“Cédeme el asiento”, performance en el Metro de la CDMX

“Cédeme el asiento”, performance en el Metro de la CDMX

 

  • Tres estudiantes de la UPN realizan una inédita intervención en el espacio público del STC para crear conciencia de ceder los asientos reservados a mujeres embarazadas, con bebés en brazos, personas adultas mayores y con algún tipo de discapacidad
  • En los asientos no se dice por qué deben cederse
  • Buscan protegerlos en casos de percances

 

 

Itzel López, de 29 años, Gabriela Rojo Huerta, 27 años, y Yaddish Salas Nájera, 24 años, estudiantes del octavo semestre de la carrera de Psicología Educativa en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) realizaron un “performance” sui generis en el Sistema de Transporte Colectivo de la capital mexicana (SCT), dirigido a que se respeten los asientos reservados a la población vulnerable que viaja en ese medio de transporte.

 

En la Estación del Metro Universidad, una de las más concurridas, estas jóvenes estudiantes iniciaron esa intervención de espacio público destinada a crear conciencia pública entre los usuarios del STC de facilitar los asientos, que este sistema de transporte, el más importante del país ha reservado para personas adultas mayores, mujeres embarazadas o con bebés en brazos, y personas con algún tipo de discapacidad.

 

Con textos inscritos, en improvisados carteles, de “No tengo la misma fuerza que tú para sostenerme en caso de un percance en el vagón”, o “Cédeme el asiento”, “No son buenos modales. Es conciencia cívica”, este pequeño grupo de jóvenes estudiantes de la UPN se propusieron incidir en uno de los conflictos más frecuentes dentro de los vagones de los trenes del Metro.

 

Regularmente son pocas las personas usuarias que ceden el asiento reservado a ese grupo de población en el Metro, la mayoría de los que los ocupan se hacen los dormidos, llevan audífonos o y se hacen los desentendidos a pesar de que los señalan con las figuras de mujeres embarazadas o con bebés, personas adultas mayores o con discapacidades.

 

 

Estas tres estudiantes de la UPN tienen plena conciencia de estos conflictos cotidianos que padecen las mujeres embarazadas, que cargan un bebé, personas discapacitadas o personas adultas mayores en el sistema de transporte colectivo, el más importante de la capital mexicana donde viajan cotidianamente cinco millones y medio de personas usuarias, medio millón de ellas mayores de 60 años.

 

La idea de convocar a los usuarios a ceder el asiento a personas vulnerables, forma parte de un proyecto de la asignatura de Psicología del Arte y la Cultura en la UPN. “El objetivo de los proyectos estudiantiles es idear y realizar una intervención espacial de impacto y social con el fin de tocar la conciencia de las personas. Estos proyectos tienen qué ver directamente con temas educativos y con recursos artísticos que y promuevan la reflexión”.

 

A la estudiante Itzel López le surgió la idea porque está interesada en los procesos psicosociales de lo cotidiano, de la forma en que la educación es un punto clave en la sana convivencia social y la mejora en vías de una ciudadanía en desarrollo.

 

Por lo tanto-dijo Itzel al responder a unas preguntas- nos dimos a la tarea de investigar sobre este tema ya que es alarmante que los usuarios del Metro no tengan una buena información acerca de los espacios destinados a sectores vulnerables de la población”.

 

 

“Luego entonces, pensamos en realizar un performance dentro de las instalaciones para llevar el mensaje de que no se trata de ceder el asiento porque tenemos buenos modales, sino porque es protocolo de seguridad dentro de un transporte público y eso es un tema de educación cívica”, añadió Itzel al responder a una entrevista con TE, el diario de las Personas Adultas Mayores.

 

No tienen un apoyo institucional por parte de la universidad más allá de ser sus alumnas. Es un proyecto de una materia y por lo tanto es un tema que se elaboró y desarrolló por su propia iniciativa. Únicamente de la profesora de la asignatura, “sólo tuvimos su bendición”.

 

Itzel consideró que la intención de ese singular “proyecto es intervenir un espacio público con el objetivo de crear una conciencia sobre el uso responsable de los asientos reservados y brindar información al público usuario del por qué es importante ceder el asiento a las personas que lo necesitan”.

 

“Nos fundamentamos en las norma de seguridad de un trasporte público ideal, ya que los asientos reservados son parte de un protocolo de seguridad que sirve para salvaguardar la integridad física de población más vulnerable a sufrir accidentes dentro del transporte público en caso de que haya un percance”.

 

“De esos que “casi no suceden”, dijo Itzel.

 

Para estas estudiantes de la UPN el sector vulnerable de la población está comprendido por mujeres embarazadas, personas con discapacidad, ancianos, personas con niños en brazos (hasta 3 años de edad).

 

Y advierten que entre las condiciones más conocidas en caso de percance:

 

1.- Las mujeres embarazadas corren el riesgo de lesionarse a grados fatales como lo sería perder a su bebé o incluso hasta su propia vida.

2.- Las personas con alguna discapacidad, no se encuentra en las mismas condiciones (físicas -de diversos tipos-) que los demás usuarios en el momento de un percance inesperado dentro del vagón.

3.- Los Ancianos y/o personas de la tercera edad no tienen las mismas fuerzas físicas que posee un joven o un adulto de menor edad para sostenerse en caso de un percance.

4.- Las personas con bebé en brazos no pueden sujetarse de manera óptima dentro del vagón, por lo tanto, al igual que las mujeres embarazadas tienen más posibilidad de salir lesionados no sólo ellos sino su bebé.

 

 

Es por esta razón, dijo Itzel, que nos hemos dado a la tarea de llevar esta información básica para los usuarios del STC, ya que esta información no está al alcance del público y además no se promueve el uso adecuado de dichos espacios.

 

Además que dentro de las normas de uso de los asientos en nuestra ciudad, se establece cuál es su función, más no se dice el porqué es tan importante cederlo y las consecuencias de no hacerlo, señaló la estudiante de la UPN. “Por eso nos hemos fundamentado en los protocolos de seguridad de una ley de transporte ideal y que en otros países sí se especifica lo anteriormente mencionado”.

 

Por lo tanto, ceder el asiento no es cuestión de buenos modales como mucha gente piensa, se trata de Educación Cívica, y crear conciencia cívica es lo que nos falta para progresar como sociedad, señaló Itzel López, la estudiante de Procesos psicosociales de la educación, comunicación educativa en espacios de educación no formal, psicología de las organizaciones.

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