Homenaje al astrónomo Arcadio Poveda
Homenaje al astrónomo Arcadio Poveda
- Fundador del Observatorio Nacional San Pedro Mártir y del Instituto de Astronomía de la UNAM.
- Creador del método que determina la masa del universo
- Supernovas, cometas,asteroides y dinosaurios
Maysa MOYA
El astrónomo mexicano Arcadio Poveda recibió un homenaje, por parte de amigos, colegas y asistentes a la Feria Internacional de Libro (FIL) que por estos días tiene lugar en Guadalajara, por sus importantes contribuciones a las ciencias matemáticas y astronómicas que han permitido, por ejemplo, comprender la súbita desaparición de algunas ciudades mayas y la extinción de los dinosaurios.
En el homenaje, que fue realizado vía “streaming” debido al estado de salud del científico, la investigadora del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Christine Allen señaló que Poveda es un auténtico heredero del desarrollo matemático maya y un pensador original que por su inmensa curiosidad científica desarrolló una carrera atípica al bordar diversos campos de investigación y estudio, como lo son supernovas, estrellas dobles y múltiples, la dinámica estelar y las nubes de cometas, una amplitud que le llevó a crear el método que determina la masa del universo.
Silvia Torres, investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la UNAM atribuyó y agradeció a Poveda Ricalde la formación de un gran número de jóvenes científicos que han desarrollado y continuado investigaciones emprendidas por el propio Poveda, relató que el científico llevó al Instituto de Astronomía de la UNAM “la primera computadora en la historia de México y de toda América Latina, que era, por cierto, del tamaño de unos cinco refrigeradores juntos.”
Las investigadoras calificaron al homenajeado como “un astrónomo de grandes obras terrenales”; toda vez que cuando se habla de sus aportaciones, él suele responder que la astronomía es la única ciencia que tiene musa”.
El científico Javier Jiménez Espriú, yucateco como Poveda, consideró que, “muy probablemente lo influyó la tradición de las matemáticas mayas. Además, inició una tradición mexicana de astrónomos divulgadores, cosa que no ocurre en otros países, y señaló que Arcadio Poveda nació en Mérida en 1930 y escribió su primer artículo científico para un diario de esa ciudad, cuando tenía 15 años, en el que hablaba de la bomba atómica.
El doctor Poveda Ricalde ha recibido numerosas distinciones, como el “Premio Dorothea Kumpke”, de la Universidad de California; el “Premio de la Academia de la Investigación Científica”; el “Premio Nacional de Ciencias”; la medalla “Eligio Ancona”, del gobierno de Yucatán; doctorado Honoris Causa, del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica; el ingreso al Colegio Nacional; el doctorado Honoris causa de la UNAM. Los planetarios de Mérida y Culiacán llevan su nombre.
En 1990 Arcadio Poveda Ricalde fue invitado a exponer su trabajo en un importante coloquio bajo los auspicios del Laboratorio de Propulsión Jet, en Pasadena, California; en donde se habló de la hipótesis de los Álvarez, padre e hijo, en el sentido de que un fuerte impacto asteroidal había sido la causa más probable de algunos cambios geológicos repentinos que ponían en duda las teorías darwinianas sobre la armónica y pausada evolución de las especies.
Fue en Yucatán, precisamente, en donde se encontró evidencia de la posibilidad de tal fenómeno, por lo que al encontrarse la pieza faltante del rompecabezas en esa península Poveda determinó: “enterarme y actualizarme, a partir de ese momento, de la apasionante historia del impacto y el cráter de Chicxulub”, así surgió entre sus obras el libro “El Cráter de Chicxulub y la extinción de los dinosaurios hace sesenta y cinco millones de años”, escrito en coautoría con Fernando Espejo Méndez, 1929-2007, gran escritor, poeta y amigo yucateco, residente del Barrio de la Conchita, en Coyoacán.
Con base en las investigaciones de Poveda, Fernando Espejo escribió: “El impacto de Chicxulub dio oportunidad al crecimiento y desarrollo del orden de los mamíferos y al dominio del ser humano, testigo de esta maravilla que es el Universo”, y se pensó en proyectar un museo en el sitio mismo del impacto que reflejase el espíritu del gran evento astronómico exclusivamente, con el guión contenido en aquel extraordinario libro.