León Portilla, declarado “Ciudadano Distinguido” de la Ciudad de México

• La capital mexicana, ciudad de poetas y de hondas raíces en la historia
• Miguel Ángel Mancera lo reconoce como un humanista,  miembro de una ilustre generación  de pensadores mexicanos que hoy dan orgullo y que transmiten su conocimiento a las nuevas generaciones de nuestro país y de nuestra ciudad

Bajo el mural con los líderes liberales del siglo XIX del pintor michoacano  Félix Parra (1845-1919) del plafón del Salón de Cabildos de la Ciudad de México que tiene su origen en 1532, Miguel León Portilla, quien acaba de cumplir 90 años, recibió el título de “Ciudadano Distinguido” de la capital mexicana por su “medio tocayo”, Miguel Ángel Mancera Espinosa, el Jefe de Gobierno de la capital en una  ceremonia que tuvo como marco ese histórico salón donde también se encuentran los óleos  de los héroes de la independencia nacional Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón y Vicente Guerrero, del pintor Francisco Primo de Verdad.

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México entregó el Pergamino y Medalla de Ciudadano Distinguido al historiador y filósofo Miguel León Portilla en un acto al que acudieron familiares, encabezados por su esposa “Chonita” Hernández de León Portilla, de Leonel Durán, del poeta Jaime Labastida,  amigos del laureado capitalino que nació hace noventa años, el 26 de febrero de 1926.

Fue una ceremonia austera, sencilla, donde León Portilla habló en náhuatl de la leyenda que recrea el escudo nacional del águila devorando una serpiente sobre un nopal, de que la Ciudad de México es una capital de poetas, donde todo es historia, de una portentosa ciudad que surgió de una profecía. “Pocas ciudades tienen su origen en profecías”, dijo el lingüista, historiador, filósofo, antropólogo y cronista de la capital en 1971 cuando era gobernada por el Jefe de Departamento del Distrito Federal,  Octavio Sentíes Gómez.

León Portilla mencionó la existencia de un mapa de los primeros años de la capital de la Nueva España de 1550, ordenado por Carlos V al Virrey Antonio de Mendoza para saber cómo era la ciudad conquistada, mapa que lamentó el historiador y filósofo mexicano se encuentra en Upsala, en Suecia.

León Portilla, alumno del antropólogo  Manuel Gamio y del padre Ángel María Garibay, dos de los grandes estudiosos del origen de los antiguos mexicanos, recibió tal distinción por su  rescatar la herencia lingüística de nuestros antepasados, dijo Mancera Espinosa, evitar la pérdida de las tradiciones mexicanas, “poner en alto el nombre de México y transmitir en otros sitios, en otras fronteras, todo lo que representa la filosofía de nuestros antepasados”.

Es usted un humanista, le dijo Mancera Espinosa a León Portilla, es usted  miembro de una ilustre generación  de pensadores mexicanos que hoy dan orgullo y que transmiten su conocimiento a las nuevas generaciones de nuestro país y de nuestra ciudad.

En sus libros, dijo Mancera Espinosa, quien mencionó  la “Visión de los vencidos”, editado en decenas de ocasiones, traducido en múltiples idiomas, León Portilla ha puesto en el centro a los indígenas, una atención que hoy la Ciudad de México es un tesoro que debemos cuidar: “a nuestros pueblos, a nuestros barrios originarios”.

El Jefe de Gobierno mencionó que “todo ese tesoro que representa nuestra cultura”  será incluida en  la primera Constitución de la Ciudad de México.

El Jefe de Gobierno trazó la personalidad humanista de León Portilla, del mexicano más conocido en el mundo por la innumerable cantidad de reconocimientos que ha recibido en universidades y ámbitos culturales de Europa y en el continente americano, quien en 1956 publicó “La Filosofía náhuatl, estudiada en sus fuentes” con una introducción de Manuel Gamio y un prólogo de Ángel María Garibay.

Por su lado, en el viejo edificio del ayuntamiento de la capital, donde sesionó el primer cabildo  en 1532,  en ese espléndido espacio  cuya ornamentación a estilo arte noveau la impuso Manuel Gorozpe,  el doctor León Portilla, en una demostración de una memoria prodigiosa, se refirió al origen de la capital mexicana desde el mito del águila y la serpiente sobre un nopal, al nacimiento de la gran Tenochtitlán en 1325, a la ciudad conquistada por los colonizadores españoles, la ciudad del siglo XVI del poeta Bernardo de Balbuena, de los poetas del siglo XIX y del siglo XX.

León Portilla, sin la silla de ruedas que lo acompañaba en su cumpleaños 90 hace unas semanas en el acto  para celebrarlo en el teatro Juan Ruíz de Alarcón de Ciudad Universitaria,  habló de la ciudad de “hondas raíces” que espera, una urbe de los poetas y memoria histórica, la ilustren referencias  de su historia en cada una de sus calles, de trozos de poesía en el Metro del poeta prehispánico  Netzahualcóyot,  de la poetisa  Sor Juana Inés de la Cruz y del poeta  Octavio Paz; de otro poeta,  Bernardo Balbuena y de su poema “La grandeza mexicana” escrito en el siglo XVI, de Manuel Gutiérrez Nájera, del poeta José Martí, poetas del siglo XIX,  de los “muchos poetas” de la Ciudad de México”.

“La poesía es la mejor filosofía que hay”, dijo León Portilla, quien al terminar ese acto donde fue declarado “Ciudadano Distinguido” de la Ciudad de México  le dijo  “casi tocayo” a Miguel Ángel Mancera Espinosa.