Gran desafío para la Constitución de la CDMX: proteger a las Personas Adultas Mayores

 

• Una gran mayoría sufre diversas formas de maltrato y explotación
• Asegurar a las personas de la Tercera Edad plenos derechos jurídicos, sociales, de salud, educación, vivienda, movilidad, trabajo digno, cultura, derecho al descanso, cuidados paliativos y muerte digna
• Deberá crear sistemas eficaces de protección contra abusos, maltrato, aislamiento, abandono y tratos degradantes

 

 

La primera Constitución de la Ciudad de México que será discutida a partir de este mes de septiembre cuando se erija este día 15 la primera Constituyente de la capital con cien legisladoras y legisladores, 60 que fueron electos por voto directo y 40 designados, plantea los desafíos de asegurar una protección integral de las personas adultas mayores de la capital con el pleno goce de todos sus derechos.

 

En la capital mexicana habitan más de un millón de personas adultas mayores, la mayoría en condiciones vulnerables. Solamente poco más de la mitad recibe la Tarjeta de Pensión Alimentaria por parte del gobierno capitalino y únicamente el 25 por ciento de las personas adultas mayores se encuentran bajo algún tipo de régimen de pensión o jubilación.

 

Otra gran mayoría están sometidos a malos tratos, abandonos, despojos, mala alimentación, violencia intrafamiliar y social, abusos sociales y sexuales, robos y maltrato emocional.

 

El gobierno de la Ciudad de México tiene identificados los tipos de violencia que sufren las personas adultas mayores dentro de su Programa de Prevención y Atención de la Violencia de Género.

 

El abandono consiste en falta de cuidados necesarios para vivir dignamente con respeto a la alimentación, vestido, higiene, cobijo y atención médica.

 

El maltrato físico es el castigo corporal, golpes, empujones, pellizcos y patadas.

 

Abuso sexual llega a consistir en obligar a las personas adultas mayores a participar o presenciar actos sexuales.

 

El abuso económico, entre los más comunes, consiste en destinar los bienes, ingresos y la vivienda propiedad de la persona adulta mayor a otros fines sin su consentimiento. Son muy frecuentes los casos en que la Tarjeta de Pensión Alimentaria es usada por los familiares.

 

El maltrato emocional se manifiesta en causar dolor o angustia a través de amenazas y palabras ofensivas, ausencia de expresiones de afecto o respeto y en dañar constantemente su identidad y dignidad.

 

En el maltrato se manifiesta pérdida de peso, debilidad, palidez, falta de higiene, timidez, tristeza y depresión.

 

Otros casos identificados consisten en obligar a las personas adultas mayores a la mendicidad o a realizar la venta de diversos productos en la vía pública o en el Metro. La propia policía del Metro ve con indiferencia los casos de mendicidad de personas adultas mayores en andenes y en los convoys de ese sistema de transporte colectivo de la capital mexicana.

 

Una gran parte de las personas adultas mayores obligadas a la mendicidad provienen de los municipios aledaños a la Ciudad de México. Sus familiares llegan, lo depositan en las entradas de las estaciones del Metro o en los andenes. Cuando no logran recibir diversas cantidades, son insultados y maltratados enfrente de los usuarios.

 

En documento previo de la Constitución de la Ciudad de México, que ha conocido TE, el Diario de las Personas Adultas Mayores, destacaba “que son personas adultas mayores aquellas que tengan sesenta años de edad o más” y plantea que “que tienen derecho a una ciudad accesible y segura, a la identidad  y personalidad jurídica, a servicios integrales de salud generales y especializados, a la educación y vivienda adecuadas, a movilidad, al trabajo digno y accesible, a la recreación, a la cultura, a la tecnología, al descanso, a cuidados paliativos, a una muerte digna y a una pensión económica en los términos previstos por la ley”.

 

Asimismo, que la Ciudad de México establecerá un sistema integral de atención para las personas adultas y las familias sobre el proceso de envejecimiento que valore sus vivencias y conocimientos, prevenga el abuso, abandono, aislamiento, negligencia, maltrato, violencia, y cualquier situación que implique tratos crueles, inhumanas o degradantes y atente contra su seguridad e integridad.

 

La Ciudad de México registra el mayor índice de envejecimiento en el país. Alcanza un registro de 50.7 de adultos mayores por cada 100 menores de 15 años. El número de personas adultas mayores en la CDMX supera el millón, de los cuales unas 530 mil reciben atención de los programas sociales del gobierno de la capital mexicana.

 

Isalia Nava Bolaños, académica del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, ha considerado que “esta tendencia creciente tiene importantes diferencias en las entidades federativas, pues mientras el Distrito Federal es la zona con mayor cantidad de adultos mayores, con 9.8 por ciento, en Quintana Roo la cifra representó sólo el 3.0 por ciento”, puntualizó

 

El envejecimiento poblacional es un proceso demográfico que en países emergentes como México avanza de manera acelerada; aumentan los años de vida de los habitantes, pero se suman condiciones de vulnerabilidad como escaso acceso a los servicios de salud, nulo o insuficiente ingreso por jubilación o pensión y dependencia de familiares e instituciones públicas, opina la investigadora universitaria.

 

 

Nava Bolaños ha insistido en que responder a las crecientes demandas de los adultos mayores es un desafío que requiere diseñar, desde ahora, políticas públicas que funcionen a mediano y largo plazos.

 

“En principio, el aumento de la esperanza de vida de la población es un signo positivo, pero implica importantes retos económicos asociados con la infraestructura del sector salud, las pensiones y la capacidad de ese segmento humano para seguir en activo”, añadió la maestra en demografía y doctora en estudios sobre la población.

 

La investigadora universitaria subraya que un estudio del Consejo Nacional de Población (Conapo) señala que para el año 2050, los mexicanos de 65 años y más representarán el 16.2 por ciento de la población.

 

En el texto del anteproyecto constitucional de la Ciudad de México se plantean además los derechos de las personas con algún tipo de discapacidad: físicas, mentales, intelectuales y sensoriales a largo plazo con barreras que les impiden una participación social efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones de las demás.

 

El anteproyecto constitucional plantea que este grupo de población que supera el medio millón en la Ciudad de México tenga un pleno reconocimiento de su personalidad jurídica en condiciones de igualdad. Y obliga a las autoridades a organizar un sistema de salvaguardias y apoyos que garanticen sus derechos.

 

Igualmente se refiere a las personas en situación de calle y obligará a las autoridades a establecer mecanismos para su protección y evitar que sean discriminados o perseguidos.