La Real Academia Española ante la era digital.

Tras haber presentado la Real Academia Española (RAE) la vigesimotercera edición impresa en el pasado mes de octubre,   del 5 al 7 de noviembre se llevó a cabo el simposio; “El  futuro de los diccionarios en la era digital” en el marco de las actividades por el III Centenario de la Institución.

Al respecto, el coordinador del simposio Darío Villanueva expresó: (…)”Hoy nos encontramos con que la Informática, aparte de servir para la consulta del diccionario y para el almacenamiento de los datos, está cambiando nuestra forma de trabajar en la construcción de algo que cada vez se va acercando más a una base de datos (…) que resulta muy parecida a un diccionario general del que podrían desgajarse distintas obras lexicográficas, incluso diccionarios hechos casi a la carta”.

Villanueva explicó que los miembros de la Real Academia Española consideraban necesaria la reunión para definir los trabajos de lo que será la número 24, con la experiencia que han tenido los lexicógrafos, lexicólogos, lingüistas y editores. Sobre si esta será o no la última edición en papel del Diccionario, José Antonio Pascual, el secretario de la RAE, ha insistido en que “su futuro como libro sigue existiendo”, pero este congreso “ayudará  a orientar definitivamente nuestra planificación estratégica para empezar a trabajar en un diccionario de la lengua española, en cierto modo refundado, sobre una base y soporte digitales”.

Darío Villanueva añadió que “en la Academia entendemos que el mejor modo de homenajear a los fundadores de la institución —un grupo de ilustrados que se reunieron con el objetivo de crear un diccionario— es reconociendo su magnífico trabajo y, especialmente, replantearnos en el siglo xxi los retos que una obra de estas características plantea hoy”.

Sobre los procesos de actualización de la obra, indicó que el “diccionario no puede ser tan flexible que se convierta en volátil”. También anunció que la 23ª edición del DRAE estará disponible en la Red a comienzos de 2015.

Luis Collado, de Google (España) ha reflexionado sobre cómo afecta la tecnología a la edición de diccionarios: Google, dijo, ofrece que “los usuarios no vayan a los diccionarios; sino que los diccionarios vayan a ellos a través de aplicaciones… y además, la propia riqueza de estas herramientas es la aportación del usuario al diccionario”. En la misma línea, la presidenta de Microsoft España, María Garaña,  ha hecho hincapié en que” los diccionarios deben adaptarse al contexto, y al dispositivo que [el usuario] quiera utilizar en ese momento,  ya que lo que se busca es la inmediatez”. Por su parte, Paloma Barba, directora de Telefónica Learning Services, ha propuesto que “los contenidos se adapten a las distintas variedades de lengua y a los distintos países, pues cada uno necesita atenciones diferentes”.

A juicio de Santos Palazzi, de Espasa, “hoy nos gustaría encontrar el diccionario en todas partes y en todo momento”, pero “conseguir esta ubicuidad requiere que las instituciones, editoriales o empresas que realizan diccionarios lleguemos a acuerdos con fabricantes de dispositivos, plataformas de ventas de libros electrónicos, compañías de software, desarrolladores de aplicaciones o buscadores en línea”. Por último, Andrés Pedreño, de la Universitat d’Alacant, ha manifestado que, según su experiencia, “a veces las instituciones se resisten a cambios de formatos y el resultado es que terceros, con una reputación mucho menor, acaban captando la atención”. Por ello, el profesor ha sugerido no perder el foco en el usuario y reconocer sus necesidades e intereses.
Michael Proffitt, editor en jefe del Oxford English  Dictionary, ha señalado tres principios básicos para el diccionario del mundo digital: “ser accesible para la mayor cantidad de públicos, atender a los nuevos formatos y conseguir el dinero que permita llevar a cabo el proyecto”.

Mauro de Salles Villar, director de Instituto Antônio Houaiss de Lexicografía comentó que  la presión de Internet está trayendo cambios muy rápidos y de gran escala, pero “la ley general de la vida es la adaptación, y los tiempos digitales son tan darwinianos como siempre; por tanto, sobrevivirán los más aptos, y hay que ser conscientes de que los diccionarios pueden dejar de ser lo que han sido y convertirse en pluridimensionales”.

Datos claves respecto al Diccionario de la Real Academia Española

La historia

En 1713, la recién creada Real Academia Española se marcó la tarea de redactar un gran diccionario del español con citas de autores de prestigio en cada una de las palabras definidas. Se llamó “Diccionario de autoridades” y se editó en seis grandes volúmenes entre 1726 y 1739. Ya sin citas y “reducido a un tomo para más fácil uso” se publicó de nuevo en 1780, comenzando así una serie de 23 ediciones que llega hasta nuestros días.

El nombre de la obra es, desde su decimoquinta edición (1925), “Diccionario de la lengua española”. Pese a ello, muchos hablantes lo conocen como Diccionario de la Real Academia Española, que ha dado lugar a la sigla DRAE.

En plena era digital la Real Academia sigue apostando por editar su principal obra en papel: un tomo de 2.376 páginas con una tirada inicial de 100.000 ejemplares que saldrán a la venta en España  y América, además de una edición de lujo, que se venderá por encargo.

40 millones de consultas al mes

El DRAE en línea recibe casi cuarenta millones de consultas al mes. En una primera fase, la edición que se podrá consultar en internet será la vigesimosegunda.
Palabras que cambian

Unos 49.000 artículos se han cambiado respecto a la edición anterior para precisar significados, notas de uso, etimologías… En “femenino”, por ejemplo, se ha suprimido la acepción “endeble, débil” y la “sodomía” ya no “se comete” b    sino que se practica”

Palabras que se van

En total 1350 palabras salen del diccionario. Esas palabras y sus definiciones no se pierden, ya que la edición que las contiene pasa a formar parte del “Nuevo tesoro lexicográfico”, que reúne todos los diccionarios académicos y otros muchos y que se puede consultar en la web de la RAE (www.rae.es).

Corrección

El Diccionario conserva algunas definiciones que se suelen criticar como “políticamente incorrectas”. El director de la RAE, José Manuel Blecua, explicó que el objetivo de la obra es explicar el uso de las palabras desde el año 1500 y que eliminar algunas de esas definiciones lo dificultaría. “El Diccionario tiene que ser científicamente correcto y, si es posible, políticamente correcto; pero solo si es posible”.

Quijote de Salvatella
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